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Techno's pov

Desde que Phil me acogió como uno de sus hijos, yo he intentado ayudarle en todo lo que puedo, es lo menos que me correspondía hacer.
Un día fui a recoger agua de el pozo, cuando llegué escuchaba gritos y golpes provenientes de nuestra casa, corrí lo más rápido que pude, dejando el agua que había traído y entré.
       — ¡Tommy rompió mi libro, papá! ¡Y lo hizo a propósito! — Al ver que solo eran los hijos de Phil peleando me tranquilicé, volví por el agua y pacíficamente, ignorándolos a todos, la llevé a la cocina para lavar.
       — ¡No es cierto! — Escuchaba la discusión.
       — ¡Claro que sí! No mientas, Tommy. ¿O qué? ¿Ahora eres un mentiroso?
       — ¡Yo no soy un mentiroso!
       — ¡Entonces dile la verdad a Philza! — Solo escuchaba mientras lavaba los trastes sucios.
       — Tommy, ¿por qué rompiste el libro de tu hermano? — Tommy soltaba quejidos molestos.
       — Él me dijo que jamás sería como Technoblade. — Aquello me llamó la atención. ¿Quería ser como yo...?
       — Solo digo la verdad. No como tú, que eres un mentiroso.
       — ¡Wilbur! — Con aquel grito de Phil ambos se callaron. — Escucha, Tommy, nadie puede definir lo que puedes o no hacer, pero que Wilbur te diga esas cosas no son motivos para tus berrinches. No está bien que rompieras su libro. Tienes que pedirle perdón.
       — ¡No quiero! ¡No lo haré! — Escuché como las pisadas de Tommy se alejaban escaleras arriba.
       Hubo silencio por unos segundos.
       — Wil... Tienes que dejar de pelear con Tommy, es mucho más chico que tú.
       — Yo solo estoy siendo realista con él.
       — Lo sé, Wil. Pero intenta ya no pelear con él. ¿Sí? — Phil y Wilbur entraron a la habitación donde estaba yo.
       Terminé de lavar y me volteé hacia ellos.  Phil me miró y luego a Wilbur.
       — Tengo que salir. Y lejos de aquí.
       — ¿De nuevo? Nunca estás con nosotros.
       — Lo siento, Wil. Tengo asuntos con los que lidiar. No quiero más peleas como las de hoy. — Phil me miró, como si me rogara que yo hiciera algo en el caso de repetirse. — Quiero que te comportes, Wil. — Wilbur bufó, tomó su guitarra y salió de la casa. Phil me miró. — No es tu trabajo y lo sé, pero quiero pedirte...
       — Yo cuidaré de ellos, Phil. — Le sonreí y el me regresó el gesto, aliviado.
       — Te lo agradezco... — Un ruido se escuchó desde la habitación de Tommy. Phil soltó un pesado suspiro.
       — Yo voy. — Me precipité. Phil me miró extrañado. — Déjame hablar con él. — Asintió.

       Subí las escaleras y me detuve frente a la puerta de la habitación de Tommy. Toqué la puerta y no hubo respuesta. Decidí abrirla y me asomé un poco.
       No visualizaba a Tommy, así que entré al cuarto, cerrando la puerta por detrás.
       — ¿Tommy? — Seguí buscando con la mirada, hasta que escuché un sollozo proveniente de el armario.
        Lo abrí y ahí estaba, abrazaba sus piernas y escondía su pequeña cabeza entre estas. Me acuclillé a su altura.
        — Tommy, sal de ahí. — No conseguí una respuesta. — Los niños valientes como tú no deberían de esconderse. — Levantó su mirada, sus ojos hundidos en lágrimas, sus mejillas rojizas y empapadas del llanto. — ¿Por qué te escondes aquí?
       — ... Creí que aquí no me encontraría Wil.     — Dijo por lo bajo.
       — ¿Te escondes de Wilbur? ¿Le temes?
       — ¡No!... no, no le temo, es solo que—.
       — Está bien tener miedo, Tommy.
       — ¡Pero no tengo miedo! Solo... estoy molesto.
       — Mhmm. No sabes manejar bien esa emoción. ¿Crees que estuvo bien lo que hiciste?
       — ... no. Y lo siento. — Había verdadero resentimiento en su mirada.
       — No me pidas perdón a mí. Deberías pedírselo a Wilbur. — Bajó la mirada molesto otra vez. — Y Wilbur debería pedirte una disculpa también. — Me miró nuevamente, con extrañeza.
       — Escucha, te puedo enseñar las cosas que sé, te puedo enseñar a luchar, a defenderte. Pero tienes que prometerme algo.
       Sus ojos se iluminaron y esperaba atento mi petición.
       — Prométeme que intentarás aprender a manejar esa ira. Y a pedir perdón. — Asintió rápidamente y salió de aquel escondite.
       Ahí estaba él, parado frente a mí, yo a su altura por estar de cuclillas, intenté sonreírle. Él se acercó a mí y me abrazó de repente. Aquel acto me sorprendió y por poco reacciono violentamente. Pero no se sentía mal, las voces en mi cabeza dejaron de escucharse por ese instante.
       Se separó de mí y corrió a una caja, buscando algo. Sacó una pequeña espada de juguete hecha de madera y la alzó al aire.
       — ¡Voy a ser el guerrero más fuerte! — Lo miré divertido. — ¿Cuándo empezamos? — Sus ojos brillaban con tal luz, que no pude evitar sonreír.
       — Tal vez mañana. — Me levanté. — Hoy tenemos que limpiar la casa.

778 palabras.

Catarsis || Sleepy Bois || Dream SmpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora