Capitulo 6

2.2K 264 27
                                    

Cuando dieron exactamente las 5 de la mañana Lan Wangji se despertó como de costumbre, saliendo con cuidado de la cama para no despertar al bello doncel que aún dormía en ella, y que hace no mucho se encontraba acurrucado en su pecho, el solo hecho de recordar que pudo dormir abrazado a el lo hacía feliz.

Claro que esto solo paso cuando Wei Ying ya se encontraba profunda mente dormido, aprovechando ese momento para meterse en la cama y dormir juntos, pero eso solo eran pequeños detalles.

Si su tío se llegase a enterar de lo que hizo seguramente lo reprendería por aquel acto tan desvergonzado, pero el ya no estaba bajo el mando de su tío así que no importaba. Después de que termino de alistarse y dejar el desayuno listo para cuando su pareja despertara, tomo la pequeña cajita de jade que anterior mente le había arrebatado a Wei Ying y se dirigió al pueblo de Caiyi a entregar lo que su hermano le había pedido.

°

°

°

°

°

°

°

Cuando por fin llego a la ciudad recorrió las calles se dirigiéndose a donde sabia podía encontrar al prometido de su hermano, en el camino escucho como los aldeanos se quejaban de los ataques que sufrían por culpa de los lobos y el como seria bueno idear un plan para deshacerse de ellos.

Esto a Lan Wangji no le gustaba para nada, los humanos invadían sus territorios, destruían y robaban sus cultivos, herían a su gente, ellos solo estaban defendiendo lo que era suyo, incluso en todos los ataques que realizaron ningún ser humano murió o resulto herido.

A diferencia de los suyos, aún recordaba todas las veces que a tenido que acompañar a su hermano a dar la terrible noticia a la familia de los fallecidos y aun así estos seres despreciables hacían las victimas era algo completamente absurdo

Sin duda existían humanos en este mundo que simplemente merecían ser eliminado, para evitar que se reproduzcan y sigan causando más daño.

Prefiriendo ignorar a aquellos incompetentes siguió su camino hacia el restaurante de la familia Jiang, cuando se encontré frente al restaurante se tomo su tiempo para apreciar un poco el lugar en el que antiguamente vivía su prometido, ya que el solo había visitado este lugar por la noche y la gran mayoría de veces fue el patio trasero.

Teniendo una mejor visión del local, Lan Zhan se dio cuenta de que era un lugar un poco modesto, nada de exageraciones en la entrada, mientras ingresaba pudo darse cuenta de que el restaurante tenía un toque hogareño y acogedor, las mesas estaban estratégicamente organizadas para aprovechar el un tanto reducido espacio y el olor a la comida preparándose llenaba toda la habitación.

Aun así, aunque no estaba mal y la estructura se veía en muy buen estado, no pudo evitar pensar en que ese lugar no estaba a la altura de lo que se merecía su futuro esposo.

Incluso la cueva que había escogido y amueblado era mucho mejor que este lugar, estaba completamente seguro que aquí no tendrían ni la mitad de las cosas con las que él se encargo de amueblar la cueva, las sabanas de seda y pieles de oso para que estuviera perfectamente protegido del frio, las alfombras, los muebles de roble, una cama perfectamente espaciosa y cómoda para dos personas, el juego de té de jade, incluso una cocina mejor equipada de la que tenían aquí, con alimentos total mente frescos, porque su Wei Ying solo se merecía lo mejor y era capaz de dárselo, este pensamiento y comparaciones solo hizo que su pecho se llenara de orgullo.

¿Piensas ordenar o solo viniste a observar el local? -Pregunto Jiang Cheng un poco molesto, sacando así de sus pensamientos a Lan Wangji.

Lan Zhan dirigió su mirada a quien le estaba hablando, analizándolo y tratando de entender por qué su hermano decidió cortejar a este doncel en particular, si bien la belleza que poseía el joven era exuberante y se encontraba fuera de discusión su temperamento y personalidad eran demasiado rudas y hostiles en algunos casos, aparte el seño fruncido que siempre estaba en su rostro no ayudaba en nada.

El Lobo Feroz Me Quiere ComerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora