Sobre Tu Mirada Caché.

2

Desperté alarmada, pues al parecer mi despertador decidió no sonar, en tiempo récord me encontraba lista y corriendo en dirección al instituto.

Al llegar no vi a Laura y estaba rogando internamente para que no haya sonado la campana, corrí al salón en el que me tocaba a primera hora... inglés, subo escalón tras escalón a toda velocidad con la respiración agitada
.
Al estar frente a la puerta veo a todos mis compañeros dentro del salón provocando que mis nervios se desaten desenfrenadamente, pero cuando me acercó lo suficiente notó qué la profesora aún no llega, suspiro aliviada y entro buscando a Laura , entre todos los gritos y personas paradas la logro ver de el otro lado del salón haciendo señas con las manos para que la viera.

-¡Buenas noches!- me dijo sonriendo, jodiendo como siempre

-Mi despertador no sonó- contesté haciendo una mueca- pero tengo suerte que no esté aún la profesora-

-No la invoques, ojalá no llegue nunca- si, al parecer a laura en la vida le caerá bien un profesor.

-¿Por qué lo dices?- pregunté con el ceño fruncido.

-Porque no creo haber echo los deberes bien, ya sabes, puse palabras que no existen- dejo deberes y yo ni me percaté por estar idiotizada con ella, mi cara seguro en ese momento cambiaba de mil colores ya que Laura reía de mí.

-Se te olvido hacer los deberes de tu profesora querida ¿cierto?.

-¡Ni siquiera escuché cuando los encargo!- hablé exaltada logrando una fuerte risa por parte de Laura .

-Hazlos rápido antes de que llegue la ogra, es muy poco- dijo dándome su cuaderno con las instrucciones del trabajo, lo leí y volví a leer para luego comenzar a arrastrar la punta de carbón sobre el papel lo más rápido que pude.

-¡Terminé!- suspiré aliviada.

-Que rápida- contestó Laura riendo.

El salón quedo en absoluto silencio al ver a la profesora calle en la entrada, movía sus ojos de un lado a otro como si buscara algo, hasta que sus ojos chocaron conmigo, me miró fijamente, como si quisiera desnudar mi alma poco a poco, para ese entonces seguro ya estaba ruborizada, respiré tranquilamente intentando con fuerzas inexistentes calmar los nervios que me producen sus ojos.

Cuando reaccioné ella ya se dirigía hacía su escritorio y ponía sus cosas sobre él.

Aveces mis ojos me traicionan y se dirigen hacia ella, me propuse no verla como ayer, me da temor de solo pensarlo que vea lo que provoca en mí, tal vez se asuste y piense que estoy loca. Pasó asistencia pidiendo los deberes para revisarlos pasando de uno en uno a su escritorio.

Me nombró.

Me puse de pie caminando hacia ella incapaz de sostenerle la mirada, pensaba que mis piernas no reaccionarían dentro de un momento debido a sus ojos clavados en mí, sentía como si mi cuerpo fuera un trozo de madera y su mirada una llama ardiente que se encarga de convertirme en cenizas. Logré llegar y arrastre mi cuaderno sobre la superficie de madera. Comenzó a leer mi trabajo tranquila.

-Bien, puedes sentarte- habló sin siquiera mirarme. Regresé a mi asiento confundida, se que es extraño pero comenzaba a gustarme ser víctima de su mirada. Ya en mi asiento quede un poco pensativa.

Podría asegurar que tiene al menos 33 o 32 años, ante sus ojos no soy más que una inmadura insignificante. Sólo basta con verla para saber que es una mujer dominante e inalcanzable. Cualquier fantasía que Daniela calle logre despertar en mi quedará justamente como eso, una fantasía, no más.

Por permanecer pérdida en mis pensamientos no había notado que Laura estaba haciendo señas para que abriera el libro ya que se encontraban en una lectura grupal, un compañero llamado sebas estaba leyendo mientras "todos" seguíamos la lectura con nuestra vista, yo por estar inmersa en mis pensamientos, no tenía ni idea en que línea iban, la lectura parecía ser un diálogo de dos personas, sebas leía la parte que le tocaba y la profesora contestaba como la otra persona de la lectura, encuentro por fin la línea correcta del diálogo y notó que es el turno de leer de calle, levante mi vista por un segundo intentado descubrir por qué no leía su parte, la encontré observándome detenidamente mientras acomodaba un mechón de cabello atrás de su oreja, cuando sintió las mirada de todos y se dio cuenta que la encontré mirándome reaccionó.