Capítulo 7 | Cronos

286 28 12
                                    

A pesar de las mil y una copas que llevábamos encima tanto Eli como yo, habíamos conseguido llegar al apartamento justo al anochecer, aunque sería mejor decir “encontrar” ya que el camino de vuelta a casa había resultado como un juego de niños entre tropezones varios y caídas ridículas en frente de la población griega.

No había podido ser un mejor comienzo, nos lo pasamos increíblemente bien visitando la infinita cantidad de locales que habían en el paseo, en cada uno de ellos se nos acercaban varios chicos buscándonos conversación pero, ya sea por la borrachera o por las barreras lingüísticas, no conseguíamos pasar de un hola y adiós.

Traté de forzar la vista para conseguir meter la llave en la cerradura, pero todo se encontraba extremadamente borroso en mi campo de visión y no lograba atinar a encajar la dichosa llave, esto causó que Eli se comenzase a reír descontroladamente.

—Inténtalo tú si eres tan lista, venga —le reproché arrastrando una palabra tras otra con dificultad.

Eli se levantó con aires de grandeza y me arrebató la llave de las manos.

—Observa y aprende —añadió antes comenzar a hacer lo mismo que estaba haciendo yo, y sus intentos, al igual que los míos, se vieron fallidos—. Esto está mal, no va —se excusó.

Le cogí la llave y antes de poder hacer nada, la puerta fue abierta por Liam, quien nos miraba con la expresión más severa del mundo, ni siquiera mi madre habría sido capaz de infundirme tanto miedo.

—Llegáis tarde —dijo él dándonos paso.

Ambas pasamos el umbral de la puerta intentando no caernos de boca contra el suelo.

—¿No os acordasteis de que os dijimos que saldríamos esta noche? Nosotros ya estamos listos —dijo Niall con los brazos cruzados.

Sinceramente no me acordaba en lo absoluto, ¿nos lo habían dicho? Mi cerebro no era capaz de recrear la escena.

—Dadnos cinco minutos para que nos arreglemos y bajamos —propuso Eli dirigiendo sus pasos hacia las escaleras mientras que yo la seguía por detrás.

Tenía ganas de continuar con la fiesta, y tampoco pasaba nada si no llegábamos justo cuando abría la discoteca, no iban a cerrar.

Entramos en nuestra habitación y nos permitimos el lujo de descansar unos segundos en la misma cama, pero fue mínimo el tiempo de comodidad ya que Liam irrumpió en nuestro pacífico cuarto dando palmas y pegando gritos.

—¡Venga, venga, venga! Vestíos de una vez —nos exigió abriendo el armario.

Me levanté de la cama a regañadientes y me dirigí hacia el inmenso guardarropa, fue entonces cuando caí en la cuenta de que la mayoría de mi ropa continuaba en las maletas. Bajé hasta el suelo de rodillas y abrí la primera de todas, sacando de su interior toda prenda que captasen mis ojos.

Vestirnos, maquillarnos y peinarnos borrachas tal vez no era una gran idea, ya que todo lo hacíamos a cámara lenta y tambaleándonos de un lado a otro.

—Ahora cuando salgamos intenta no beber más —me dijo Liam agachándose para ponerse a mi altura.

—¿Por qué? —le pregunté mientras sacaba de la maleta un precioso vestido dorado de lentejuelas bastante brillante.

—¿No estás ya lo suficientemente borracha?

—No —respondí tajante, acto seguido me levanté como pude y le enseñé a Eli el vestido, en seguida me dio su aprobación. Después se lo enseñé a Liam, y él sonrió mínimamente a la par que indiferente, imaginaba que no le gustaría que fuese tan corto y provocativo.

Nothing 2 → l.pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora