Aquí vamos de nuevo, mi nombre es Areline ( se pronuncia A-R-E-L-A-I-N) y estoy a cinco minutos de graduarme por completo de la universidad. Estudie la magnífica carrera de biología marina y gracias a ello me iré a vivir a Australia pero antes debo de pasar la prueba en el laboratorio de conservación de fauna y flora Mariana de Sindey.
Moría por este momento, amo a mis amigos y todo lo qué New York me puede ofrecer pero soy un espíritu libre. ¿Mis padres como se tomaron mi gran idea? Nada fácil, tanto mi madre y mi padre son dos magníficos abogados de esta ciudad, es increíble ver cómo las personas los respetan y les temen, sobretodo mi padre un hombre alto corpulento con un físico que no le hace ver sus casi sesenta años y ni hablar de mi madre una mujer exitosa digna de la portada vogue de los abogados.
Cuando les dije qué no seguiría su legado sentí la tierra temblar, mi padre amenazó con mandarme al psicólogo por salir del patrón familiar, mi madre lo tomo con mucho mas calma pero se le veía un tanto "decepcionada", en cuanto me dieron su visto bueno me propuse ser la mejor de mi clase y la mejor en todo, gracias a ello pude tomar cursos los cuáles me ayudan a seguir con mis sueños. Mi especialidad? Uff los tiburones, los seres más increíbles y magníficos del mar.
— Les deseó una larga y magnífica vida haciendo lo que aman. — el profesor se despidió de nosotros y justo en ese momento el timbre sono...
Solo tengo dos mejores amigos, los cuáles me han acompañado en esta trayecto de mi vida, dejé el romance de lado y me enfoqué en mis sueños y metas, claro qué salgo con mis amigos y la diversión nunca me hace falta.
Tomé mi mochila y me salí directo a mi auto necesitaba salir ya de la universidad, realmente deseaba llegar a este punto en mi vida, mañana me iría directo al aeropuerto y mi nueva vida comenzaría, mis padres me harán una cena de "despedida" .
En cuanto llegué a mi casa está llena de globos azules y aqua con delfines realmente mis padres me amaban y se había terminado la guerra con ellos y mis gustos, llegué a mi habitación y fui directo a la bañera, un hermoso vestido jade con zapatillas plata me espera, el vestido es estiló cóctel, mi cabello hara un perfecto juego.
Les hablaré de mi, soy un mujer de un metro con setenta centímetros, una cabellera café claro y por herencia de mi madre mis ojos son grises y mi cuerpo no me causa conflicto soy delgada y la ropa me queda como yo quiero así que todo bien.
Mis dos mejores amigos vendran a mi casa para la despedida, seque mi cabello y lo molde dejándolo con un poco de volumen. En cuanto baje mi madre me abrazo.
—Te voy a extrañar horrible pero me encanta la idea de saber que estarás haciendo lo que amas.— su perfume dulce me lleno por completo.
— Y yo a ti mamá.— besé su cuello y suspiro.
En la casa estaban mis tíos más cercanos con sus buenos deseos, aunque realmente fue muy lindo el gesto de mis padres al hacerme una fiestas yo simplemente quería irme a Australia pues mis esfuerzos me habían dado un beca y en el laboratorio ganaría un sueldo bastante bueno para llevar una vida normal.
Me tomo varias fotos y mi padre dió un discurso de lo orgulloso qué se sentía de mi, para mí fortuna la despedida termino más rápido de lo que pensé pues realmente quería irme.
Tomé a mi gato y lo lleve conmigo a mi habitación, mañana partiría y porfin vería el fruto de mis esfuerzos, las ansías me comían las entrañas, siempre quise vivir cerca del mar y ahora que estoy a punto de vivir ello mi vida la siento soñada.
Mi gato de angora está en mi pecho, me encantaría llevarlo conmigo pero se lo mucho que mis padres lo adoran, hoy sería la última noche que pasaría en mi hogar, se que regresaré pero me encantaría regresar más ante ciertos aspectos de mi vida.
Desperté de golpe, el reloj marcaba las diez de la mañana, Llegaría a Australia un sábado por la tarde, hoy es jueves realmente los nervios me consumían ...
Mis padres me acompañaron hasta dejarme, mi madre me regaló su chaqueta rosa pastel fue muy tierno ya que yo había olvidado la mía en mi habitación antes de irme, estoy usando un pans negro y una blusa blanca con mis típicos conversé negros.
No miré hacía tras, en cuanto fue mi hora de partir corrí, una parte de mi moría por descubrir la nueva aventura y la otra se quedó con mis padres, llegaría a Australia el sábado por la tarde, tendría todo el domingo para ir de compras y adaptarme un poco.
De mi bolso tomé un libro y con ello di inicio a las nueva aventura.
