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—No puedo creer que aún siga dormido. — exclamó con molestia Midoriya.

No era la primera vez que lo encontraba durmiendo encima de su escritorio, no podía imaginar que aquella bolsa de dormir era más cómoda que una cama. Vio a su alrededor y notó como la oficina estaba hecha un desastre, varias bolsas de café, empaques de galletas, gelatinas energizantes. Podía concluir que no había dormido en días.

—Ni modo, toca despertarlo de la manera tradicional. — sacó una bocina que llevaba en su bolsillo, por si alguna vez ocurrían escenarios como aquel. Se cubrió un oído y la activó.

El estruendo retumbó en toda la habitación, Midoriya contó 5 segundos, para apagarla después y prepararse para lo peor. Y lo peor fue que su maestro cayó al suelo con todo y bolsa de dormir, como un capullo de oruga cayendo de un árbol. Con el ceño fruncido, recuperándose del golpe, Shota le lanzó una mirada furiosa. Izuku ni se inmuto.

—Ahora vas a entrenar el triple de lo usual. — murmuró el pelinegro, saliendo del saco de dormir y arreglando sus ropas.

Shota le hizo una señal para que vaya a cambiarse mientras que él hacía lo mismo, no había notado que el muchacho ya estaba correctamente vestido. Pocos minutos después se dirigieron a la sala de entrenamiento. Todo el camino el pelinegro fue regañándole que jamás lo interrumpiera en la hora de la siesta, que era sagrada.

—Pero...usted es mi maestro. — Espetó el muchacho — Debería tomárselo más enserio.

—Lamentablemente lo soy. —el maestro se cruzó de brazos y le dio un leve empujón— Ahora camina, vamos a ver que tanto has progresado.

Midoriya suspiró. Ser un quirkless le había traído muchos problemas antes, incluso cuando era niño. Sin embargo, al presentarlo en el Frente, vieron que el chico era calculador e inteligente, las notas y apuntes que tomaba eran más valiosas y puntuales que las que un espía común podía conseguir. Al principio solo consideraron su agilidad mental, pero después de algunas misiones también decidieron entrenarlo en lo físico, por lo que lo asignaron con Aizawa.

Una buena parte de la madrugada y toda la mañana Shota se ocupó de verificar cuan fuerte se había vuelto, además que tendría que sopesar sobre el manejo de armas, el combate cuerpo a cuerpo no serviría de mucho sin un plus. Había previsto la idea de tomar medidas más extremas. También quería medir cuan fuerte era psicológicamente, había visto en el muchacho muestras de sentimentalismo y cierto rencor.

—No entiendo porque entreno tanto si tranquilamente puedo ir con otros defensas a las misiones. —refunfuñó el peliverde, el sudor le recorría la frente.

—¿Quieres morir a manos de otras mafias o de la policía? —respondió Shota.

—No, claro que no, solo lo decía porque...  

El joven peliverde se calló apenas su superior azotó la pared con fuerza

— Entonces has lo que te digo!

—No puedes obligarme! —gritó el muchacho —No tengo quirk! No tengo fuerza!

—Tu inteligencia no es suficiente!

—Es mas que suficiente!

Izuku estampó un puñetazo directo en el rostro de su maestro. Este se quedó perplejo por unos momentos, pero logró atrapar el puño en el aire. Sin embargo, la furia pudo más y comenzó a gritarle al muchacho, conteniéndose para no responderle el golpe. No era la primera vez que lo golpeaba, pero solía ser una sola vez en cada disputa. Su discusión continuó con más griterío y palabras más fuertes, obligando a Aizawa a usar su quirk contra él y esperar a que el muchacho logre soltarse. No se dieron cuenta que a la lejanía unas mechas rubias se asomaban por la puerta, debatiendo internamente si debía intervenir o no.

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⏰ Última actualización: Jan 17, 2022 ⏰

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Mr. & Mrs. AizawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora