🅐🅟🅔🅡🅣🅤🅡🅐

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"La lealtad se basa en el respeto, y el respeto es fruto del amor."
Anónimo

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Un paso tras otro era me era más difícil, jamas creí que me fuera tan difícil mantener este ritmo constante.

Mi corazón latía muy rápido, mis heridas cada vez se abrirán más por lo tanto perdía más sangre, los moretones que rozaban con mi uniforme de la Liga hacían que me ardíeran y dolíaran más pero ya llevaba mucho camino recorrido, no podía rendirme... "No quería rendirme", me había sido más fácil la primera vez que escale las montañas Itakera con Damián al Ghul.

Por mi culpa el se fracturó una muñeca pero apesar que le dolía continuó, ¿Entonces por qué yo no sería capaz también?

Traía cargando en mi espalda la cápsula de vidrio con una base de titanum que pesaba aproximadamente 30 kgr pero su cristal es muy frágil.

Dentro de ésta una orquídea una llamada "Garza blanca", una hermosa pero extremadamente delicada flor, el más mínimo cambio de temperatura o un movimiento en falso acabaría la vida de esta flor (por lo tanto también perdería mi vida) por haber fallado la prueba final para ser la sombra oficial de Damián al Ghul.

Mi recorrido comenzó en la punta de la montaña Tabara que estaba a 3 millas del Castillo de la Liga de Asesinos pero el camino no era fácil, había pasando por deslaves, caminos rocosos e inestables, acantilados y compañeros de la liga que esperan para atarme en cualquier momento.

Solo faltaban un parde kilómetros para llegar al castillo con tiempo de Sobra cuándo llegó otra orda de una docena asesinos que harían cualquier cosa para matar a la orquídea que representa al futuro heredero.

Baje la cápsula rápidamente y las deje a lado de unas rocas que evitaban que se rodará y se dañará después desenfunde mi bokken (katana de madera, que me ordenaron usar) y me puse en posición de ataque.

No tardaron en rodearme, todos estaban analizandome tratando de predecir mis próximos golpes, unos parde segundos después unos pocos trataron de acercarse a la cápsula y dañarla.

Les bloque el camino, repele sus movimientos interponiendo con mi bokken y golpeando sus cuellos y nucas de los tres sujetos cercanos a mi, decidí atacar el resto de las personas, una por una fui dejándolos inconscientes, (un capricho del heredero para dificultarme la vida).

Después de unos minutos volví a guardar mi bokken y volvía poner en mi espalda la capsula y avance tratando de no pisar a las personas que estaban inconsistencias en el suelo.

No puede evitar sonreír cuando vi a lo lejos el castillo de Ra's me acerque con entusiasmo pero una persona me detuvo.

Era alto, fornido con el uniforme oscuro en su totalidad, con el rostro cubierto pero por su mirada fría, sin demostrar algún sentimiento hacia mí pude deducir de quien se trataba, era el general (unas de las pocas personas que no se le podía derrotar además de los maestros) Jayden Blackwood.

Mi padre.

-Lo has hecho un tanto mediocre y por el hecho que eres mi sangre no te dejaré pasar... - Me dijo con una aura amenazante desfundando su katana.

-No esperaba que lo hiciera, padre - Le sonrío con burla y arrogancia provocando un gruñido de su parte.

Se abalanzó hacia mi con rapidez y destreza tratando de dar golpes certeros.

Apenas pude evitar que golpeará la cápsula, se movía con rapidez y me era difícil evitarlo.

Logre poner una distancia entre nosotros, mi respiración entrecortada y agitada, me arrodillé para poder analizar mis próximos movimientos, me levante y dejé la cápsula recargada en una roca que estaba atrás por unos cuantos pasós.

𝑺𝒆𝒓é 𝒕𝒖 𝒔𝒐𝒎𝒃𝒓𝒂 Damián Wayne y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora