𝖞𝖔𝖚

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❝ Let me

kiss you ❞

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— Y entonces me dijo que tenía que besarme para ser su esposa.— Ten habló colocando de nuevo el pequeño vaso ahora vacío sobre la mesa. Arrastraba las palabras y tenía que forzar su lengua para pronunciar bien cada cosa que salía de sus labios.— Y estaba a p... ¡hip! De hacerlo.— Un hipido interrumpió su frase y lo hizo carcajear al igual que a Hendery y a Lucas, quienes le escuchaban expectantes.— Pero era tonto y se trataba de mi primer beso, por lo que me eché atrás. 

— Fue hace diez años.— Justificó el de cabellos rojizos, Ten asintió. 

— Sí pero desaproveché mi única oportunidad para besar a YangYang y ahora jamás podré.— El tailandés abultó su labio inferior bastante apenado. 

— Nunca digas nunca.— Intervino el peligris llamando la atención de su novio. 

— Él dijo "jamás". 

Hendery se encogió de hombros. 

— ¿Ves? No dijo "Nunca" — Se rió con levedad de una broma cuya gracia era inexistente. Los dos chicos restantes se miraron entre ellos como si de esa manera estuvieran decidiendo si echar al peligris del pequeño grupo que habían montado. 

Ten suspiró volteando su cabeza y así apoyando esta en la palma de su mano para acto seguido visualizar a YangYangi, el cual curiosamente lo estaba mirando en aquellos momentos. El cual también estaba siendo apresado por un par de brazos femeninos. 

Pudo ver desde lejos como este le sonreía e intentaba formar unas palabras con sus labios, sin embargo una de las luces de colores que estaban siempre en movimiento se posó sobre su rostro evitando que pudiera entenderlo. Esto, más los efectos que hacía el alcohol en Ten hizo que no captara absolutamente nada. 

Entonces se resignó, estaba lo suficientemente borracho como para llevar a cabo cualquier cosa. 

— ¡Voy a hacerlo! — Ten alzó la voz a la vez que golpeaba la mesa con algo de fuerza, logrando que sus amigos brincaran del susto. 

— ¿Vas a hacer qué? — Cuestionó Hendery pasando una mano por su párpado, la sombra de ojos que llevaba aquella noche se desparramó por parte de su mejilla, pero no pareció importarle o simplemente, no quiso darse cuenta. 

Antes de que sus compañeros pudieran percatarse de sus actos, Ten ya se había levantado y caminaba con una sorprendente fluidez como para estar tan bebido. 

Lo ignoró todo, desde la gente que bailaba con el ritmo en el cuerpo, desde la gente que bebía y estaba a punto de caer al suelo por su desequilibrio, desde la gente que hablaba tan alto hasta hacerle pensar que perdería un tímpano. Ignoró a las chicas que agarraban a YangYang y tiró simplemente de su brazo, logrando que el menor se sobresaltara con levedad hasta ver el rostro del rubio. Entonces se relajó y sonrió. 

Ten se bloqueó durante unos segundos al ver curvarse aquellos bonitos labios que tanto había anhelado. 

— ¿Ten? 

— Dime.— Dijo aún disperso en cada detalle del rostro ajeno. 

— No sé, ¿qué querías decirme tú? 

Y Ten volvió a pisar la tierra. 

— ¡Ah, sí! — Exclamó, y agarró la nuca de su mejor amigo para atraerlo hacia él 

De un momento a otro, tenía los labios de YangYang sobre los suyos. 

El grito de Hendery y el de Lucas se escuchó desde el lugar donde se encontraba. Pudo ver por el rabillo del ojo cómo Ningning y Yujin soltaban una exhalación indignada al presenciar la escena y no pudo evitar sonreír. 

Pero la inseguridad lo carcomía por dentro pues YangYang se había quedado paralizado y no respondía al beso que le estaba otorgando su mayor. Pocos segundos después, el rubio se apartó, quedándose a apenas milímetros de su boca 

— ¡Bésame! — Suplicó el mayor con las manos aún en su nuca. 

— ¿Hyung...? 

— Por la amistad, idiota.— YangYang hizo una extraña mueca, alzó una de sus cejas y Ten chasqueó la lengua, viró sus ojos e hizo tiempo para inventarse algo.— Para reforzarla, claramente. 

YangYang suspiró y antes de que el mayor se diera cuenta, la mitad de su cuerpo estaba colgando boca abajo. El pelinegro lo había alzado y apoyado en su hombro cual saco de papas. 

— ¡¿Qué haces?! ¡Suéltame! — Replicó el tailandés dando golpes a la espalda ajena.—¿A dónde me llevas? 

— A tu casa. 

— P-Pero ¿Por qué?— Ten puchereó, aunque YangYang no pudo ser testigo de aquel gesto, simplemente comenzó a caminar sin contestar. El motivo era obvio pero no para el rubio el cual estaba confundido. 

— ¡Adiós, YangYang-oppa! — Se despidieron las dos chicas, el mencionado no respondió y continuó andando hasta la salida. 

Resignado, el mayor cruzó sus brazos a la vez que se dejaba llevar. No se despidió de Lucas y de Hendery, pues estos parecían estar más pendientes en la acalorada sesión de besos que estaban teniendo. 

"Qué suerte." Pensó Ten antes de salir de aquella casa aún en los brazos de su menor. 

No supo en qué momento había llegado a su casa, menos cuándo su madre le había castigado por salir de fiesta sin prestar atención a la presencia de YangYang. Pero volvía a estar en su cama, justo como hace una horas. 

Solo que esta vez sin YangYang. 



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