Capítulo 3. Mar profundo.

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El sonido de las olas moviéndose con fuerza le despertó, en cuanto sus ojos verdes se abrieron, se vio a sí mismo acostado en el rincón de aquel "asqueroso barco" cómo él personalmente se refería a éste.

Llevó su mano a su ojo izquierdo queriendo aclarar su vista, y en cuánto esta salió de su escondite –bajo lo que él pensaba era una manta–, sintió un gran escalofrío que le hizo temblar del frío, no entendía como no estaba muriéndose o como no estaba congelado por lo menos.

Pero al sentir calor por debajo del cuello se dio cuenta que ese algo que llevaba encima, esa cosa que le generaba bastante calor y comodidad, se dio cuenta que esa gran "manta" tan calentita, realmente era la piel de un animal, un oso grande, pero el olor ya no era de un animal... eso lo sabía.

Harry se levantó rápidamente de su lugar aventando la piel de aquel oso lejos, y sintió escalofríos cuándo pensó de quién podría ser ese abrigo.

—Seguramente fue esa princesa quién me dio esto...— Susurró abrazándose a sí mismo, sentía que su piel se erizaba y los escalofríos no paraban de recorrer su cuerpo cuándo vio a algunos hombres estar ya despiertos mientras conversaban amenamente, aún así, sus expresiones seguían siendo de molestia, o por lo menos esa sensación le daba a Harry.

Volteó hacia el frente de él, ahí se encontraba Niall de igual forma con el abrigo de alguien encima, y pudo ver a la llamada princesa Engla a su lado.

La chica de largas trenzas no portaba su abrigo, simplemente su vestido largo de falda azul oscura, sus botas largas de piel y una camisa color tierra también de mangas largas en la parte superior, aún así esas prendas parecían estar bastante delgadas en cuánto a material, si Harry portaba un conjunto de sus ropas más gruesas y sentía que estaba desfalleciendo, esa chica seguramente ya estaba muerta; entonces asustado caminó hacia ella llevándose consigo el gran abrigo, lo puso sobre la joven y tocó su mejilla para corroborar que siguiera viva, y se sorprendió tanto, cuándo sintió la piel de la chica tan caliente cómo si de un paño para la hipotermia se tratase, tan caliente cómo el agua para un té incluso.

Alejó su mano cuándo sintió casi quemarse ¿la princesa estaba enferma? Entonces cuándo retiraba su mano, la joven tomó su muñeca con una fuerza impresionante que a Harry le asustó.

—¿Qué haces?— Preguntó con su ceño fruncido, Niall se removió a lado de los dos y Engla lo miró soltando la mano de Harry, estando totalmente desinteresada poniendo toda su atención en Niall, pues le preocupaba que pudiera enfermar por las bajas temperaturas por las que estaba pasando.

Justo estaban cruzando por un gran mar rodeado por montañas escarchadas por una capa blanquecina de nieve en las puntas.
El cielo a penas estaba esclareciendo, pocos estaban ya despiertos, así que Harry levantó su vista notando las grandes montañas con nieve que por estar distraído en su enojo no notó hasta ese momento.

Y de pronto quiso tener ese abrigo de vuelta consigo, pero ahora lo tenía su hermano, quien disfrutaba bastante del doble calor que le generaban los abrigos.

El rizado seguía preocupado por la joven que no mostraba ningún tipo de problema al estar en ese lugar tan frío. Pero quiso ignorarlo buscando a la princesa llamada Evelin.

Viendo a todos lados pudo divisar a otro chico de cabello muy oscuro durmiendo en una esquina al frente del barco, también llevaba un abrigo encima, pero sus ojeras bajo los ojos le indicaban que estaba ya algo enfermo, se encontraba atado con una cadena del brazo, lo cuál era extraño ya que en ese barco sólo iban los reyes y uno que otro Jarl de confianza cómo lo era Liam, no los esclavos...

—Ya has despertado.— Dijo una voz tras de él, el joven se giró rápidamente, sorprendiéndose de repente, y cuándo miró, una chica de ojos azules le observaba, no llevaba su abrigo tampoco, y recordó que se lo había dado probablemente, pero Harry no se atrevería a dar las gracias.

Al final del Valhalla» L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora