Al final del Valhalla» L.S

Capítulo 4. Empieza la caza

El sol pegaba directo en las cabezas de todos los tripulantes, los grandes hombres estaban tan concentrados en sus encargos que no tuvieron la oportunidad de tomar atención a nada más.

El viento era fuerte y frío, el sol no lo compensaba mucho, pues éste se reflejaba en los grandes glaciares y hacían un poco difícil mantener la mirada completamente abierta para algunos.

Por su parte, el príncipe Harry recién se removía entre el suelo, sintiendo su espalda algo lastimada, definitivamente no estaba acostumbrado a ese "estilo de vida".

—¡Despierta!— Gritó una chica con voz algo irritante.

El rizado asustado se levantó de golpe recibiendo toda la luz en sus ojos con dificultad y un poco de ardor que le provocó algunas lágrimas.

Harry maldijo por lo bajo.

—Uh, ¿estás enojado, Harry?— Preguntó la misma chica y rio al final cuando no recibió respuesta. — que honor. Bueno, es hora de despertar.

—¿Dónde estamos?, ¿estamos llegando a lo que ustedes llaman un reino?— Preguntó mientras frotaba su rostro con las manos para quitar la ensoñacion.

La princesa rio suavemente. —Me haces reír bastante. Por supuesto que no.

—Oh... ¿entonces?— Preguntó con confusión y su ceño comenzó a fruncirse poco a poco.

—Bueno, pues para llegar a nuestro hogar falta al rededor de un mes cómo mínimo.— Comentó y Harry rápidamente se alarmó.

—¡¿Cómo un mes?!

—¡¿Dijiste un mes?!— Preguntó un rubio que recién había despertado minutos antes que Harry y se había mantenido acostado en su mismo lugar.

—Eso dije. Sólo sí conseguimos suficiente comida para llenar la cantidad necesaria de provisiones, sino sucede así, tendremos que ir a otro pueblo a conseguir y sería otra parada de búsqueda, para luego volver a zarpar.

—¿Cómo consiguen comida?—Preguntó Harry bastante preocupado por esa cuestión.

—Fácil, si es en viajes, simplemente llegamos a tierras cercanas. Con hacha y escudo en mano la conseguimos, nosotros siempre matamos a los animales por nuestra mano, sino, no es fiable para nosotros, cómo has de saber...— Mencionó con esa gran lengua afilada acompañada de su sonrisa ladina, mientras buscaba sus propias armas en un cofre en la esquina del barco. — es el ganado de estas personas a las que hemos venido a visitar.

—Discúlpeme, pero esto es imposible... no puedo aguantar ni un segundo más en este.. en.. es-t...— Niall no pudo continuar hablando cuando se levantó rápidamente del suelo para tomar fuertemente de la orilla del barco, sintió una arcada y luego un líquido salió de su boca.

—¿Estás bien?— Preguntó Engla levantándose de su lugar, para tomarlo del hombro, el rubio iba a contestar pero nuevamente el vomito le ganó.

Harry frunció el ceño cuándo un olor bastante distinto le golpeó justo en la cara, las náuseas llegaron tan rápido cómo para Niall, sin embargo se logró calmar respirando con la boca, aunque era lo menos recomendable.

—¿Qué es e-ese olor ta-an espantoso?— Alcanzó a preguntar el rubio.

Engla movió su nariz de un lado a otro discretamente oliendo todo, pero para ella no era para nada desagradable.

—Llegamos.— Anunció la chica con una gran sonrisa.

Los hombres comenzaron a tomar sus escudos, lanzas, espadas y todo tipo de armamentos que les pudieran servir para desembarcar y regresar con todo lo esperado.