La brillante sonrisa de Akashi Seijuro es deslumbrante, no tan falsa como me gustaría que fuese, pese a que llegue casi treinta minutos después de la hora acordada.
—Buenas tardes, Furihata-san.
Suelto un gran suspiro y a regañadientes respondo su cordial y elegante saludo.
—Buenas tardes. — Akashi sonrió suavemente, sé que él sabe que soy consciente de que todo lo que ocurra hoy le será revelado a mi pequeño hermano, así que ninguno de los dos puede mentir o la mentira será descubierta por el otro, por ejemplo, mi pequeño retraso.
Sin embargo, tengo una excusa perfecta para eso.
—Perdón por llegar tarde, no quería venir hoy (ni nunca). — Refunfuñe como un niño pequeño, haciendo un berrinche infantil, y eso a mi edad es más que estúpido, Akashi me miró, como si él fuese el adulto que trata de entender el enfado del niño pequeño para negociar por la paz.
Pero la paz no es una opción cuando mi hermano pequeño está en el juego.
Akashi y mi Kouki han estado saliendo por casi siete meses, más de lo que pensé que durarían en una relación amorosa, no es que desee obsesivamente que ambos rompan (lo hago), ya que soy un adulto responsable y sensato (no lo soy) he aceptado (en realidad, no) que mi hermano pequeño es gay (¡No lo es!) y está saliendo con Akashi (bastardo)...
...
La realidad es que, en casa, quien más se opone a esta relación soy yo, mamá y papá están fascinados por el encantador Sei-kun.
Este demonio con mascara de un ángel.
—¡APUÑALO A KAGAMI CON UNAS TIJERAS! ¡CON UNAS TIJERAS! ... Y... Y NECESITO UNA BANDITA.
—Sei se disculpó con Kagami y Kagami acepto sus disculpas.
—¡PORQUE NO QUERIA SER APUÑALADO DE NUEVO, SEGURAMENTE! ... ¡¿DESDE CUANDO ES "SEI" PARA TI?!
Inaceptable.
Sin embargo, ya que mi Kouki es feliz con este niño, no puedo hacer nada para separarlos, quiero, pero no puedo.
De esa manera, tengo que ver a Akashi cuando viene de visita los fines de semana, o para la cena a la que ha sido invitado por mi madre, verlo platicando con papá sobre política y finanzas, tratando de comprarnos con su imagen de niño rico (esa última parte quizás sea yo exagerando las cosas porque Akashi jamás ha hecho alarde de su apellido, su dinero o su posición económica).
Aun así, llevarnos bien es imposible e inaceptable.
—Akashi-kun debería saberlo mejor que nadie. Qué es imposible llevarnos bien.— La mesa del restaurant está completamente rebosante de los platillos, bebidas y postres más caros que pude pedir, mientras el perfecto y único heredero del imperio Akashi bebe con fluida elegancia y envidiada paciencia un té medianamente decente, no puede ser que no tenga dinero para pagar, ¿verdad?