Just another love story? II

Secretos

No fue hasta la tarde-noche que Zemo llegó a casa después de una larga jornada laboral, James ya había hecho la cena y limpiado un poco. Alpine se encontraba recostada sobre los hombros de Barnes.

- Quieres comer?- preguntó él mientras lavaba sus manos
- Por favor... hola Alpine,- Zemo tomó asiento en la barra de la cocina, la gatita bajo de los hombros de Barnes para ir a donde su otro dueño
- Qué tal todo? Walker sigue ahí?- James dejó dos platos en lados opuestos de la barra, después fue por las copas y el vino
- Como siempre, publicidad está bajo presión y Walker, bueno no sé sí sigue ahí, la verdad es que no lo he visto, Wanda busca asiente y Natasha te suplanta
- Natasha es tu asistente, por lo menos lo será hasta que me reintegre- el tono de James no era muy animado, se podría decir que llegaba a parecer triste o angustiado, Helmut fijo su mirada en Barnes con curiosidad y un poco de desconcierto
- No quieres volver, cierto?- preguntó, posando su mano sobre la del otro, quien bajo la mirada después de soltar un suspiro
- No lo sé, regresé ayer y mañana tal vez ya tenga toda mi vida de regreso, pero ni siquiera sé que ha pasado, es como sí hubiera estado congelado dos meses, esos meses fueron un infierno Helmut, pensaba en ustedes para mantenerme...
- Sí quieres tomarte más tiempo, puedo pedir unas semanas
- Helmut no puedo pedirte eso, te afectará
- Tranquilo, no me lo estás pidiendo, además me deben 54 días de vacaciones, le diré a Strange que los tomaré
- Pero, Helmut, no...
- No me digas que no es necesario, claro que lo es, acabas de volver, quiero pasar tiempo contigo- Barnes no dijo nada, solo asintió, claro que quería pasar tiempo con Zemo, dos meses sin interrupción de ser posible, pero no quería afectar el trabajo del otro, no quería ser el culpable de que perdiera su ritmo de trabajo; Helmut, por otro lado no encontraba inconveniente en faltar y pasar tiempo con James, el trabajo y su ritmo en este le tenía sin cuidado cuando se trataba de Barnes.

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Clint llegó a casa, un tanto cansado, pero con ánimos de jugar con Lucky; la oficina había sido una locura ese día debido a la conferencia que se llevó a cabo y desde que Helena renunció tras enterarse sobre lo que había pasado con James, era más complicado llevar un orden adecuado en ese tipo de eventos, la falta de personal era un problema grave que probablemente pronto se solucionaría, o al menos estaban más cerca de hacerlo con el regreso de Barnes.

El hermoso perro lo recibió con entusiasmo, brincaba y corría por el patio, tiraba de los pantalones de Clint y saltaba sobre él; en varias ocasiones daba la impresión de que Barton caería.

- Hoy estás más contento de lo habitual- dijo acariciando la cabeza de Lucky, quien cerraba los ojos ante el toque de las manos de su dueño, como disfrutándolo- volvieron los niños de la escuela? Apuesto a que sí
- De hecho fue un hombre- respondió alguien más, Clint se sobresaltó y giró bruscamente
- Quién eres tú?
- Ah soy Kate, vivo en frente, acabo de mudarme; por cierto es un lindo perro
- Gracias y bienvenida al vecindario- Barton se incorporó y fue directo a su casa con la intención de entrar sin prestar más atención a la nueva vecina
- No vas a presentarte? Conozco animales más civilizados- ante estás palabras, Clint paro en seco
- Lo haría, pero la última vez que confiamos en una vecina nueva alguien fue secuestrado
- No creo que presentarse sea causa directa de un secuestro, no tiene sentido
- Pregúntaselo a Buck- susurró bajando la cabeza, no quería hablar con la nueva vecina, ella daba confianza, pero aún así algo en él lo hacía resistirse a ser él mismo, agradable y sociable, tal vez era inseguridad o miedo, o simplemente estaba cansado por el trabajo
- Bien, cómo quieras, hasta mañana- Barton respiro profundo y cuando escucho a Kate alejarse no pudo evitarlo más, se volvió con una sonrisa y corrió hacía el zaguán
- Soy Clint!- gritó, solo había sido un impulso, uno del cuál creyó que se arrepentiría, pero no lo hizo, no de inmediato al menos, era él siendo él, no podía cambiarlo, era su esencia
- Ves, no era tan difícil!- él rio, al igual que ella- Buenas noches!
- Buenas noches... si, seremos buenos vecinos