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Jennie...

"¿Es esta la peor idea de mi vida?", se preguntaba Jennie, mientras subía en teleférico hacía la casa de Seungri (más en concreto de la familia Yang) en el bosque.

¿Era una buena idea meterse con algo relacionado con tal familia?

En circunstancias normales, diablos no. Los Yang siempre significaban malas noticias. Apestaban a dinero sucio, ellos generaban conflictos prácticamente a todos los lugares a los que iban. Conocidos como los "pilares de Gyeongju" de forma habitual. Algo que era cierto, pero también eran una familia de imbéciles y ladrones que habían tejido su retorcido legado pisoteando los sueños de otros.

Jennie estaba perfectamente justificada al mantenerse alejada del arruinado hijo único de los Yang. Entonces, ¿por qué diablos había tomado un autobús desde la ciudad de Gyeongju hasta las montañas solo para pasar un tiempo en una finca de dicha familia? ¿Por qué se estaba poniendo voluntariamente en una posición que le exigía estar tan cerca de Seungri?

Sin embargo, ella no era la única que asistía, ya que sentado a su lado se encontraba Mino, su socio voluntario en el crimen. Ninguno de los dos estaba exactamente emocionado por lo que estaban haciendo, pero al menos lo estaban haciendo juntos. Aunque el chico, solo la acompañaba porque descubrió que ella iría sola, ya que él no había sido invitado a la "fiesta". Y bueno, si creían en los mensajes de texto, no solo ellos desafiaban el frío en las montañas para pasar el rato con un Yang. Una buena noticia.

Pero incluso con eso, Jennie no estaba segura de qué, la impulsó a aceptar la invitación. Hasta hace unas semanas, había hecho todo lo posible por mantenerse fuera del camino de Seungri. Y en realidad había tenido éxito, a pesar de tener clases con CL (Mejor amiga de Seungri). Entonces él le envió un mensaje de texto de la nada. ¿Cómo diablos había conseguido su número? ¿CL? Definitivamente no de Mino. En cualquier caso, la había invitado a su pequeña fiesta y ella había dicho que sí.

Además, ¿Por qué los Yang siquiera construirían una casa en ese lugar?... Probablemente solo porque podían. Jennie no podía pensar en nada que se acercara siquiera a una buena razón para tal edificación.

Suspiró, apoyando la cabeza contra el hombro de Mino. Hacía demasiado frío afuera, y este lugar estaba demasiado aislado para su gusto. Había esperado un lugar un poco alejado de la ciudad, en alguna zona densamente poblada rodeada de toneladas de otras casas, pero los Yang amaban su soledad. Ahora lamentaba no haber investigado el sitio a donde iría, lastimosamente ya no podía hacer mucho al respecto, ya no podía volver atrás.

— ¿Frío? — Preguntó Mino.

A pesar de estar mal vestida para las condiciones climáticas, Jennie negó con la cabeza. Sí, tenía frío, pero no quería preocuparlo. Sentía que al menos le debía paz mental, si eso era posible cuando iban a estar tan cerca de Seungri. Ella le había dicho una y otra vez que no tenía que acompañarla, pero, por supuesto, su mejor amigo insistió.

— Estoy bien — respondió — ¿Tú?

Mino le lanzó esa sonrisa tonta suya — Estoy genial, Jen jen — dijo — Voy a ir a la fiesta de un Yang. ¿Por qué no estaría genial?

Jennie se rió. Sonaba tan ridículo la forma en la que él lo dijo. Pero eso era para lo que se dirigían allí, ¿verdad? Fiesta con un Yang. En una casa, básicamente en medio de la nada. Eso sonaba como lo opuesto a un buen momento, pero al menos era solo por el fin de semana, y una vez que llegara el lunes, podría volver a fingir que Seungri no existía.

El teleférico iba a un ritmo tremendamente lento, lo que les daba mucho tiempo para pensar hacia dónde se dirigían. No es que importara ahora. Ya no había vuelta atrás. Jennie miró a su alrededor. Aparte de Mino, no había visto a ninguna otra persona desde que se bajó del autobús. ¿Acaso eran los únicos allí?

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