Momentos previos al desastre

547 70 121
                                    

Este capítulo es más largo de lo usual, como el doble de los de siempre 

—y este es mi perrito!— presentó atsumu al animalito

—ya me enviaste como cincuenta fotos con él, me sorprendería que no fuera tuyo— respondió sakusa, estaban en un videochat mientras en la ciudad de atsumu llovía demasiado, al punto que se escuchaban truenos

—más respeto, este animalito es mi vida, es mas, le pides permiso para nuestra próxima cita

Se arrepintió al instante

Estaba seguro de que eran citas?

No lo estaba

—no fui yo el que propuso las películas?— preguntó sakusa en respuesta

—se que quedamos el viernes, pero mañana no tengo práctica, puedo llegar para las cuatro, o te queda incómodo?

Tal vez hubiera preferido pasar ese miércoles sin práctica con oikawa, pero estaba algo sobrecargado en trabajos y voleibol

O con sus compañeros de equipo

Pero supo porque no iba a haber práctica el miércoles y esa opción fue tachada con un marcador grueso de tinta negra

—tampoco tengo práctica mañana, el entrenador lo cancelo, te estaré esperando para mañana entonces

—hablas con oikawa?— pregunto Osamu apenas entró al cuarto

Estaba con suna

Ni siquiera creía en Dios, pero benditos sean esos malditos audífonos

—si—, respondió vagamente para seguir la conversación— que pedimos mañana? Vamos a ver una película de terror así que pensaba en lo clásico, unas palomitas y gaseosa, ya sabes como el intento fallido

Los dos chicos en la habitación eran testigos

Atsumu miya era un miedoso en esos términos

Una vez se quedaron hasta tarde viendo películas de terror los tres

Suna se levantó como a media noche a ir por un vaso de agua y cuando volvió atsumu casi tuvo un infarto

Probablemente despertó a media cuadra con el grito que pegó

Por suerte ningún vecino llamó a la policía

Pobre oikawa que no sabía que atsumu probablemente le enterraría las uñas en el brazo del miedo

—no vamos a volver a cocinar— dijeron al unísono

—también quiero colocar un poco para ti, ya sabes, soy un colocador excelente, tu eres un as excelente, somos perfectos juntos— estaba diciendo estupideces? Probablemente

Vio como las mejillas de sakusa se tiñeron de un rosa claro

—a mi también me gustaría rematar algunos de tus pases, miya

—deja de decirme miya!— se quejo atsumu

—deja de quejarte, no te duermas muy tarde o te vas a querer morir en la mañana— le reprochó el pelinegro

—el chiste acosta tuya, me voy a querer morir en la mañana a pesar de todo

Ambos entraron en un lapso de risas

Había encontrado a alguien que se reía con el y no se preocupa

Debería arreglar el matrimonio desde ya?

—duerme bien— se despidió sakusa— miya

Colgó

—no me digas miya!!— se quejo atsumu al aire

El chico de la cafeteríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora