❝Te destruiré como no tienes idea. Pero si obedeces y logras soportar esto, borraré tu dolor❞.
Felix Lee no debió reencontrarse con parte de su pasado. Y Hwang Hyunjin era una persona en extremo peligrosa que no debió cruzarse en el camino. La malic...
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PJ Harvey - When Under Ether
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Mirar aquellas rejas negras en el más lúgubre y gótico ambiente hacía que se le pusiese la piel de gallina. Custodiaban un conjunto de edificios estilizados finamente. Felix sentía un cosquilleo tortuoso y gélido en su carne al ver las figuras santas de mármol blanco adornando los pastos y rosales de aquella zona.
Lo odiaba, le recordaban a casa y era tan extraño... Contradictorio.
Después de aquel estrechamiento de manos entre su viejo amigo, Felix fue invitado rápidamente a acompañar a Jisung. Sin nada de información más que debía llevar dos cambios de ropa que le hiciesen pasar desapercibido. Ahora iba en camiseta manga larga y chaleco color negro de lana china, junto a un pantalón tableado de azabache verdoso y sus mismos zapatos que llevó más temprano, no tenía otros.
ㅡ¿En dónde estamos?ㅡ. Preguntó inseguro, mirando con cautela cómo otros jóvenes adultos entraban y salían a través de aquella reja. Sintió sudor frío cuando veía las caras serias de los extraños, y cómo los guardias que custodiaban las rejas le miraban con recelo. Definitivamente esto le recordaba a casa, y le enfermaba.
Jisung se había quedado con él frente a la reja negra, a una distancia considerable en el asfalto mojado. Estaba revisando algo en su maleta de cuero marrón, buscando algo al parecer importante por deducción del australiano.
Entonces sacó unos papeles amarillentos con algo escrito en tinta de impresión, eligió uno y dejó los demás de vuelta en su lugarㅡEn el lugar dónde el conocimiento universal se imparteㅡContestó tranquilo revisando atentamente el papelㅡVen, no perdamos más tiempoㅡ. Ordenó levantando su vista hacia los guardias.
Felix negó nerviosoㅡJisung, esto no me gusta...ㅡ. No podía dejar de mirar aquella cruz, que se encontraba fundida en el escudo dividido de las rejas color azabache. Dos espadas, corona de espinas y la crucifixión de lo prohibido.
El rubio amielado miró en la dirección de su amigo y se dio cuenta de su inquietud con la mirada abierta ¿Cómo se atrevió a olvidarlo?... Se debería llamar imbécil así mismo en vez de mentor y compañero.
Dándose la vuelta hacia Felix, Jisung sostuvo su hombro y le vio a los ojos con empatíaㅡIgnora esos simbolismos, si nos lo quieres ver mírame a míㅡLe indicó sereno, aunque en el fondo de su oscuro semblante se estaba retorciendo de odio propioㅡPero no te separes ni te distraigas, estar perdido en estos tiempos no es nada bueno.
Felix asintió, pero un tanto confundido por las últimas indicaciones.
