❚ 𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟎𝟓 ❚

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El sonido de una pequeña campana de reloj se hizo oír en el departamento. Felix abrió los ojos pesadamente y estiró el brazo para apagar la alarma. Era el cuarto día.

Las cosas lentamente estaban resultando bien. La perseverancia de las siguientes horas a la previa discusión sobre qué harían hizo que la convivencia entre ambos jóvenes fuese más que amena.

Jisung y Felix lograron desarrollar una sinergia y organización fuerte que les hacía despertar al alba, desayunar distintas cosas de la despensa y platicar casualmente de las cuestiones que les aquejaban por las mentalidades que tenían con respecto a las lecciones.

Sin embargo, para Felix estas rutinas, estas lecciones y esta vida repentina rutina en general, se sentían incompletas desde un inicio. Él sabía bien que sus decisiones le hicieron consecuente de lo que estaba ocurriendo aquí y ahora con su vida. Pero negar que todo fue tan apresurado era el problema principal.

Todo lo que había ocurrido aquella tarde en la cafetería, se sintió como una fuerte bofetada que le dejó sin defensas para detener el futuro curso de los hechos que Jisung le hizo vivir.

Era como haber sido seducido por alguien superior para que él hiciese cosas que normalmente no haría bajo ninguna circunstancia. Tenía el sentimiento de amargura después de despertar de aquel hechizo, y quería hacérselo saber a Jisung, para que al menos estuviesen mejor dentro de la misma sintonía que tenían en clases.

Por lo que decidido a seguir con sus pensamientos, Felix se levantó ese cuarto día más temprano de lo que hacía normalmente, y preparó personalmente un buen desayuno extranjero.

Constaba de jugo de naranja exprimido de la misma fruta, huevos escalfados, con varios pares de pan tostados en el pequeño horno de la cocina, un plato con palta molida, y cuando todo estaba listo, Felix se tomó la libertad de poner la mesa y dejar la mantequilla y la mermelada de ciruela que habían desayunado días atrás en sus respectivas lozas de porcelana.

En cuanto finalizó los preparativos, Jisung ya había abierto sus hinchados ojos por la pesadez del sueño y miraba sentado en su cama completamente aletargado a Felix.

El australiano, un poco contrariado por el silencio que se estaba dando, limpió sus manos con el pañuelo que había en la cocina y se acercó a Jisung.

ㅡGood evening, sirㅡ. El australiano sonrió dentalmente contento. Y se arrodilló para picar la frente del coreano que seguía un tanto lento en su pijama azul marino.

ㅡNo hables en inglés tan temprano, o lloraré pensando que he abandonado la prácticaㅡ. Jisung se rascó con un par de dedos sus ojos, mientras el australiano rió nasalmente.

ㅡ¿Por aquí no hablas el idioma con nadie extranjero?ㅡ. Felix enarcó una ceja divertido.

ㅡAquí a nadie le entusiasma hablar de lo extranjeroㅡJisung levantó sus brazos estirando y crujiendo su cuerpo, y exhaló irónicamente cansadoㅡExcepto para presumir sus vacaciones carísimasㅡ. El rubio amielado se levantó de la cama y fue directamente a la mesa descalzo, seguido por Felix quien iba en calcetines.

ㅡComo puedes ver, quise preparar el desayuno. Ayer parecías un tanto ocupado respondiendo hasta tarde el correo de las cartasㅡ. Felix cruzó sus brazos por detrás, dada su costumbre del trabajo, mientras, Jisung se sentaba en la mesa ratona de la cocina.

𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝𝐲 𝐍𝐢𝐛𝐛𝐥𝐞⎮𝐇𝐘𝐔𝐍𝐋𝐈𝐗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora