Capítulo 3

951 68 11
                                    

Habían pasado tres semanas desde en la noche que Stiles le había entregado su cuerpo, su virginidad, su primera vez. No había parado de llorar, por sentirse insuficiente, tan pequeño, defectuoso. Derek no lo había buscado en esos días, ni siquiera le había mandado un mísero mensaje.

¿Por qué? ¿Por qué no lo quería? ¿Porque no era guapo?¿Porque era humano? ¿porque no era mujer o porque tenía TDAH? Tal vez por una combinación de todas esas cosas.

Él lo ama tanto, tanto que dolía tener que ocultarlo, tanto que dolía respirar. Stiles podía hacerlo feliz, podía entregarle el mundo si se lo pedía. ¿Por qué no se daba cuenta de eso?

No podían culparlo por llorar, su corazón se rompía con cada día que pasaba, con sus pensamientos agobiandolo y sin una noticia o intención de Derek por buscarlo. Quedaron en qué nada cambiaría, que serían amigos, pero le mintió.

Bueno, no podía culparlo de todo, él tampoco había hecho algo por buscarlo, tal vez y solo tal vez le estaba dando su espacio.

Su tristeza no había pasado desapercibida, Scott trato de sacarlo de su cuerpo varias veces esos días, pero no podía, le dolía tanto el corazón que no podía fingir estar bien ante los demás.

El alfa harto de ver a su amigo, llegó ese día decidido a la casa de castaño, este día lo sacaba sí o sí. Estaba preocupado, no lo había visto así desde la muerte de su madre y le lastimaba tanto no poder ayudarle, porque no sabía que pasaba.  Si cuando llegó lo vio tan feliz, ¿Sería por el matrimonio de Lydia y Parrish? No, eso no podía ser, él se puso tan feliz cuando le dieron la noticia.

Cuando entro a su cuarto, una vez más lo vio enrollado entre las sábanas, como un burrito, un adorable burrito humano. Se acercó a él y sin contemplaciones le quitó la sábana.

-¿Qué diablos te pasa Scott? - le reclamó enfadado - ¿Por qué no me dejas ser miserable? Te he dicho que quiero estar solo.

- Ya te deje ser miserable dos semanas, no me pidas más tiempo, no puedo seguir viéndote así, me duele a mi también - le dijo completamente serio - habla conmigo, dime ¿Qué pasa?, me preocupas tanto.

Cuando vió que sus ojos comenzaron a cristalizarse, amenazando con derramar nuevas lágrimas no lo soporto y se sentó junto a él en la cama, lo atrajo hacia sí sentandolo en sus piernas y le dió el abrazo tan fuerte como podía sin llegar a lastimarlo.

- Cuéntame, sea lo que sea, estaré contigo, no importa lo que sea.

- Después - fue lo único que me contestó con la voz entrecortada.

Acariciándole el cabello, y dando uno que otro beso en su cabeza ocasionalmente, diciéndole que todo estaría bien, que superarían juntos lo que fuera, dejo que se desahogará de nuevo hasta quedarse dormido. Fue entonces que pudo quitarle un poco del dolor que sentía con sus poderes de curación, estaba seguro que cuando despertará esta vez si le contaría y agotado se quedó dormido junto a él.

Cuando despertó el lobo, ya estaba comenzando a anochecer, pero su amigo seguía durmiendo, no dispuesto a despertarlo, se levanto a hacerle de cenar, era evidente que durante esos días, Stiles había descuidado su alimentación.

Le hizo unas hamburguesas con papas fritas, era su comida favorita, así que esperaba que se comiera todo, subió las escaleras esperanzado de saber ahora sí que estaba pasando con Stiles.

Cuando entro lo vio despertando y como traía su suéter rojo con capucha no pudo evitar decirle - Buenas noches Caperucita.

No le contestó pero por fin lo vio sonreír, era una sonrisa pequeña pero algo era algo. Se sentó junto a él y le entrego la bandeja con comida, espero pacientemente a que terminara de cenar mientras le acariciaba la espalda. No podía evitar quitarle las manos de encima, su lobo lo hacía querer reconfortarlo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 08, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

No Puedo OlvidarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora