Capítulo 1

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Tal vez no debió dejarse influenciar, tal vez ni si quiera debió de ir a aquella despedida de soltero, pero Parrish merecía ese esfuerzo, el agente estaba muy emocionado por su futuro compromiso con Lydia, después de 3 años de relación,  y quería festejar aquella noche con todos. Él no era nadie para negarle eso.

El Hellound era un buen amigo, consejero,  compañero de manada y de trabajo, porque sí, después de todo el tiempo vagando, hundiéndose en sus penas, quiso hacer algo bueno con su vida y había decidido entrar a trabajar en la comisaría.

Aunque, siendo sinceros ¿A quién quería engañar? Había escuchado a escondidas, en una conversación de los chicos, que a aquella fiesta iría Stiles, aquel chiquillo valiente, que los había ayudado en varias ocasiones y con el que se habían salvado mutuamente infinidades de veces. Y esa era la verdadera razón por la que iría a aquella fiesta.

Quería volver a verlo, de eso no tenía duda. Saludarlo tan si quiera, después de tres años sin verlo, supo reconocer la falta que hacía en la manada, después de la batalla con Monroe y Gerard, no habían tenido más problemas.

Estaban bien, todo estaba tranquilo, ningún nuevo enemigo apareció por el pueblo, pero hacía falta su humor, su sarcasmo, su habla sin fin, Stiles hacía falta ahí con todos ellos.

Sin embargo estaba muy feliz y orgulloso de él, ya que, el chico fue persiguiendo su sueño de ser un gran agente del FBI y lo estaba cumpliendo, eso le había contado el Sheriff cuando le preguntó por él y por lo mismo no se había aparecido por Beacon Hills, o no al menos que él supiera.

Después de todo ¿Por qué querría que le avisarán que estaba en el pueblo a alguien que lo trató mal?

Sacudiendo la cabeza, prefirió no pensar en cosas negativas, no esa noche, hoy se la pasaría bien.

Saludaría a Stiles, si se diera la oportunidad se pondrían al corriente de todo lo que han hecho estos tres años con él y si no, pues ligaría con alguien para follar esa noche.

Decidido a dar un buen espectáculo, se afeito y peino lo mejor que pudo, escogió el mejor conjunto que tenía en su armario, tomó las llaves del Camaro de la mesilla junto a su cama y se puso en camino al local, ya llegaba 2 horas tarde, pero al menos se salvaría de los juegos estúpidos básicos en esas fiestas.

Como buen amigo con dinero le pago esa noche al dueño del bar, rentando el local, para que Parrish tuviera una fiesta más personal, solo con amigos y familiares.

Hoy sería una buena noche se dijo mentalmente.

Pero las cosas no sucedieron así, por eso los planes apestan pensó, nunca suceden como tenías planeado.

No pensó que hubiera demasiada gente, por suerte los juegos ya habían terminado, porque habían algunos bailando en la pista con las strippers del lugar, los más fieles bailaban entre amigos y algunas parejas también.

Dió un vista rápida por todo el local pero no lo vió en ningún lado, con el uso de su olfato era difícil buscarlo, demasiada gente, demasiados olores, seguro no había podido ir, decepcionado se acercó a la mesa en dónde estaban sentados algunos la manada.

Los saludo a todos y se sentó a platicar con ellos, después de varios tragos, tuvo el valor para preguntar, no quiso quedarse con la duda por el chico, pues al menos quería saber la razón por la que no se encontraba ahí Stiles, quería asegurarse de que se encontraba bien.

Pero no obtuvo una respuesta verbal, ya que, todos señalaron hacia un mismo punto, el centro de la pista, giro su mirada hacia esa dirección y ahí, en medio de toda aquella gente, lo vió.

No Puedo OlvidarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora