Capítulo 1: «No pierdas tu fuego »
Los 11 años, la edad perfecta para... empezar
DRACO LUCIUS MALFOY
Rubio, engreído, malcriado y rico en toda la extensión de la palabra. Sin mencionar su belleza inigualable. Sus padres se encargaron por años de mostrarle de lo que era capaz, de todo lo que era dueño y que en esta maldita vida era merecedor de absolutamente todo lo que quisiera.
Para los Malfoy no había imposibles, aquello que se propusieran siempre lo lograban y se salían con las suya. No importaba que tan bueno, malo u oscuro fuera.
Con el tiempo, el pequeño Draco comprendió que podía ser dueño de prácticamente todo lo que le apeteciera, sin distinción entre cosas, criaturas o personas. Claro que a sus 11 años lo que más anhelaba era la atención, su necesidad por los reflectores y por ser el centro del universo eran increíbles para alguien de su edad. Sin embargo, con la llegada de Potter a Hogwarts comprendió lo que era el odio y sintió como año con año el veneno se acumulaba dentro de él.
Pero sabía disimular, a fin de cuentas aún era un niño.
Todos conocen su historia a grandes rasgos, pero su vida no era tan dulce o tan fácil como muchos creen, pues hablando de su vida personal, muy poca gente conocía lo que ocurría con Draco Malfoy fuera del castillo.
Tras su primer año aún conservaba parte de su inocencia y a pesar de su mirada arrogante y poco interesada, él estaba emocionado por dentro al ser parte de Hogwarts, sin embargo, con el tiempo esa emoción decayó. ¡Y claro que había culpables!
Potter no se llevaba todo el crédito, sino en gran parte también esa sangre sucia que tanto detestaba.
Y ahora mismo se preguntarán ¿por qué?
Al culminar su primer año su padre no esperaba menos de él, pues su confianza y anhelos estaban puestos sobre el pequeño rubio. Cargar con el peso de las miradas y las expectativas de Lucius Malfoy era demasiado para alguien tan pequeño, pero habría sido siempre así.
La rutina de padre e hijo.
Lucius le mostró a Draco casi todo lo que sabe hacer y el pequeño lo admiraba como a nadie. En más de una ocasión miró a su padre con detenimiento, analizando cada una de sus decisiones, cada uno de sus movimientos, cada una de sus acciones y comenzó a imitarlas bastante bien. En su mente, Draco tenía una idea de cómo debía hacerse cada cosa y aunque con el tiempo dejo de pensar en «hacer las cosas como a Lucius le gustaría» y cambió a su característico «estilo Malfoy», una parte de él nunca lo abandonó.
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Ambition {Draco Malfoy}
FanficJamás imaginarías lo que un grupo de chicos pueden lograr. Todo por una simple ambición. Conoce más sobre la historia de este grupo de slytherins, sus deseos, sus fantasías, sus miedos e incluso su pasado. Y que no te sorprenda el hecho de que puede...