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Sunoo estaba acostado en su cama mirando el techo pensando sobre las cosas que hizo el día de hoy.

"¿Me escuché muy tonto?" Lo único que le venía a su mente era lo último sucedido esta noche, él haciéndole una pregunta tonta a Ni-ki.

Se giró en su cama. Ahora le daba vergüenza verlo a la cara, si no era para tanto la pregunta también recuerda cuando cruzaron miradas en el salón del club.

"Después de que choqué con él en la entrada han pasado varias cosas estos últimos días relacionadas con él." Se tapó su cara con las manos y se dio unos golpecitos.

Estás exagerando Sunoo, solo han sido 3 coincidencias.

"Sí, tal vez solo estoy exagerando." Apagó su lámpara e hizo el intento de dormir.

Se puso en mil posiciones para tratar de dormir y no pudo, se estaba cansando de intentarlo, ¿Por qué era tan difícil dormir?

Se levantó de su cama y se sentó en la orilla de su ventana que daba a la calle, la abrió y el viento pegó en su cara. Sin quererlo se puso a pensar miles de cosas que pasaban en su vida y alrededor de ella.

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Ni-ki entró a su casa haciendo silencio, no quería volver a tener problemas con su madre, aunque dudaba que estuviera esperándolo.

Subió a su habitación y se sentó en la silla de su escritorio. Aún no tenía sueño por lo que se puso a ver en los cajones del mueble.

Grave error.

Jamás debió abrirlos.

Ahí se encontraban todas las fotos de él, su madre y su padre, todos juntos con una sonrisa en la cara, también se encontraban unos regalos del día del padre y los que nunca entregó a su madre.

Se sentía inservible.

Soltó una risa.

Y en eso también llegaron las lágrimas.

¿Cuál era la razón por la cuál no podía hacer feliz a su madre?

¿Ella estaría feliz si él estuviera muerto?

¿Fue su culpa qué su padre los abandonara?

Todas esas sonrisas en las fotos eran falsas, siempre lo fueron, los abrazos y halagos de su padre hacia él siempre fueron falsos, todos y cada uno de ellos.

¿Es qué él era el error?

"Yo jamás pedí nacer." Murmuró mientras se limpiaba agresivamente las lágrimas.

Recuerdos venían a su memoria, el cerebro le estaba jugando una mala pasada en estos momentos.

Trataba de descifrar si aquellos momentos donde reía con sus padres mientras jugaban con él también eran mentira. Las veces que su padre lo felicitaba por sus buenas calificaciones en el kinder.

Pero también recuerda el día que su vida se vino abajo. El día en que su madre lo culpó y le recalcó que sólo fue un error y que por su culpa su padre se había ido con otra mujer.

Ni-ki caminó a su cama y se sentó en ella, tomó una almohada y hundió su cara.

Estaba demasiado dolido.

"¿Por qué me odias?" Había llevado con él a la cama la foto donde sale con su madre. "¿Estarías mejor aquí sin mi?"

Siempre desde que era pequeño escuchaba el llanto de su madre en el baño, lloraba porque no se sentía suficiente y que por eso la abandonaron.

tú eres mi otro yo [sunki] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora