Te amo, no te amo.

Día 6: Cartas o notas de amor

Dan: Mira qué lindo bebé, el primero que haces que no se desvía a la angustia.

Shana: Aunque no sé qué tan fluff sea... Bueno, al menos hay un Shinichi avergonzado, ¿eso cuenta?

Dan: Mira a quién le preguntas... *Suspira* Yo digo que sí.

Shana: Oye, tú eras la que me gritaba cada vez que escribía algo remotamente triste, jajaja.

Dan: Bien, bien, es válido. Tómalo o déjalo.

•••

Shinichi no estaba seguro de cómo sentirse respecto a la nota que ahora tenía en sus manos. Había pasado al menos una semana (¿o fueron dos?) desde que había visto a Kuroba por última vez (y no quería pensar mucho en ello).

Aunque dejando eso de lado, ahora el problema era esta nota. Un simple pedazo de cartulina blanca escrita con tinta azul con una fecha, una hora y una dirección. Bueno, más o menos. En serio, ¿Qué hubiera pasado si alguien más veía la nota antes que él? No había ninguna maldita cosa en su contenido que no fuera revelador de una mala manera.

Pero por supuesto que unas horas más tarde, el estúpido ladrón demostraría que no le importaba eso en lo absoluto con el anuncio de un nuevo atraco, siendo este transmitido en la televisión con el mismo maldito mensaje que había en su propia nota.

Shinichi no sabía si reír o llorar, y estaba bastante seguro de que eso le había pasado demasiadas veces en estos días. Suspiró y se dispuso a leer la nota nuevamente desde una perspectiva más analítica.

Si bien no había pensado mucho sobre la dirección en la nota, pensando que la buscaría otro día, ya que aún tenía algunos días por delante antes del encuentro, ahora tendría que hacer una pequeña investigación; y dado que el contenido del aviso de atraco era el mismo de su nota, ya había deducido el día y la hora, por lo que no tendría que pensarlo mucho. Lo único que faltaba era el objetivo...

Ah, ese bastardo desvergonzado.

Shinichi se sonrojó ligeramente al leer nuevamente esa línea en específico. En realidad, era bastante vergonzoso, especialmente ahora que prácticamente todo Japón podría saber sobre esas palabras en específico, a pesar de que nunca podrán llegar a la misma conclusión que él. Después de todo, viéndolo ahora, KID definitivamente había hecho eso con la intensión de que hubiera un doble sentido.

Un significado para él.

Y un significado distinto para el mundo.

Aunque, Shinichi pensaba, probablemente alguien podría encontrar un poco extrañas las palabras si lo pensaba lo suficiente y esperaba realmente que ese no fuera el caso...

Su celular sonó y no miró el identificador cuando contestó, mientras seguía pensando distraídamente en ello. Ni siquiera alcanzó a decir una palabra cuando hablaron del otro lado de la llamada.

—Así que ese ladrón ahora está profesando su amor a los cuatro vientos, eh.

El sonrojo que Shinichi había logrado despejar, regresó con fuerza.

—¡Haibara! —chilló avergonzado, aunque negaría por siempre que hizo ese tipo de sonido.

Maldita sea, por supuesto que ella se daría cuenta de eso y lo primero que haría sería llamarlo para burlarse un poco de él. Agradeció internamente que aún estuviera solo en el apartamento, si no, sería aún más vergonzoso explicarle a Ran por qué había gritado y estaba sonrojado de esa manera. Intentó relajarse, pero la risa al otro lado se lo hacía imposible.