𝐓𝐡𝐞 𝐔𝐧𝐭𝐚𝐦𝐞𝐝 +𝟏𝟖

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Jimin siguió corriendo lo más lejos del alcance de Yoongi sintiendo su pecho arder luego de un rato por el esfuerzo. Se detuvo en la entrada de la universidad totalmente agitado, a su alrededor podía ver gente entrando y saliendo de las instalaciones. La apariencia de Jimin no era como antes, había madurado dejando atrás aquel niño con frenillos que escondía su timidez detrás de un libro. Su cuerpo se había amoldado con los ejercicios que había empezado a hacer hacía algunos pocos años. Su sonrisa ahora no tenía ningún defecto y su antiguo cabello oscuro había sido reemplazado por un rubio oscuro con pequeñas raíces que contrastaba descuidadamente en su cabellera luciendo desorganizado pero totalmente ardiente. La manera de vestir también había cambiado a lo largo de los años por una más madura y sexy, su camisa de vestir estaba a medio abotonar dejando al descubierto su pecho decorado por una larga cadena de plata. Jimin se había convertido fácilmente en aquel chico que todas y todos quieren tener cerca, pero en sus ojos solamente existió Min Yoongi.

Si alguien pudiera entrar en la mente de Jimin por tan solo un día podría tomarlo por un loco obsesionado. El solo hecho de pensar en Yoongi hacía su piel erizarse, su cuerpo estaba ansioso por tenerlo cerca y dejarse llevar por él.

Jimin trataba de recuperar su respiración luego de aquella larga carrera cuando su mejor amigo apareció inoportunamente sorprendiendo con sus pensamientos.  

—¡Jimin! — Grito molesto mientras lo empujaba a un lado. — Llevo gritando tu nombre desde atrás, ¿No me escuchaste llamarte? Ni siquiera volteaste a mirar.

Jungkook era el nombre de su mejor amigo el cual lo veía enojado mientras le reclamaba.

— Lo siento, Jungkook. — Respondió mientras miraba por donde había corrido. — Ni siquiera te escuché gritar, estaba huyendo de alguien.

— ¿De alguien? — la confusión apareció en el rostro de su amigo. — ¿Te están acosando otra vez? Tú sabes que puedes decirme si algo anda mal. 

— No… No es eso. Vi a Yoongi. — Jimin se quedó callado. — Dios mío, vi a Yoongi.

Jungkook sonrió con burla.

— Ahhh… El Gran Yoongi del que tanto hablas. El Yoongi de tus sueños. Ese Yoongi.— El chico tomó sus cuadernos y mochila. — Deberías dejar de pensar por ahora en él y apresurarte a tu nueva clase.  Eso es en lo que deberías enfocarte ya sabes que tu padre solamente te dejo venir a esta universidad solo si tus notas demostraban que podrías aprender algo acá. 

— Ya, ya… Ya entendí. — respondió cansadamente mientras desordenaba su cabello rubio. — Solo quería decirte que lo había visto. No tenías por qué ponerte así. 

Jungkook lo ignoró y siguió caminando. 

— No llevas ni cinco minutos aquí y ya estás volviendo tu vida alrededor de él, no me sorprendería que tu padre te llevará lejos.