Espiando a la Vecina.

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Mi vecindario era un lugar normal y aburrido, mis vecinos de alado eran una pareja de ancianos que recibían visitas de sus nietos de vez en cuando, los del frente eran familias con niños muy pequeños o recién nacidos, y al otro lado se encontraba en proceso de venta.

Mis padres se la pasaban en sus trabajos la mayor parte del día, así que mi compañía eterna era mi perro.

Un día cuando lo sacaba de paseo vi que al fin habían vendido la casa de alado, el camión de mudanzas estaba estacionado al frente de la casa y algunos trabajadores bajaban los muebles del futuro dueño o dueña, quería ver al nuevo vecino o vecina así que di un par de vueltas más para disimular y ver qué tipo de cosas tenía, tal vez según eso podría adivinar qué tipo de persona se mudaría.

No pasaron ni 2 minutos y bajó una chica de cabello ondeado, tez bronceada, su cuerpo era bastante bonito, se veía ocupada dándole instrucciones a los de mudanzas, así que sólo entré a mi casa, tendría oportunidad de conocerla luego.

- ¿Qué edad crees que tenga? - Pregunté mirando a mi pug, él sólo me miró moviendo su mini cola para luego irse a su cama.

Suspiré dirigiéndome a mi habitación para terminar mis deberes, tal vez esté por salir de la universidad, o incluso ya esté titulada y trabajando, tal vez estaba terminando los 20 o entrando a los 30.

Los días pasaron con normalidad, crucé un par de saludos con la nueva vecina al ir a la secundaria pero nunca entablamos una conversación real, mi madre fue la que le dio la bienvenida al vecindario y hablaba con ella de vez en cuando.

Una noche mientras escuchaba algo de música me asomé a la ventana de mi cuarto, observé el vecindario mientras tarareaba la melodía, hasta que vi la casa de la vecina nueva, mis ojos se abrieron de golpe al verla.

¡¿Se está masturbando?!

Quité la vista de inmediato, pero la curiosidad me estaba matando, así que volví a verla y sí, definitivamente está masturbandose, sus manos llevan demasiado tiempo entre sus piernas, y estaba sosteniendo algo que no podía ver con claridad, seguramente era algún juguete sexual o algún objeto que estaba usando como juguete sexual.

Sentí un cosquilleo en mi vagina al pensar en todas las opciones que podría usar para meter y sacar de su vagina para darse placer.

Vi atentamente cómo subió una de sus manos a uno de sus pechos por debajo del pijama de vestido que llevaba puesto. Mis bragas comenzaban a mojarse, apreté las piernas y mordí ligeramente mi labio inferior ¿cuándo comenzó a hacer tanta calor? hasta mis mejillas estaban ardiendo, pero no podía dejar de mirarla.

Oh mierda, los movimientos de su mano eran cada vez más rápidos, empezó a levantar su vestido, podia ver sus muslos, iba a quitárselo y quedar completamente desnuda.

Aparte la vista y me dirigí a mi cama procesando lo que acababa de ver, o más bien lo que no pude terminar de ver, mi ropa interior estaba húmeda, sentía el palpitar entre mis piernas, pero no era correcto verla, si lo hacía estaría invadiendo demasiado su privacidad.

Fui a lavarme la cara al baño e intenté dormir, intentando pensar en todo menos en lo que acababa de ver, era algo natural, pero ¿por qué me excitó tanto?

Pasé el resto de la semana evitando a mi nueva vecina, no podía ni mirarla sin recordar aquella noche, pero las noches se hacían cada vez más difíciles, comencé a tener sueños húmedos con ella, la imaginaba gimiendo, saltando sobre un dildo, masturbandose para mí, la curiosidad de verla desnuda masturbandose era demasiada.

Así que hice la primera estupidez que se me vino a la cabeza cuando estaba caliente por imaginarme cómo se vería desnuda, compré un par de binoculares.

- Me siento una jodida acosadora.

Murmuré para mi misma mientras observaba a través de la ventana, ella se veía muy tranquila en su escritorio, estaba haciendo algo en planillas de excel, llevaba varios minutos así, sabía que lo que hacia estaba mal, pero eso solo lograba excitarme más.

Justo cuando comenzaba a perder las esperanzas de ver algo hoy, ella cerró el excel, desató su cabello y entró a otra aplicación, estaba en una videollamada.

Parecía una videollamada normal entre amigas, iba a rendirme hasta que comenzó a levantarse la blusa de forma sensual y comenzó a acariciarse los pechos sobre el brasier, luego de un rato se lo quitó dejandome ver aquellas maravillosas tetas, apreté mis piernas sintiendo ese cosquilleo en mi vagina.

Ella continuaba acariciando sus pechos y haciéndolos rebotar frente al computador, mientras yo ya tenia una de mis manos frotando mi clítoris, ya estaba bastante mojada asi que se deslizaba con facilidad, mordiendo mi labio para silenciar mis gemidos.

De un momento a otro se levantó de la silla y comenzó a quitarse lo que le restaba de ropa de una forma demasiado sexy, moví mi mano más rapido al verla completamente desnuda, habia fantaseado con ella toda la semana.

Era incluso mejor de lo que me había imaginado, sus tetas eran medianas, podría hundir mi cara en ellas, su cintura era angosta y resaltaba sus caderas, sus muslos y su trasero eran simplemente maravillosos, su silueta era perfecta.

Ella acomodó la cámara de la laptop más abajo y se sentó nuevamente con las piernas abiertas dejando ver su coño a la chica con la que estaba hablando, sus dedos entraban y salían a diferentes ritmos, se notaba que estaba gimiendo y lo estaba disfrutando.

Se detuvo un instante y fue a su cama, puso la laptop a un costado subiendose sobre una pila de  almohadas que acomodó para frotarse en ellas, se movía de una forma tan erótica, sus pechos rebotaban mientras sus caderas se movían de adelante hacia atrás, frotándose sobre la almohada, empapandola de sus fluidos.

Llegué a mi orgasmo viendola e imaginando su voz, mi respiración estaba agitada, me alejé de la ventana y dejé los binoculares sobre mi mesa de noche, me recosté en mi cama quitándome la ropa interior empapada.

Pensaba dormir, pero no podia quitarla de mi mente, así que me monté sobre la almohada y moví mis caderas de forma frenética imaginando que su coño se frotaba contra el mío, que nuestros fluidos se mezclaban mientras gritabamos de placer, llegando así a mi segundo orgasmo.

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