Llegué demasiado cansada a mi departamento compartido luego de estar casi un día entero en la Universidad, las presentaciones de los proyectos semestrales se acercaban, mi estrés estaba en su punto máximo, tenía todo el cuerpo tenso por andar sentada o corriendo de un salón a otro durante el día, durmiendo al rededor de 4 horas al día y sobreviviendo con mucho café y galletas o sándwiches.
Apenas llegué tiré mi mochila y mi abrigo al sofa de la sala y me dirigí a la cocina, necesitaba un café.
- Hola, ¡llegaste! - Dijo entusiasmada mi compañera de departamento mientras se preparaba un jugo. - Wow, ¿hoy también fue un día duro? - Preguntó observandome con algo de preocupación, no sé cuán mal lucía.
- Sí, debo aguantar 2 días más, y podré descansar - Comenté mientras me dirigía a la cafetera.
- No! nada de café, ahora mismo debes tener más café que sangre en tu cuerpo, puede hacerte daño.
Fruncí el ceño, pero antes de que pueda decir algo ella empujó mi cuerpo fuera de la cocina llevándome al baño, mi roomie era más bajita que yo, cabello castaño claro a la altura de los hombros, nariz respingada, y la fuerza de una niña de 12 años, siempre me pareció bastante adorable.
- Te daré jugo, también cocinaré algo, ve a meterte a la tina un rato, necesitas relajarte o vas a colapsar. - Me metió al baño y cerró la puerta - ¡Sabes que no aceptaré un no por respuesta! - Gritó mientras oía como se alejaba del baño.
Admito que tenia una cierta debilidad por ella, si cualquier otra persona habria hecho lo mismo, sin duda me habria molestado o ni siquiera habria dejado que me empuje hasta el baño, pero ella, era ella, y a ella no podia decirle que no, además, mi cuerpo en serio necesitaba relajarse un poco.
Me quité todas mis prendas dejándolas sobre mi canasto de ropa sucia mientras la tina se llenaba y formaba burbujas gracias a la esencia que puse, si iba a tomarme un tiempo, iba a hacerlo bien, así que en cuanto se llenó por completo y la temperatura estaba perfecta me sumergí en ella cerrando mis ojos para relajarme.
No sé cuántos minutos pasé dentro la tina, ya que me había quedado dormida, desperté con su suave voz llamando mi nombre, sonreí ligeramente al sentir sus manos masajeando mis hombros mientras abría los ojos ligeramente.
- ¿Qué haces? - Pregunté con la voz adormilada.
- Tranquila, estás demasiado tensa - Sus manos eran tan suaves sobre mis hombros y hacían la presión exacta que no pude resistirme, y bueno, tampoco es que quisiera hacerlo.
- Cómo eres tan buena en esto. - Solté un suspiro relajandome y cerrando los ojos nuevamente.
- Tomé unos cursos en vacaciones, así que sé cómo relajarte.
Me dejé llevar, sus suaves y delicadas manos se sentían bien sobre mi piel, me incline un poco hacia adelante disfrutando sus caricias, definitivamente sabía lo que hacía.
De repente sentí sus pechos sobre mi espalda, eran suaves y se frotaban de forma exquisita contra mi piel, y poco después, sus labios reemplazaron sus manos, estaba repartiendo besos sobre mis hombros y mi cuello, sus manos se fueron a mis pechos, acariciandolos con suavidad provocándome un suspiro cargado de excitación.
Se separó por un instante levantándose, iba a quejarme, no quería que pare, pero la vi frente a mi con las mejillas sonrojadas y solamente sus braguitas, su cuerpo tenia una figura bastante deseable, se sacó su ropa interior y me miró esperando alguna reacción, tal vez esperando a que me negara, que la rechace o me vaya, pero quién lo haría en un momento así.
Tomé su mano y la atraje hacia el interior de la tina, la acomodé sobre mí y besé sus labios introduciendo mi lengua en su boca, jugando con su lengua, dominandola en aquel beso mientras mis manos se deslizaban por todo su cuerpo, acariciando cada centímetro de su suave piel, ella solamente movía sus caderas sobre mí mientras ponía sus brazos al rededor de mi nuca.
Deslice mi mano entre sus piernas hasta tocar aquel botoncito que me dejaría verla llena de placer. - Mgghhhh...- Soltó un gemido en cuanto acaricié su clitoris, mordí su labio inferior y bajé mis besos hacia su cuello mientras jugaba con su centro de placer.
Mordí su cuello y parte de sus hombros, marcando aquella piel suave y pálida, mientras sus gemidos resonaban dentro de las cuatro paredes.
- AAAAAHHHH~... AAAHHHH~!!
Introduje dos dedos en su interior y empecé a penetrarla con ellos. Su cuerpo reaccionó de forma inmediata, el agua comenzó a rebasar la tina gracias a el movimiento de nuestros cuerpos.
- MÁS RÁPIDOOO~ AAAHHH~!!
Mi mano se movia cada vez más rápido en su interior, el sonido del agua chapoteando se mezclaba con nuestros gemidos, hasta que finalmente ella clavó sus uñas en mis hombros al llegar a su climax.
Su cuerpo se desplomó sobre el mío, tenia la respiración agitada, y pocos segundos después levantó su rostro con una sonrisa, la besé de inmediato, acercandola más a mí sintiendo sus pechos rozar con los míos.
Nos besamos suavemente por unos minutos, mientras mis manos repartían caricias por su cintura, sus caderas y sus muslos, y ella rodeaba mi cuello con sus brazos, jugando con mi cabello.
Me levanté de la tina con ella en mis brazos, envolvió sus piernas en mi cintura mientras seguíamos besándonos.
- Hey, despacio. - Murmuró sujetándose más fuerte.
- No dijiste eso hace un rato - Dije con una sonrisa en el rostro, soltando una risa al ver su entrecejo fruncido con un suave puchero.
Caminé despacio, obedeciendola, fuera del baño dirigiéndome a su habitación, y apenas llegamos la tumbe en su cama, ella abrió sus piernas con una sonrisa pícara, me incline al medio de estas y separé sus labios vaginales y empecé a lamer su interior, luego de oír un gemido de su parte ella puso sus manos en mi cabello y me detuvo.
Levanté la mirada y la miré fijamente, sus mejillas ya se habían sonrojado, aún excitada se veía adorable, eso sólo me daban ganas de oírla gritar por más.
- Sube... yo también quiero hacértelo... - Murmuró incorporándose sobre la cama.
Subí a la cama y me recosté en ella dejando que ella suba sobre mi, en un perfecto 69. Azoté su trasero un par de veces hasta que mi mano quede marcada en su piel, sentí su respiración cerca mi vagina, hasta que comencé a llenar de chupones y mordidas el interior de sus muslos, su cuerpo empezó a retorcerse.
- Por favor~...
Sonreí y empecé lamer aquel centro que se encontraba mojado, y no por el agua, sus gemidos volvieron a resonar en la habitación, hasta que sentí su lengua sobre mi clítoris.
Movía su lengua de arriba hacia abajo, yo succionaba su centro, mientras hundía mis uñas en sus muslos, los gemidos de ambas resonaban por toda la habitación, corriendonos al mismo tiempo.
- Lo mejor para quitar el estrés - Murmuré con la respiración agitada.
- Lo haré todas la veces que lo necesites - Murmuró la pequeña castaña acurrandose entre mis brazos
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Relatos y Deseos Eróticos Lesbicos
AlteleLee y haz que tu imaginación vuele para que tu cuerpo lo disfrute.