Dos mundos y una mentira [PAUSADA]

II

– ¡Cuidado!

Se escucho el motor de un carro pero por el ruido de la lluvia, dificultaba un poco para escuchar de dónde provenía aquella voz. Las luces del carro alumbraron logrando que el niño tape su rostro, escucho la puerta de un carro y luego azotarse contra el carro haciendo un ruido un poco fastidioso, con un poco de dificultad trato de quitar la mano y lograr enfocar la persona que se encontraba.

–Ma- ¿¡Mama!?

–Si soy yo mi amor ¿Que te paso? ¿Estás bien? ¿Por qué no estás con tu papa? ¿Y tu suéter? –Murmuro la mama con un tono de voz un poco preocupada

–Si mama estoy bien, tranquila no me paso nada, papa se quedo con mi suéter, estoy completamente bien mira– Le dedico una pequeña sonrisa– Papa no sé donde esta de seguro fue a salir con sus amigos y volver a la casa– murmuro el niño con un tono de voz sereno– Y lo mas probable es que se olvido de mi, ya tu sabes cómo es el.

–Sí, es muy olvidadizo pero no tanto como para olvidarse de ti ¿eh? – murmuro su madre con un tono burlón–.

–Si...

Lo más probable es que si se olvido de él... y se fue a esos bares o a fumar en esas esquinas ocurras con más gente. Su padre no era tan ausente lamentablemente llegaba hasta la madrugada y ebrio, las cosas que salían de su boca en ese estado no era tan buenas como para soportarlo un niño de su edad. Su mama era quien hacia los dos papeles, como madre y padre.

– ¿Nos vamos a casa? Me estoy muriendo del frió mama, creo que me voy a enfermar.

–Entra al carro hay ventilación para que se te quite un poco el frió.

Su madre ingreso por la puerta del piloto, en la que salió anteriormente y le murmuro al niño que se fuera a los asientos del fondo.

–Pero mama yo quiero estar en el asiento del copiloto es divertido.

–Estar cambiando cada canción que pasa en la radio, intentando encontrar tu canción favorita si que no es divertido–murmuro la mama riéndose ante la postura de su hijo, tenia los brazos cruzados y mirado al lado derecho de la ventana–.

El niño solo hizo silencio mientras que el carro aceleraba para así ir rumbo a su casa, se quedo pensando en la niña ¿Que estará haciendo? ¿Por qué no se despidió de el? ¿Por qué se abra ido? Estaba claro que la última pregunta era la más estúpida.

– ¿Qué hiciste? ¿Dibujaste? ¿Ju-.....

–Hice una amiga nueva–murmuro interrumpiendo a su mama– ¡Hice una nueva amiga mama! ¿Puedes Creerlo? –Hizo una sonrisa que logro a llegar hasta sus ojos– Porque yo no lo creo...

– ¡Felicidades mi niño! Sabia que lo podías hacer ¿Cómo se llama tu amiga? –Dijo su madre con cierta curiosidad–.

–Aun no se...Pero era simpática, muy risueña diría yo–hablo el niño con su cachetes teñidos de color salmón–.

–Eso es bueno, ya estas creciendo...Ya hiciste a tu primer amiga.

–Sí, espero volver a encontrarla.

℘℘℘

Salía todos los días a la misma hora y en el mismo lugar donde nos conocimos, tenía la ilusión de volver a encontrarla ya faltaba poco para que fuese mi cumpleaños, no encontraba la manera de decirle para asistiera a mi día especial quizá dejándole una carta, pero no se donde vive, ella me dijo que vivía cerca de esta plaza. Podría tocar la puerta de cada casa y preguntar por aquella niña, pero tendría que ser muy valiente como para hacerlo, mejor me quedo con la primera opción.