𝙷𝚊𝚢 𝚊𝚕𝚐𝚘 𝚎𝚗 𝚝𝚞 𝚖𝚒𝚛𝚊𝚛 ༄ 2

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Quizás no sea por su condición humana, pero todo aquello que había sufrido en el tiempo vagado le hizo recapacitar respecto al dolor.

Muchos temen a la muerte y él la anhelaba, como un amor que jamás se iba a poder realizar; un amor no correspondido, una relación que los dioses no querían establecer.
El encuentro entre el amado con la amada muerte, un beso entre dos eternidades, un descanso para aquellos que lo ansían y hasta una alegría para los pesimistas; pero Fargan no era pesimista, deseaba morir pero para poder saber que está vivo.

Había pasado tanto tiempo vagando que hasta se había olvidado de lo que era realmente ser un humano, solo conocía las penumbras de su alma (si es que aún la poseía), los abismos del infierno solo eran un cuento que le solían contar ¿Quién hubiera dicho que el infierno ya lo estaba pagando?
Gota por gota, moneda por moneda, pagaba todos los días todas aquellas aberraciones que él cometía con su propia carne.

Al llegar al pueblo, su mirada se fijo en el pequeño cuervo. Un poco callado y sonrisa tímida, algo que anestesiaba su atormentado corazón.
Como si una droga se tratase, al pasar los días luego de que aquella presentación, cada vez que lo oía reír lo hacía volar mucho más allá del abismo en donde se hallaba sumergido.

~Un abismo clama a otro abismo,
con el estruendo de tus cataratas;
tus torrentes y tus olas
pasaron sobre mí~

Irónicamente, aquel joven ser era la fuente de inspiración de Fargan. Su sonrisa calmaba sus impulsos, sus ojos controlaban sus pensamientos, su risa adormecia sus palabras; eran tantos los efectos que el pelinegro causaba me él y no se daba ni cuenta.

Una mañana como cualquier otra, Fargan no se esperaba grandes cosas o tenía planes para hacer. Sus quehaceres dependían del día a día, sus vecinos y las misiones que les dejaban en el centro del pueblo.
Su divagar tranquilo entre al zona de su casa, recolectando un poco de tierra para aplanar su piso fue interrumpido por una voz en la lejanía.

-Fargan!

El eco de una dulce voz resuena entre la muchedumbre de sus pensamientos.

-Fargan!

La voz se oye cada vez más cercana y se podía diferenciar una leve desesperación en ella.

-Fargan! Dónde andas?
-Focus?
-Fargan! Aquí estás, te he estado buscando todo el día.
- Qué sucede? A qué se debe tanto grito?
-Ven, quiero mostrarte algo.
-Qué cosa?
-He recibido una amenaza.
-COMO?!

Los pasos de ambos comenzaron a acelerarse, más aún los de Fargan al oír qué el pequeño pelinegro ha recibido una amenaza. Algo en él comenzó a doler en profundidad, como si de un puñal se tratase. Si ya le dolía con oír la voz desesperada clamando su nombre, peor aún se incrementó con esto.
Seguía sus pasos y repite constantemente en su cabeza "cómo alguien puede amenazarlo? Si es un ser de luz" mientras miraba como el menor caminaba a toda prisa.

-Mira, aquí- dijo señalando una tumba en la puerta de su casa.
-"Ten cuidado por dónde pasas porque esta puede ser tu tumba"- lee en voz alta- y por dónde has pasado?
-Por ningún lado! Madre mía- suspira y con su mano acaricia su frente, con cierto nerviosismo.
-Mira, ya averiguaremos quien te ha puesto esto- dijo intentando calmarlo- no te preocupes, yo te cuido.
-Vale, muchas gracias.

Una pequeña pero eficaz mirada se encuentra con la del castaño. La misma mirada que la del primer día. Esa maldita mirada que lo dejo sin palabras y con ansias de seguir viviendo. Una mirada profunda, inmersa en la oscuridad de su ser, donde podía verse a sí mismo vagando como en el abismo.

Quizás no fueron sus palabras, su belleza corporal o su forma de expresarse pero había algo en su mirada que lo hacía encontrarse. No bastó nada más, solo con ese pequeño mirar, le fue suficiente para jurarse a sí mismo que al pequeño nadie lo iba a tocar, no mientras él esté vivo.

-Vamos a hacer misiones?- rompe el silencio.
-Vamos.

(...)

La noche los encontró, junto con unos cuantos enemigos, y para no alargar más el destino, con un suave gesto ambos se despidieron y partieron a sus respectivas casas.

Fargan se hallaba exhausto, luego de estar picando y pescando, no acostumbraba a hacer trabajo pero por su pequeño era capaz de hasta construir el más grande edificio de todos los tiempos. Con un pequeño gesto o palabras que le hicieran perder el tiempo, el joven cuervo lo hacía divagar en sus pensamientos. Algo muy raro y confuso porque él solo conocía el dolor y sufrimiento ¿Que es esto que ahora está sintiendo? Es como alegría con un poco de dolor en el pecho, donde cada que respira larga un suspiro al verlo.

Luego de una larga ducha, sin dejar de repasar una y otra vez el bello día junto a Focus; toma una cuchilla y con el filo bien puesto sobre su antebrazo comienza a clavar y dibujar en la profundidad de su carne una "F".

-AH!- daba gritos de dolor- AH!- seguía perforando profundamente para que quede cicatriz, sin llegar a cortar los tendones- Nunca permitiré que te hagan daño Focus, lo prometo.

Aún estando desnudo, abre de nuevo la ducha. La lluvia empapaba todo su cuerpo dejando hilos de sangre por toda la bañadera.

(...)
Eran ya las 5:00 a.m y Fargan aún estaba despierto, sentado en la cabecera de su cama con la mirada perdida en su brazo. Como si de una obra de arte se tratase, observaba cada detalle, cada movimiento de sus tejidos, cada sensación y dolor.

Abría y cerraba la mano.
La giraba y daba vuelta.
Su pequeña vedette de cinco dedos desfilaba para él, aunque su verdadero objetivo no era su extremidad sino aquello que brota de la abertura cada que la mueve.

Quizás se pueda llegar a arrepentir pero Focus es la única persona que le hizo sentir vivo luego de estar muerto por tantos siglos.

Toma una venda, realiza una curación antes con ungüento y se la coloca cuidadosamente hasta que cicatrice bien. Sabe que ya no está en el infierno y que puede morir, solo que ahora tiene una verdadera razón para seguir vivo y por eso quiere cuidarse.

Explico brevemente el manejo del tiempo en el abismo en donde se hallaba Fargan: luego de ser expulsado de karmaland fue enviado al infierno, su propio infierno donde vagó durante mucho tiempo (varios siglos a decir verdad). Este infierno estaba personalizado según la condena que debía pagar: como él hizo sufrir a tantas personas, todas las mismas personas lo hacian sufrir a él en forma de Creepers o zombies. Por eso este infierno es un abismo que caía, lo mataban, lo despedazan; podía sentir dolor, todo eso lo sufría como si realmente estuviese vivo pero no podía morir no obstante la muerte se terminó convirtiendo en el más grande anhelo de Fargan.
1000 años en el infierno es 1 año en la tierra, y cuando fue a Tortillaland pasaron unos 5 años terrenos.






















Espero les haya gustado 💕
He estado bastante ocupada y no podía actualizar.

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