1

33 3 0
                                    


     Febrero, 10

     Ya no puedo seguir viviendo de esta manera, mi cuerpo, mi mente ya no lo toleran más... no puedo seguir viviendo de esta forma. Me arrepiento de lo que he hecho.

     Ya ha pasado una semana, una semana dolorosa y sigo sin saber qué es lo que me tiene tan enfermo en cuerpo y en mente. Hace más de una semana que el médico me recetó medicamentos, que por cierto no fueron nada baratos. El punto es que sigo poniéndome cada vez peor. Apenas me quedan fuerzas de escribir, y en estos instantes estoy escuchando esas malditas voces mientras pienso qué escribir. Estoy harto, harto de estar vomitando cada día, el dolor es muy palpitante en mi estómago y en mi cabeza, puedo oler en estos momentos el vómito acumulado de días junto a mí, al igual que el sabor amargo y agrio del vomito que está en mi boca, ese sabor amargo que se hace cada vez más intenso cuando transcurren los malditos días.

     Febrero, 11

     No sé de dónde salieron, pero ya en la habitación hay insectos y ratas, ratas asquerosas que en estos momentos se están comiendo mi vomito. Puedo escuchar sus pequeñas pisadas en los charcos, caminan por todas partes esas malditas. 

     12:56

     Ya pasa de medianoche y no puedo dormir, el líquido gástrico ya me ha abierto heridas en mis tubos nasales al igual que en mi garganta, puedo saborear mi sangre y es dulce a comparación del vomito. A lado de mi están las medicinas que me recetó el doctor, pero lo siento doctor Chávez, se equivocó, no tengo infección estomacal. Trataré de cerrar los ojos a ver si puedo conciliar el sueño.

     Febrero, 14

     De nuevo he vomitado. Estoy harto, ya ni siquiera puedo pararme para ir al baño, mis piernas ya hace días que no me responden, ya estoy cansado y sediento.

     Extraño a mi familia, también a mis padres me hacen mucha falta...

     Febrero, 20

     Ya hace semanas que no puedo ingerir nada solido ni líquido, porque todo lo que como lo vomito sin razón alguna, pero lo más extraño es que...

     Febrero...

     Ya he perdido la noción de los días, me he estado desmayando seguidamente, ya no recuerdo lo que iba a escribir, todo está en blanco, el cuarto es oscuro y frio, las ventanas y el sol se han ido, estoy solo con mis deshechos. Mi vista la siento más cansada y mi apetito se ha esfumado, pero a pesar de todo sigo vomitando y vomitando..., malditas ratas no se callan. Ya no sé con exactitud lo que he estado vomitando, la ultimas vez distinguí que era sangre.

     Febrero...

     Ya no puedo seguir viviendo así, ya nadie me puede ayudar y aunque quisieran no lo harían, me he quedado solo. Sé que mi padre me ha dicho que los hombres no lloran, pero ya estoy cansado de tanta mierda, ya no lo soporto, quiero gritar, pero la única fuerza que tengo es de escribir...

     Hace como media hora he vomitado trozos de carne junto con un líquido purpura, y a pesar de eso no he ingerido alimento desde hace semanas.

     Si no me equivoco ya han transcurrido una semana, en poco tiempo vendrán a cobrarme por la habitación, espero que no se disgusten con la pequeña decoración de piso que he hecho. Sigo vomitando a cada rato y cosas solidas he llegado a escupir, maldigo la hora en que no me ahogué con el pedazo de hueso que se había atorado en mi garganta. Estoy empapado de vómito, por lo menos las voces se han ido gracias a los zumbidos de las moscas que vuelan alrededor de mí.

     Ya no estoy aterrado, solo estoy cansado, por lo menos las ratas se están dando un festín de carne y huesos.

     Creí que ya había muerto, pero una rata salió de mi boca, despertándome de mi profundo sueño, ahora vomito ratas y si no las escupo de inmediato se comen lo que queda de mi lengua.

     Mi piel se ha secado y se han abierto heridas que chorrean sangre, me sorprende que aun tenga algo de líquido rojo, mi cabello se ha estado cayendo, varios dientes ya he escupido, uno por uno y a pesar de todo sigo sintiendo ese sabor amargo del vomito en mi boca, qué mierda, cómo es posible que aun siga vivo.  

     Apenas me ha hablado la huesuda, con ella había hecho pacto ya hace varios años. Me arrepiento de haber hecho semejante estupidez, solo quería salir de la pobreza y qué mejor forma de hacerlo matando a mi familia y salir de la miseria, solo eran un estorbo, pero ya recapacité, me arrepiento de haber quemado a mi hija, me arrepiento de haber quemado a mi amada esposa, perdónenme, en donde quiera que estén. La huesuda me dijo que siempre hay un precio, pero en mi caso será algo especial porque llegué rogando a la iglesia, llorando en los pies del padre que me perdone, que me perdonara Dios por lo que había hecho, por eso estoy pagando, la huesuda se molestó que acudiera por ayuda. Además, ella me ha dicho que para mí no existirá el perdón ni el cielo, entonces si esto es el infierno me iré de aquí como lo hecho siempre, como un cobarde.

     Quien lea este diario solo diré que siempre existirán salidas, aunque te topes en un callejón sin salida, siempre habrá la manera de encontrar la puerta y yo ya encontré mi puerta, he recordado que tengo una pistola en mi cajón del escritorio, solo no recurras a lo más fácil, como vender lo que tienes a cambio de algo vacío y frio. O terminaras agarrando una pistola... creo que es de nueve milímetros que tengas a tu alcance, jalar el gatillo y esperar algo mejor, pero en mi caso no habrá cielo ni paz, solo me queda disparar, solo será un disparo. 




SOLO UN DISPARODonde viven las historias. Descúbrelo ahora