Capítulo 6

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'Una risa me saca de mi trance y al girarme para mirar al causante de dicha risa no puedo ver su rostro perfectamente. Sin embargo, la calidez que me transmite es la suficiente para sentirme segura.

-Te quiero, __________.

Su voz es distinta al de los otros sueños. Este tiene un tono grave, pero dulce causando que tema por mi pobre corazón el cual tiene ganas de salir de su sitio y tirarse hacia los brazos de este chico.

-Y yo más...

Al intentar decir su nombre un pitido insoportable no me deja escucharlo, intento decirlo otra vez, pero éste suena con más intensidad causando un gran dolor para mis pobre oídos.'

Me despierto empapada por el sudor, ¿qué significaba ese sueño ahora? Prefiero seguir soñando con el otro muchacho. Puede que no le viese el rostro del todo, pero sabía cómo era su sonrisa y el color de sus ojos. No obstante, de este hombre solo tengo el sonido de su voz que se puede parecer a la de cualquiera.

Me levanto y me dirijo a la cocina para tomarme un vaso de agua, pero mis pasos se detienen al escuchar como mis amigos discuten en voz baja. Me pego a la pared y agudizo mi oído con la esperanza de escuchar algo.

-Lo estáis haciendo mal.- Esa voz es de Mangel.

-No tenemos otra elección.- Un suspiro de frustración se escapa entre los labios de Judith.- No me mires así. Soy la primera que sabe que está mal.

-Solo os digo una cosa.-El silencio reina por unos segundos, aunque lo único que puedo escuchar es el latido de mi corazón.- Os daré un plazo. Por ahora no tengo ninguna fecha en particular, pero os la diré dentro de unos días.

-¿Cómo?- Puedo imaginarme el rostro confuso de Judith.- No puedes hacernos esto.

-Sí. Sí puedo. Os quiero mucho, te quiero mucho Judith.-Escucho otro suspiro.- Pero no se merece esto.

-¿Piensas que somos los malos del cuento?

-Para mí no, pero lo seréis ante los ojos de ella.- Otra vez silencio.- Me voy. Tengo cosas que hacer.

Antes de que comience a moverse me dirijo sigilosamente hasta mi cuarto y espero unos minutos. El golpe del cierre de la entrada me indica que ya se ha ido, así que me dispongo a salir e ir a la cocina. Al entrar, veo a Judith llorando la cual al verme se aparta y se limpia el rostro.

-¿Ocurre algo?- Me acerco a ella, pero se mueve hacia un lado evitando mi abrazo.

-No me pasa nada. Disculpa, tengo que irme a trabajar. No vendré hasta por la noche.

Se va rápido de la casa sin despedirse de mí. Ahora mismo parezco idiota en la cocina con los brazos abiertos. ¿A qué ha venido esa pelea? ¿Ocurre algo con esa persona? Oh. Me han contado que tengo otra amiga muy cercana que se llama Jazmín, ¿puede ser que se peleaban por ella? ¿Intentan que no me vean?

Eso es muy injusto. Seguramente quiera verme y ellos se lo estén impidiendo. Eso no es de ser muy buenos amigos. Buscaré a Jazmín yo misma para poder verla. Le preguntaré a Mangel que me diga donde vive para tener contacto con ella, aunque puede que esté su contacto en mi teléfono. Corro hacia mi cuarto y cojo el móvil, lo desbloqueo y entro en la lista de contactos, pero no encuentro nada. Solo tengo agregados a Rubius, Mangel, Judith y a Clara. ¿No tengo a Jazmín? Eso es un poco raro. ¿Puede ser que ella no use el teléfono? Puede ser una opción, hay personas que no les gusta la tecnología.

Vuelvo a la cocina y me sirvo un zumo, mientras pienso un poco más. No tengo el contacto de ella, pero ahora que me pongo a pensar no tengo un álbum familiar y las pocas fotos que tengo son de 'una quedada con mis amigos y cuando nos fuimos a Portland'. Me da que pensar por el simple hecho de que existe la opción de que podía odiar a mis padres, por eso no tengo ninguna foto de ellos. Y, eso me preocupa porque sé que murieron en un accidente automovilístico. Me lo contó Judith, al principio no me lo quería decir porque podía ser un choque emocional.

Estoy tan sumida en mis pensamientos que el timbre de la casa suena con más intensidad, ¿quién será? Me acerco y al abrir la puerta me encuentro con el cartero quien alza su ceja en gesto de 'podrías haber venido más rápido'.

-Buenos días, ¿es usted ____________ Accarpi García?

-Sí, soy yo.

-Esto es para usted, ¿puede echar una firmita?

-Claro.- Firmo la hoja y se la entrego. Me pasa una carta y una rosa negra.-Gracias.

-De nada. Hasta luego.

Cierro la puerta y miro el sobre para buscar el remitente, pero no aparece ningún nombre. Esto es realmente extraño, aunque la rosa negra es hermosa. Me siento y dejo la rosa en la mesa, abro la carta dando con una nota la cual dice: ¿Aún sigues confiando en ellos?

Vuelvo a releer el mensaje con total estupefacción, ¿quién la habrá escrito? Quien haya enviado esto debe de conocerme y sabe acerca de la situación. Sin embargo, no entiendo porque no se ha presentado en persona para contármelo, es decir, remarca que si confío en ellos que supongo que son mis amigos, pero esta persona no ayuda tampoco escondiendo su identidad. 

Aunque me diga esto de ellos me sigue dejando en ascuas, es decir, si me hubiese mandado algo relacionado con mi pasado sería mejor. Me gustaría enseñarle esto a los demás, pero lo más seguro es que busquen al susodicho para comunicarse con él. Pero no quiero hacerlo, hay algo dentro de mí que me dice que la persona que se oculta tras esta carta puede darme algún tipo de información.

Guardo la nota en el bolsillo secreto de mi bolso sé que no es lo más seguro, pero ya encontraré un sitio que valga la pena. Puedo preguntarle a Samael si sabe de algún sitio para archivar esto, pero seguramente pregunte sobre la carta y tendré que contarle. Aunque eso es relativo porque no tengo que darle explicación alguna, pero conociéndome seguramente ceda a contarle todo.

Voy al salón y cojo la rosa para ponerla en un jarrón. Tengo la sensación de que me llegarán más rosas de este tipo dándome a entender que es su seña de identidad. Me visto y cojo mis apuntes de psicología para irme a estudiar a la biblioteca, mientras voy de camino decido hablarle a Clara para que me pase el contacto del señor López y pueda hablar con él.

Al entrar en la biblioteca me quedo cautivada de nuevo por su ambiente. Soy una fan de la biblioteca si por mí fuera me quedaría a vivir aquí. Sería un sueño estar rodeada de todos estos libros y poder leérmelos. Me siento en la mesa de siempre y doy comienzo a mi estudio.  

MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora