Capitulo VIII

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Al día siguiente de mi clase privada, recibí la noticia que no tendría la siguiente clase, sino hasta la
próxima semana. El mensaje no justificaba exactamente el motivo por el cuál se había dado la
cancelación. No me quedo de otra que resignarme y esperar. Deje a un lado mi computadora, y me
dispuse a trabajar en otras cosas.
En ese momento mi secretaria me informó que mi hermano Goku  quería verme. Fui a su oficina,
cuando llegué pase directamente al Interior. Ahí estaba él de pie viendo los otros edificios por la ventana.
No es porque sea mi hermano, pero era muy atractivo: sus ojos eran de color negro, su cabello era obscuro como una especie de palmera
con tonos castaños, su quijada era libre de barba y físicamente era.. muy buen partido ya que era
muy disciplinado en cuanto a sus ejercicios. Él como vicepresidente tenía un rol importante e
indispensable en la compañía, era muy bueno negociando y eso mi padre lo sabía —¿Me mandaste a llamar hermano? —dije cerrando la puerta detrás de mi.
Él de inmediato se dio vuelta, se acercó a mi y sonrió como siempre lo hacía. Por fuera todos lo
conocían como un hombre serio y dedicado a su trabajo, pero por dentro era amoroso, protector y tenía
un gran corazón. Pero solo demostraba su verdadera fase con personas que él apreciaba. —Si hermanita, pero déjame decirte antes que nada que te ves muy bella —respondió dándome la
vuelta—. Me alegro por ti por este cambio que has tenido, pero sabes que la belleza más importante viene
de aquí y eso nunca debes olvidarlo —dijo señalando con su dedo mi corazón.
Goku siempre sabía que palabras decir en los momentos precisos, y eso me encantaba de él. —Lo sé tontuelo —le dije abrazándolo, coloque mi cabeza en su pecho ya que era más alto que yo, él de
inmediato me abrazó. —Te mandé a llamar porque me di cuenta que hace mucho tiempo no salimos tu y yo a solas como en
los viejos tiempos —mencionó—. ¿Qué te parece si este fin de semana salimos de la cuidad a despejar
nuestras mentes —agregó con una leve risa.
Su propuesta hizo que me alejará de él para poder verlo, sus palabras me hizo recordar los buenos
momentos que pasábamos juntos antes que de involucrarnos en los negocios de nuestro padre. —Eso estaría genial —respondí emocionada por tener de nueva aventura con él, pero sobre todo pasar
tiempo juntos—. ¿Donde iremos? —interrogue con curiosidad. —Bueno, hice una reservación en el club Ox —me informó. Me encantaba ir a ese club, era manzanas de terreno llenas de actividades donde podíamos participar y
divertirnos a lo grande. Entre los atractivos o actividades estaban: Golf, fútbol, tenis, tiro al blanco,
carreras de autos, entre otros.
Lo mejor de todo que contaban con un hotel donde podíamos quedarnos a dormir. Ese lugar era
frecuentado por muchas personas locales y fuera del país. Era interesante conocer nuevas personas y
nuevas culturas. —Eso me encanta, ya sabes que adoro ese lugar —dije emociona como una niña pequeña.
Después de unos minutos regrese a mi oficina. Emocionada y deseando que fuera fin de semana.

Días después ... Me encontraba en el auto con mi hermano, se nos hizo tarde y estaba a punto de oscurecer. Cuando
visualizamos la entrada del club nos acercamos, la seguridad era muy eficiente y sumamente cuidadosa,
revisaron el auto y nos buscaron en la lista de reservación.
Una vez que logramos ingresar, nos registramos en el hotel, luego nos dieron nuestras respectivas
habitaciones. —Te veré en el lobby para cenar en el restaurante en media hora —me dijo mi hermano ingresando
poco después a su habitación.
Yo también ingrese a la mía donde me duche y me vestí con un vestido color crema con algo de encaje,
hasta la rodilla era muy cómodo y bello. Bajé al lobby media hora después, conociendo a mi hermano
sabía que él llegaría puntual, y no me equivoqué él estaba bajando las escaleras. —Vamos dulce dama —dijo dándome su brazo como todo un caballero, tome su brazo enseguida
sonriendo por sus ocurrencias.
Ingresamos al restaurante donde nos asignaron una mesa, el mesero nos dió el menú para luego tomar
muestras ordenes. El ambiente era tranquilo y la música clásica daban ese ambiente elegante, había
muchas personas en el lugar disfrutando de sus conversaciones.
Los minutos pasaron y ya habíamos terminado de comer. —¿Quieres ir al casino conmigo o prefieres ir recorrer el lugar? Escuché que habían abierto nuevos
atractivo en la parte este —informó mi hermano.
Él le gustaba mucho apostar y sabía que quería estar solo jugando. —¡Hombre tenía que ser! —exclamé mentalmente.
Le dije que prefería ir a dar una vuelta por el club y eso hice precisamente. Nos despedimos
momentáneamente, salí del restaurante hacia el exterior del hotel, camine por lo ancho del caminó donde
algunas actividades o atracción se dividían por locales (edificio propios de diferentes tamaños). Uno de
ellos me llamo la atención, tenía un logo de una manzana mordida y llevaba por nombre" El paraíso".
Eso se escuchaba muy curioso, así que ingresé a ver de que se trataba. Mi quijada se fue al suelo al ver
de qué tipo de entretenimiento que se desarrollaba en el sitio: habían muchas sillas detrás de otra en
forma de filas como si fuera un teatro, el lugar era muy amplio, las luces eran tenues, muchas personas
hombres y mujeres estaban en sus respectivos asientos observando unas especies de jaulas de cristal con
parejas teniendo sexo sin ningún pudor. Lo que me sorprendió más fue el hecho que los rostros de los
presentes no expresaban ningún tipo de sorpresa, era como si todo eso era algo ya común para ellos.
Dudaba en salir o no del local, pero la curiosidad de ver lo que pasaba se apoderó de mi. Decidí
sentarme en la última fila donde estaba más oscuro, no quería ser muy visible frente a los demás no
cuando prácticamente era una principiante en el tema. Visualice las jaulas donde una pareja quien
protagonizaba el show disfrutaban al máximo de un sexo sadomasoquista. Al principio no comprendía
como una persona podría excitarse o sentir placer con ese tipo de práctica, pero ver el rostro de
satisfacción de los presente cambio mi perspectiva Casi de inmediato.
Sentí la presencia de alguien sentarse a mi lado, su perfume se me había familiar. —No esperaba verla aquí señorita Briefs —escuché una voz que conocía muy bien.
Voltee y confirme mis sospechas era mi maestro: Vegeta Ouji. Me tomó por sorpresa también encontrármelo precisamente en este lugar. Sentí mis mejillas arder de la
pena, solo que por la poca luz no se notaba. —Yo tampoco me espere encontrármelo en este lugar —pude responder un poco nerviosa. —Este sitio son para personas que tienen y practican este estilo de prácticas, pero Veo que disfruta del
espectáculo —respondió—. Y eso me agrada ya que despertara en usted deseos de experimentar cosas
nuevas, aunque este tipo de actividades se enseña en las clases avanzadas y usted apenas esta en el
básico que fue el curso que contrato —recalcó recordándomelo—. Pero siempre puede ir pensando en
seguir con el siguiente curso una vez que finalice el actual —agregó un tono que me hizo pensar en esa
posibilidad, aunque no sabia si él seguiría siendo mi maestro. —Lo pensaré señor Ouji —fue lo único que se me ocurrió responderle.
Él sonrió ante mi respuesta. —De acuerdo. Bueno ahora hay que disfrutar del espectáculo —dijo guardando silencio observando las
jaulas.
No dije nada, me dediqué también en mirar las prácticas que se desarrollaban y las cuales eran muy
informativas y educativas. Sin duda las nuevas atracciones del club Ox eran cada vez más ingeniosas.

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