Capitulo XIII

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Ingresé a mi oficina para comenzar un nuevo día de trabajo. Cuando abrí la puerta alguien me esperaba. -Hola mamá ¿Que haces aquí tan temprano? -pregunté sorprendida, dejando mi bolso sobre mi
escritorio, para luego darle un beso en la mejilla. -Vine a ver a tu padre, y de paso vine a saludar a mis dos ingratos hijos que no se toman la molestia de
llamar a su madre -respondió enojada. -Perdón mamá, hemos estado ocupados -me justifique. -Siempre dicen lo mismo -dijo dramáticamente-. Por otra parte, lo que me contó tu padre era
verdad, te ves muy hermosa, este nuevo look te queda muy bien -agregó mirándome de arriba hacia
abajo. -Cuéntame ¿Sigues con ese hombre? -me preguntó refiriéndose a mi ex. Mi madre nunca le agrado y
ahora comprendía que las madres siempre tienen un instinto para esas cosas. Le respondí que ya no
estamos saliendo y eso la alegro. después de algunos minutos de charlar un poco mi madre se fue. Me
senté en mi silla detrás del escritorio y comencé a trabajar. Poco después mi celular comenzó a vibrar: era
un mensaje de un número desconocido. Este decía lo siguiente:
Hola, soy Lápiz Wail. No se si me recuerdas pero soy el tipo que curaste en el club Ox. Me
preguntaba si tenías tiempo hoy para almorzar conmigo para agradecerte por lo que hiciste por mi, así
como te comenté cuando nos conocimos.
Terminé de leerlo y sonreí levemente. Respondí el mensaje diciéndole que si tenía tiempo hoy y que me
encantaría almorzar con él hoy. Él me respondió rápidamente indicándome el nombre y ubicación del
restaurante. Luego de eso continúe trabajando.

Llegué al restaurante indicando a la hora acordada, el encargado me acompañó a la mesa donde el
señor Wail me esperaba. Cuando me vio se puso de pie y me ayudó con la silla. -Gracias por venir, espero que te guste la Comida de este lugar. Es uno de mis favoritos -dijo con una
sonrisa, su rostro no tenia rastro de los golpes que había recibido. -Al contrario, gracias a ti por la invitación -respondí de la misma manera-. Veo que ya te sientes
mejor -comenté. -De hecho, me siento mejor que nunca. Gracias a mi salvadora -dijo refiriéndose a mi.
Sonríe por su comentario. Comenzamos a charlar un poco sobre nuestras vidas personales y laboral. Le
conté lo básico sobre mi y de mi trabajo, él hizo lo mismo. Me enteré que era el dueño de una de la
embotelladora Laips S. A. que era una de las más grandes del mundo. A pesar que era un hombre de
negocios no era como lo que solía conocer (egocéntrico, egoísta) sino todo lo contrario y eso me gusto
mucho. Los minutos pasaron rápidamente y la hora del almuerzo había finalizado. Podíamos quedarnos
más horas ahí, pero teníamos otra cosa en común: éramos demasiado responsables con nuestros trabajos
y la puntualidad era importante.
Salimos al exterior, él me acompañó a mi auto. -Espero verte pronto -dijo. -Eso se puede resolver con otro mensaje o una llamada -le dije con una sonrisa, él me respondió de la
misma manera-. Hasta luego señor Wail -me despedí de él ingresando al auto, me aleje mirándolo
por el retrovisor.
Poco después llegue a mi trabajo. -Señorita Briefs, su padre quiere que vaya a verlo a su oficina -me comunicó mi secretaria.
Deje mi bolso a mi oficina y luego subí a su piso. Cuando llegué toque su puerta y me asome. -Pasa hija -me dijo él, se pude de pie en cuanto me vio. -¿En qué te puedo ayudar? -le pregunté con curiosidad, ya que no era muy frecuente que me llamara
así de repente. -Necesito que le lleves este documento ahora mismo al señor Ouji a su oficina -comentó, dándome
el documento, este tenía escrito en rojo la palabra confidencial y eso llamó mi atención-. El señor Ouji
ya tiene conocimiento que iras -agregó -¿Por qué no se los mandas con el mensajero? -pregunté sin comprender su acción. -Es un documento muy importante y prefiero que alguien en quien confió se lo entregue -respondió
con seriedad. Todo esto no me gustaba, sentía algo extra en todo esto, sé que si le pregunto el contenido
del sobre no me dirá nada, así que no tuve otra opción que acatar sus órdenes. -De acuerdo padre, iré personalmente a entregárselo -respondí saliendo de su oficina. Mientras bajaba mire el sobre, pero este estaba debidamente sellado así que era imposible abrirlo. La
curiosidad me estaba matando. Pensé que quizás eran documento para la franquicia que Vegeta quería, ya
que todavía no había firmado un contrato con la compañía: todavía estaba en negociaciones. Regrese a mi
oficina y tome mi bolso de nuevo. Salí del edificio y me dirigí donde las oficinas donde el estaba. Llegue a
recepción pregunte en que piso quedaba su oficina. -El señor Vegeta, la atenderá un momento -me comunicó su secretaria.
Tome asiento en unas de las sillas vacías de espera. El lugar era muy bello y moderno. Se respiraba un
buen ambiente. De repente unos gritos de mujer salieron de su oficina, luego la puerta se abrió, Vegeta estaba sosteniendo fuertemente del brazo a una mujer de cabello castaño que se miraba muy enojada. -¡Te vas a arepentir de esto, te lo juro ! -gritó ella con rabia en sus palabras. -No me importan tus amenazas, has lo que quieras -le respondió él con tranquilidad

En ese momento, dos hombres de seguridad ingresaron al pasillo y se llenaron a la cataña hacia fuera. -Señorita Briefs, le pido disculpas por el espectáculo que acaba de presenciar. Por favor pase
adelante -me dijo Vegeta como si nada hubiera pasado. Me puse de pie y caminé hasta ingresar a su oficina, estaba un poco aturdida y pensativa sobre el
motivo que tendría esa mujer para haberle gritado esas palabras. Vegeta me ofreció algo de beber, pero
solo acepte un vaso con agua. -Aquí está el documento que mi padre le envía -le dije acercándoselo.
Él de inmediato lo tomó y me miró fijamente . -Gracias por haberlo traído, y disculpe si le causé inconveniente -se disculpó. -No se preocupe lo hice con mucho gusto -le respondí ya mas relajada.
Él se quedó un momento en silencio. -Quiero aprovechar un poco más de su confianza pidiéndole otro favor -dijo de repente . -¿Qué tipo de favor? -pregunté con curiosidad. -Esta noche hay una fiesta de recaudación para el hospital infantil, ¿Le gustaría ser mi acompañante? -me propuso sin apartar su mirada.
Vaya esa invitación no me la esperaba, pero era la primera vez que me invitaba a salir y eso lo debía
aprovechar para conocerlo en otros aspectos. -Me encantaría señor Ouji -respondí muy segura.
Él dibujo una sonrisa. -Estupendo pasaré por usted a las ocho -dijo amablemente.
Por una razón yo también sonreí. Me despedí de él y salí del edificio un poco animada de estar con él de
una manera más personal.

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