• Capítulo 4: 20.160 minutos •

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Adrien tuvo que esperar unos seis días más para poder regresar a casa de Marinette.

Como medida de "precaución" ella incluso antes de ser novios le había comentado cuántos días estaba en esos del mes para que evitara lo más posible cualquier cosa que peligre con su integridad física y emocional, los cuales eran seis en total; al estar enfermo olvidó ese minúsculo detalle, es más, olvidó hasta su mera existencia.

Por esa razón igual terminó con una buena cachetada en toda la mejilla, por la cual varios de sus amigos terminaron burlándose un poco.

Y todavía Félix y su tía Amelie seguían en la mansión, por lo que aún seguía enojado con su primo, aunque ya no sabía por qué.

¡Pero había cosas buenas! Ya los seis días de Marinette pasaron, la cachetada que hasta ya parecía tatuaje se desvaneció un poco e hizo durante esos días un exhaustivo entrenamiento de esgrima para bajar esos kilos demás que según el fotógrafo tenía.

Todo bien por esas partes.

En lo que esperaba que Plagg acabara su queso para poder transformarse, repasó una vez más el método que iba a utilizar para ahora sí, poder recuperar los besos de su chica. El único problema era que no sabía cómo implementarlo para hacer que Marinette lo vuelva a besar.

Era más como un dato curioso.

“Una persona normal se pasa 20.160 minutos de su vida besando”.

No tenía idea de cómo usarlo, no quería ir y soltar eso para que Marinette lo aleje una vez más, tenía que persuadirla de algún modo para que él pueda hacer una jugada maestra y lograr recuperar sus besos.

Una vez notó que Plagg había acabado el queso que le dió hace un rato, vió que el pequeño kwami trataba de escabullirse para tomar otro trozo creyendo que él seguía distraído. Muy astuto.

—Vámonos Plagg, hay que ir a ver a Marinette—. Dijo, viendo cómo sobresaltó a su pequeño compañero por las repentinas palabras.

—Bueno, está bien—. Aceptó el ser de la destrucción a regañadientes. —De todos modos vamos a regresar rápido, es obvio que vas a fracasar.

Adrien miró con aburrimiento al kwami; siempre le estaba repitiendo que iba a fracasar y de algún modo siempre siempre estaba fracasado en todos y cada uno de sus intentos, sin contar todas las consecuencias que se ganaba por cada intento.

¿Será que Plagg le estaba dando mala suerte al ser su portador? Nah, de ser así, su vida tendría más desgracia, como... ni idea, ¿Que su madre esté por ahí en verdad y no lo sepa?

Capaz solo lo escuchaba mucho decir que iba a fracasar y de algún modo su cerebro lograba que hiciera todo mal; debía ser eso.

Sin perder más tiempo, ordenó su transformación y cuando una vez más tuvo su traje de superhéroe, saltó por su ventana para ir en dirección al hogar de su novia. Si mal no recordaba la hora, no pasaban de las 3 de la tarde así que la chica probablemente esté desocupada.

Ya pensaría en el camino un plan para usar el métodos que usaría ese día.

.   .   .

Una vez llegó al balcón de su chica, estaba por entrar sin avisar, como usualmente lo hacía, cuando de pronto oyó un grito de queja femenino proveniente de adentro, reconociendo la voz de la Dupain-Cheng.

Su sentido de alerta se activó y no tardó en irrumpir en la habitación de la azabache, calmándose un poco al ver que la chica solo estaba sentada frente a su escritorio, frustrada y con un montón de anotaciones y hojas frente a ella, lo que probablemente quería decir que estaba haciendo los deberes escolares asignados ese día.

Métodos Poco Convencionales Para Obtener Un BesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora