Eran casi las nueve de la noche cuando Adrien finalmente pudo entrar otra vez a su habitación.
Ese día, su padre lo llevó como oveja en el ganado a una infinidad de sitios porque su agenda se llenó por completo, estando llena de sesiones de fotos, lecciones, entrenamientos... básicamente, lo zarandearon hasta decir ya.
Ni siquiera tuvo tiempo de armarse un plan maestro para recuperar los besos de Marinette. En serio, esa chica era muy dura con sus castigos.
Estaba agotado mental y físicamente, y lo único que necesitaba era un baño caliente para luego dormir hasta la próxima semana.
Plagg salió de la chaqueta de su portador para ir a buscar un poco de queso. Adrien ya había cenado con anterioridad pero él no, por lo que se buscó un buen trozo de camembert. Se tomó su tiempo para degustarlo, y una vez se lo hubo acabado, fue hacia la cama del chico y se recostó panza arriba sobre la almohada que el Agreste dejaba exclusivamente para él y tomó a Plagg Calcetín para poder acurrucarse y dormir.
Aún el sueño no le había ganado al pequeño kwami cuando rato luego sintió a su ojiverde amigo tirarse a su cama, ya en pijama y dispuesto a dormir. Pasó un rato, pero de pronto empezó a sentir que Adrien no paraba de removerse en la cama.
Daba vueltas, se acomodaba de diferentes formas, le dió vuelta a la almohada, se cubrió la cabeza con la misma, se tapó por completo con sus sábanas... no, no podía dormir.
-¡Rayos!-. Se quejó el chico mientras se sentaba sobre su cama y cubría su somnoliento rostro.
Estaba cansado y con sueño, pero no lograba dormir porque no se hallaba cómodo en su cama, sencillamente no lograba encontrar una posición cómoda para poder dormir tranquilo.
Miró hacia el suelo, observando fijamente un punto muerto del mismo, ¿Si se tiraba al suelo, estaría cómodo?
Suspiró frustrado mientras volvía a recostarse en su cama; miró a Plagg a ver si ya de había dormido, pero muy al contrario de lo que pensaba, el kwami de la destrucción se encontraba viéndolo fijamente con un semblante molesto, era obvio que no lo estaba dejando dormir.
-Lo siento, Plagg-. Se disculpó.
-La próxima, avisa cuando vas a estar de ese modo cuando yo solo quiero dormir-. Se quejó el pequeño de ojos verdes antes de tomar a Plagg Calcetín entre sus pequeñas patas.
Sin más, Plagg se fue hasta la enorme repisa en dónde Adrien guardaba sus libros y videojuegos a buscarse un rincón apropiado para dormir en paz. Adrien por su lado, miró la kwami hasta perderlo de vista, sientiendo apenado de no poder dejarlo dormir cómodo.
Volvió a suspirar mientras observaba el techo. El sueño estaba presente, pero si no estaba cómodo no podría dormirse, o al menos, no tan rápido como él pensaba y quería.
Cubrió sus ojos con su antebrazo e intentó contar Plaggs para ver si podía dormirse... y nada.
-¡Yo solo quiero dormir!-. Exclamó en voz baja. -¡Mañana me toca peor que hoy!
Su mente empezó a divagar entre recuerdos, hasta que de pronto su mente hizo click en algo. Se levantó de su cama y fue hasta el pequeño segundo piso que tenía; buscó a Plagg en algún lugar de la repisa, y lo vió ya dormido entre unos mangas que tenía, envuelto en Plagg Calcetín.
-Perdóname está amigo-. Se disculpó él. -Plagg, la garras.
Plagg de pronto empezó a sentir que era jalado a la fuerza, despertándolo en el acto y solo dándole a entender una cosa: Adrien había llamado a su transformación.
-¡Rubio idiota!-. Gritó el ser de la destrucción antes de ser absorbido por el anillo y así convertir a Adrien en Chat Noir.
Una vez ya tuvo sus poderes, Adrien saltó hacia el piso inferior y abrió la ventana, para así salir a la oscuridad de la noche. El cambio abrupto de clima lo hizo sentir más despierto, pero sabía que debía darse prisa pues el recorrido lo iba a cansar más de lo que ya estaba.
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Métodos Poco Convencionales Para Obtener Un Beso
FanfictionUn pequeño accidente por querer hacerse el gracioso, causará que Chat Noir sea castigado por Marinette de una forma, según él, de las más horribles de todas las existentes: Le negó los besos hasta nuevo aviso. Y siendo que al él siempre le ha gustad...