Llegaron las once y media de la noche de ese inagotable lunes y lo único que quería era dormir.
Me eché en la cama y cogí el libro de poemas que siempre estaba en mi mesita, me leí un par de ellos y me fui a dormir.Fue dejar el libro y caer redonda en un profundo sueño, tan profundo que no escuché ni el buenas noches de mi hermano.
De repente me desperté sobresaltada, miré el reloj y eran las 7:28 de la mañana. Solo quedaban dos minutos para seguir dando vueltas por la cama. Sonó el despertador y me levanté. Me duché, me sequé el pelo y desayuné. Me puse ese día el jersey azul que tanto me encantaba, con esos vaqueros que me hacían un culo precioso y las converse rojas que me regaló mi madre, chaqueta de cuero encima y a clase.
Todo iba de lujo ese día, estaba feliz, y la mayoría de las clases se pasaron volando, hasta que fui a casa.
Entré por la puerta y mi madre estaba dando vueltas en la cocina. Nada más verme entrar me dijo con voz entre cortada: "menos mal que ya estás en casa, Dani, tengo que contarte algo". Como aclaración diré que Dani es de Daniela, a mi madre siempre le gustaron esos nombres raros que no sabes si esta hablando con su hijo o con su hija.
La verdad que no entendía nada... No sé que diablos podría haber pasado.
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Todo irá bien.
Non-Fiction¿Qué pasa cuando todo va mal? ¿Cuándo tu pilar más fuerte se desmorona? Daniela es una chica de 16 años a la que muchos de nosotros deberíamos tomar como referencia, una chica valiente y fuerte.