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#07- Que no le respondan los mensajes

Aquella vez que él y Jungwon pasaron aquella barrera fue genial... Al día siguiente despertó y tuvo que irse, a pesar de que el menor aún no había despertado, tenía trabajo y seguramente su primer cliente del día le estaba ya esperando en el estudio.

Jungwon al despertar se encontró solo, pero luego recibió un mensaje del mayor pidiéndole perdón por no estar allí cuando él abrió los ojos... El castaño no se enfadó ni nada.

Sólo suspiró, dejó su teléfono a un lado y se puso de pie yendo rumbo al cuarto de baño con las intenciones de tomar una ducha relajante.

...

Ya era poco más de las 4:30 pm y Jay quería mandar todo a la mierda con sus clientes incluido, e ir donde el menor.

Jungwon no le había respondido el primer mensaje... Tampoco el segundo... Y mucho menos el tercero ni los que le siguieron.

¿Acaso Yang no le quería hablar?

Suspiró con pesadez y al escuchar el quejido de la chica volvió a la realidad.

— Me duele mucho, ya no aguanto más. ¿Puedes darme otra cita para acabar el tatuaje otro día? De verdad ya hoy siento que se me va a caer la pierna —pidió a lo que Jay miró hasta donde había avanzado con el tatuaje de aquella rubia.

Luego asintió.

— Está bien. Falta la mitad. Es comprensible que te duela. Es un tatuaje con mucho relleno —sin más limpió la zona tatuada y luego de aplicarle una crema para tatuajes recientes le envolvió la pierna en nailon retractilado.

Le dio una mirada más a su trabajo y luego procedió a quitarse aquellos apretados guantes negros para tirarlos a la basura.

Agarró su agenda y buscó un tiempo disponible para colocar allí la próxima cita de la chica para terminarle aquella catrina.

Sin más halló uno y le informó el horario a su clienta.

— Oh, en verdad muchas gracias. Entonces nos vemos el día 23 —sin más se puso de pie y se fue.

Jongseong suspiró y agarró su teléfono celular. Observando el tan molestoso visto que le había clavado Jungwon en todos los mensajes.

No quería parecer un intenso. Pero no se aguantó más y le llamó.

Luego de escuchar como la típica voz de la agencia de comunicaciones le decía el número que usted llama está apagado o fuera del área de cobertura; the movil your calling- sin más colgó.

Miró el reloj en su pared y eran las 5:15 pm ya... Su próximo turno empezaba a las y media. No podía irse a buscar al menor así sin más y dejar a su próximo cliente botado.

Por lo que bajo su propia resignación gruñó y segundos después la campanilla de la puerta siendo abierta sonó.

— Pasa y siéntate —le habló a su cliente pero se llevó la sopresa de ver al precioso Yang con una sonrisita en el rostro.

Se puso de pie y se acercó a él.

— Jungwon, por Dios, no sabes lo preocupado que me tenías, creí que estabas enojado conmigo o que no querías verme —le dijo abrazándolo.— ¿Por qué no respondías mis mensajes? ¿Y por qué cuando te llamé tu móvil estaba apagado? —

Yang río y con sus manitas acarició la espalda del exaltado Park.

— Confieso que el primer mensaje si lo dejé en visto porque en ese momento estaba recién despierto y lo único que quería hacer era tomar un baño... Pero el resto no fue intencional. Cuando iba a contestarte me tropecé y mi teléfono cayó escaleras abajo —le contó para luego alejarse un poco y verle con una sonrisita apenada.— Y pues, tuve que ir a comprarme uno nuevo y por eso cuando me llamaste daba apagado —

Jongseong juntó su frente con la del contrario y con una de sus manos le acarició la nuca.

— Creí que nos pasaría como en esas típicas escenas cliché donde los chicos tienen relaciones y al otro día uno de ellos está arrepentido —

Jungwon no pudo evitar reírse.

— Jay, tienes demasiada imaginación. Deberías dejar de ver tantas series —se burló del mayor y lo abrazó del cuello para luego darle un amoroso beso de piquito.— Yo jamás me arrepentiría de lo que hicimos anoche

Confesó en un susurró.

Jay sonrió al ver al más bajito mostrar sus preciosos hoyuelos y luego le abrazó de la cintura.

— ¿Sabes que así de cerquita te ves muy bonito? —le preguntó al castaño que no tardó en sonrojarse tras lo dulce que se había escuchado aquella pregunta del pelinegro.

Se dieron un suave beso y al separarse las sonrisitas cómplice reinaron.

— Entonces... ¿Me perdonas por no contestarte los mensajes? —le hizo ojitos y un puchero.

— Te perdono si me dejas tatuarte en la nalga —soltó de la nada moviendo sus cejas de forma seductora.

Jungwon se alejó de él y se cruzó de brazos.

— Oh, vamos, Park Jongseong, tienes que estar de broma... —exclamó.— Te dije que ahora no planeo tatuarme nada —

— Vale... Pero, ¿cuando te decidas me dejarás hacértelo en la nalga? —insistió.

— ¡¿Qué fetiche tienes con mi nalga, por Dios?! —preguntó exasperado.

Y así fue como pasaron el resto del rato con Jungwon quejándose por la estúpida obsesión que tenía Jay con querer tatuarlo en la nalga, y este sólo se reía de las caras de desaprobación que ponía el menor.







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Para quien no sepa catrina es la calavera garbancera que usualmente suelen pintarse los mexicanos el día de muertos

Jay's 14 weaknesses [Jay x Jungwon] JayWonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora