Lo que sería una tranquila misión de reconocimiento, terminó por convertirse en una de las peores para el pilar de la flama y del agua. Ninguno se imaginó que lo que provocaría el arte demoniaco que aquel monstruo les cambiaría la vida para siempre...
¡Buenas, buenas! ¿Cómo están? ¿Ya vieron el capítulo supremo de Kyojuro? ¡Fue lo más hermoso y genial que he visto en este último tiempo! Yo chillé , lloré, morí, reviví, volví a morir y a revivir todo eso en lo que duró el capítulo 😂 y fue gracias a él que hoy pude terminar este penúltimo capítulo. ¡Espero que lo disfruten! Nos leemos abajito.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Giyuu había perdido la cuenta de las veces que había ido de un lugar a otro haciéndose cargo de toda la situación. Antes de que se perdiera la conexión con Hanna, esta le había dicho que le costaba mucho mantener ese tipo de contacto con él y le pidió de favor que fuera a verla esa misma noche.
La energía que se mantuvo durante toda esa tarde en la casa de los Rengoku fue de mucha angustia y ansiedad. Aunque Shinjuro no lo expresara, él también estaba bastante preocupado por la muerte de aquel demonio, pero seguía firme en que todo se solucionaría ya que por alguna razón confiaba plenamente en el pilar del agua para esa tarea. Lo había visto desvelarse y preocuparse por su hijo cada vez que llegaba a la casa por lo que era testigo directo de su arduo trabajo.
Al llegar la noche el pelinegro se despidió de Senjuro y emprendió rumbo en dirección a la casa de Tamayo. Después de caminar algunos metros llegó a una importante intersección y pudo divisar a lo lejos a Tanjiro que parecía también comenzar un viaje.
—¡T-Tomioka-san! — le saludó un poco nervioso. No esperaba verlo allí, ya que se suponía que estaba en la finca mariposa. Ni el mismo Giyuu entendía como podía transportarse tan rápido de un lugar a otro— qué gusto verte.
—¿Vas alguna misión?— le preguntó con su tono habitual. A esa altura y con todo lo que tenía en su cabeza ya había olvidado por completo la conversación que había escuchado esa misma mañana. Era una persona muy volátil.
—Tengo que ir a la villa de los herreros, en mi último combate mi espada se arruinó...— el menor suspiró cansado al imaginar el regaño que le esperaría por parte de Haganezuka.— estoy esperando a los kakushi que me llevarán allí.
—Ya veo.
Tanjiro pudo oler la tranquilidad de su interlocutor y respiró aliviado, ya que pensaba que sería sumamente incómodo el próximo encuentro que tuvieran luego de aquella conversación con Zenitsu. Le alegró que no fuera el caso, pero aún así quería aclararlo.
