Capítulo 3

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Brittany

Señoras, señores
Sonó el despertador
Despierten pronto
El circo concluyó
Vamos dejando
La vida alrededor

Larala larala laralalala Larala larala laralalala

Señoras, señores
Sonó el despertador
Despierten pronto
El circo concluyó
Vamos dejando
La vida alrededor

En ese mismo instante, una espectacular rubia de ojos azules estaba actuando en el escenario, dando una magnífica visión de su perfilado cuerpo al público, que la miraba atónito y dejando atrás un mar de aplausos por su maravillosa actuación. Brittany fue invitada a cenar por su pareja, estaba preparada para la conversación que iba a tener con él.

-¿Tinto o blanco, señor? –pregunto el camarero de unos dieciséis años, o al menos eso le parecía.

-¿Qué prefieres?

-Tinto.

-Tinto, por favor –le dijo al camarero que tras apuntarlo se fue.

-Tenemos el tiempo justo.-Como no, dije mientras buscaba en mi bolso un cigarrillo y lo encendía. Durante todo el tiempo que hemos estado juntos ha sido siempre la misma historia.-.

-¿Cansada?

-No sé, más bien aburrida.

- ¿Lo has pensado bien?

- Sí, lo nuestro se acabo –estaba más que segura de esa decisión.

-¿No te puedo… convencer?

-No, es lo mejor para los dos.

-Terminaras aburriéndote.

- Quizás, pero ahora necesito pensar. Un poco de orden no le vendrá nada mal a mi cabeza.

-El aburrimiento, es peor que el desorden.

-Precisamente, por eso lo nuestro ha terminado, ha llegado a convertirse en algo monótono y rutinario, y de eso es de lo que quiero huir.

-¿Los espárragos? –preguntó el camarero quien nos sirvió el tinto y el plato.

- ¿Hablaste con tu amiga?

-No, se me ha olvidado completamente.

-Llamó varias veces, parecía muy urgente.

- ¿Te importa si la llamo ahora?

- No, no, no. Por favor, un teléfono –pidió al camarero. En pocos minutos nos trajo el teléfono-. ¿Soy un problema?

-No, el problema soy yo. No sé qué me pasa últimamente pero me noto cambiada.

-Claro… –dijo inseguro. ¿Que se pensaba? ¿Que era uno de esos trucos que usan las mujeres para cortar? ¿Realmente cree que no se lo diría a la cara si fuera por él?

-Nunca me había sentido tan insegura, necesito llegar cada día más lejos. No sé–levante el audífono y empecé a marcar el numero de Quinn-, es como si tuviera que demostrar algo, pero aún no sé el que… Cuando pienso en lo que nos ocurre a nosotros, la verdad, es que no me siento a gusto. Necesito saber si soy capaz de encontrar algo diferente, eso es todo –le explique, hasta que terminé de marcarlo y Quinn no tardo nada en contestar-. ¿Quinn? Hola, soy Brittany. Sí, bueno, hable con uno pero… De acuerdo lo olvido. Si tú me lo dices lo creo. Podéis venir a ver el espectáculo, acabamos dentro de quince días. Os espero. Hasta luego.

James

A unos quilómetros más lejos, se estaba celebrando la cena más importante de James (el suegro de Santana), una cena que esperaba con gran nerviosismo, que podría ascender a su familia a una mejora en la alta sociedad y proporcionar a su hijo un trabajo en la política. La cena paso entre risas y algún que otro comentario respecto a Sam y Santana.

-Juan, ha sido una cena exquisita –agradeció la Sra. Banks.

-Muchas gracias, señora –contesto el mayordomo.

-El motivo no era para menos y Juan ha sabido esmerarse –dije alagando al mayordomo el cual llevaba años conmigo.

-¿Sería indiscreto saber con qué estaba hecha la salsa de lubina? –preguntó la Sra.Capaldi.

-La salsa, señora, es cosa del señor –contesto el mayordomo.

-Cada día James nos sorprende con algo nuevo -dijo Smith.

-La cocina y sobre todo las salsas, son mi debilidad.

-Pues hay que felicitarte James –dijo la Sra. Smith.

-Sí, desde luego –confirmo la Sra. Banks.

-Gracias. Me alegro de que todo haya estado a vuestro gusto.

-¿Sirvo ya los licores, señor? –pregunto el mayordomo.

-Sí, cuando quieras, pero a nosotros nos los vas a servir en la biblioteca. Así dejamos a las señoras para que charlen libremente de sus cosas.

-Hoy creo que vosotros os lleváis la palma –dijo la Sra. Banks.

Ya en la biblioteca.

-Pasad, pasad –dije mientras mis invitados entraban y tomaban asiento.

-James, ha sido una lástima que no pudieran estar presentes tus hijos –dijo el Sr. Banks.

-Ellos son los primeros en sentirlo.

-Sam es un muchacho inteligente, tengo grandes proyectos para él –dijo el Sr. Smith.

-Una imagen nueva, joven y un apellido consolere y prestigio son armas nada desdeñables. Además, tus hijos forman una pareja estupenda, y eso también cuenta –alagó el Sr.Banks.

-Sí, tenéis mucha razón. Hay que incorporar a la juventud si queremos contar con, su apoyo -le apoyo el Sr. Capaldi.

-Puedo hablar en nombre de Sam y estoy seguro de su fidelidad y de su entrega incondicional.

-Eso por descontado –inquirió el Sr. Smith.

-¿Y Sam esta entregado en la política? –preguntó el Sr. Capaldi.

-Bueno, digamos que está a la espera de que, surja una buena oportunidad.

-Si todo sale bien, que eso depende de nosotros, la oportunidad puede surgir antes de lo que se imagina –dijo el Sr. Smith.

-Si yo creo que tenemos que tomar una decisión cuanto antes –añadió el Sr. Banks.

- Opino lo mismo que tu Pedro. Pero hay que ser prudente hay que tener en cuenta que hay demasiada gente en espera de nosotros –informó el Sr. Smith.

-Pues por eso, con más motivo, vuestra tardanza puede entenderse como una falta de decisión incluso de unión entre nosotros. Pero antes, debemos limar algunas asperezas. Mira yo se que entre nosotros hay divergencias. Pero lo importante es conseguir una fuerza, un punto de partida, es la única forma de asegurarnos una victoria electoral sin paliativos luego cuando todo quede en casa ya se arreglaran esas asperezas.

-Yo pienso igual que James -me apoyo el Sr. Banks.

-Todos pensamos lo mismo pero nuestra situación es crítica, confusa no hay más que echar una ojeada a la prensa –añadió el Sr. Smith.

-Son solo salvas a la hora de la verdad tocaran el sol que más caliente y ese será el que nosotros marquemos.

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⏰ Última actualización: Mar 25, 2015 ⏰

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Me Siento Extraña (Brittana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora