“¿Debe haber un sincero arrepentimiento en las palabras o en las acciones?¿Qué pesa más?”— Escritor J.
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—¿Quién es?— alza la voz Nueva España para preguntar, sonando solo un poco ronco al principio. No obstante, no sirve de mucho preguntar cuando de todas formas la persona que toca la puerta de igual manera pasa sin más.—¿Por qué tocas la puerta si de todas maneras vas a entrar?— cuestiona arqueando la ceja un poco mal encarado.
—Soy tu padre.— le responde como si fuese suficiente razón, como si aquello pesará sobre todo, cerrando la puerta detrás de sí y adentrándose a la habitación de su hijo.—Solo toco la puerta por educación y en forma de aviso de que en segundos entraré a tu habitación, no para querer tu autorización hijo. Además estás enfermo, no puedo dejarte tanto tiempo solo. — explica brevemente, preocupado el Imperio.
—Trece Colonias está aquí. — le señala con la mirada a su padre la compañía del extranjero que no pasa de desapercibida.
—Buenas tardes señor.— saluda con cortesía el rubio, levantándose de su asiento para saludarlo con un estrecho de manos, aunque hace bastante rato de todas formas ya lo había saludado al llegar al Palacio.
El mayor lo saluda rápidamente, apenas sonriendo por amabilidad.
—No puedo dejarte mucho tiempo a solas con el vecino, en tu habitación estando vulnerable. — argumenta su padre, acercándose a su hijo para tocarle la frente y sus mejillas, saber aproximadamente su temperatura por segunda vez en el día.
—Él no me haría daño, papá.— suspira harto de la todavía desconfianza de su padre hacia su amigo. —No es un idiota para "atacarme" en territorio extranjero y sin compañía.— le aclara la obviedad, pareciéndose absurdo que su padre piense eso de su vecino.
Trece Colonias lo mira un poco ofendido por el término 'idiota', puesto no carece de inteligencia. Pero de todas formas comparte su pensamiento puesto jamás atacaría a Nueva España, bajo ninguna circunstancia incluso si el castaño tuviese desventaja alguna. Después de todo, no solo son vecinos, son mejores amigos.
—No me refiero a agredir físicamente.— añade el Imperio Español, lo cuál deja un tanto confundido a su colonia.
Trece Colonias piensa entonces que si no se refiere a físicamente, entonces lo único que le queda sería psicológicamente.
—I would never harm New Spain physically or psychologically(Yo nunca dañaría a Nueva España ni física ni psicológicamente).— se defiende Trece Colonias, sin evitar sentirse ofendido de que el mayor piense así de él luego de todo este tiempo de conocerlo. Desde hace varios meses que dejó de ser un completo extraño. Agrega lleno de valor:— Él es perfecto, no tiene ningún defecto que yo pueda usar como insulto hacia su persona.
Un minuto de silencio, el Imperio Español medita las palabras recién dichas por el anglohablante, mientras que Nueva España se sonroja por el comentario de su amigo. ¿Cómo no hacerlo si le dijo claramente en idioma español que es perfecto? Sin titubeos ni vergüenza. ¿Acaso no midió bien sus palabras?¿No piensa en las consecuencias que puede provocar al decir tales cosas?
—Me preocupa dejarlos media hora solos y luego enterarme que van a tener un... — las palabras quedan en el aire dejando más confundidos a los de menor edad.
—¿Un qué? ¿Una mascota?
—¿Un asesinato?— menciona Trece Colonias, al igual que Nueva España, queriendo encontrar una respuesta a la preocupación del padre.
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"Solemne" •Trece Colonias x Nueva España (UsaMex)
Fanfic•Los dibujos/Imágenes de la portada no son míos. Créditos a:@_PearGreen_ (Twitter) y @metztli_mx(Twitter) ♥Reseña: «Hogar es el que compartían ambos. Las cicatrices de su amor permanecen a través de los años, siguen presentes pues son parte de la hi...