Min nunca había visto un hibrido en persona, era tan difícil como toparse con un idol en la calle. Sabía que mayormente esos extraños seres se la pasaban escondiéndose en el bosque o en los callejones ligeramente peligroso. Tratado de evitar ser vistos. No obstante, las cámaras siempre estaban detrás de ellos. Siempre apuntaban al laboratorio donde sabían que se trataban sus casos. Muchos decían que en los laboratorios los híbridos eran maltratados, torturados, aunque YoonGi nunca fue muy creyente de esas historias. Le parecían exageraciones de todos.
Regresando al tema, el ver a un hibrido era complicado, algunos morían sin ver uno en su vida.
Por eso se sorprendió al ver aquellas orejas felinas que sobresalían del joven que estaba llorando en silencio. Su temblor había dejado de ser a causa del frio. Ahora era por el miedo
— ¿Eres una de esas cosas? —interrogo con repulsión
Cosa.
Esa palabra siempre era usada cuando se referían a aquella especie. JiMin se había acostumbrado a que le digan "cosa", por eso odiaba esa palabra. La detestaba con su alma.
Por inercia, las orejas que estaban tan elevadas, se agacharon demostrando su tristeza.
— ¿Por qué estás aquí, callejero? — miro con una ceja alzada al pobre felino que simplemente había perdido su mirar en otro lado.
— Hui. — fue lo único que dijo mientras secaba sus lágrimas y bebía lo poco que quedaba de su chocolate.
JiMin tenía miedo, miedo de ser entregado por aquel desconocido. Sabia como eran las personas, por eso sentía un pánico inevitable cuando estaba frente a un humano. Él más que nadie conocía la conveniencia de las personas.
El estado estaba tan apurado en conseguir a los híbridos que habían empezado a pagar quien logre encontrar una de esas criaturas. Era un negocio, existía un trámite y no era simplemente palabras que el laboratorio había dejado al aire, algunos que habían encontrado algunos híbridos se les había otorgado la cantidad absurda de 118 000 000 wones. Por eso la caza de aquellos seres se había hecho algo muy común, haciendo que necesiten esconderse mejor.
Por otro lado, estaban quienes acogían a los híbridos, les daban seguridad en un tipo de alberge, como se le había llamado. Se les daba comida y un hogar, además de juegos para que se distraigan, entre otras actividades. Tenían locales para ayudar a que los híbridos puedan tener una vida tranquila, que puedas estar felices sin necesitar escaparse de la sociedad. Claramente ellos no daban ninguna recompensa mas que dejar tu conciencia limpia.
Era una decisión un poco obvia para muchos.
YoonGi, si bien tenía una excelente economía y no le faltaba absolutamente nada, la idea de poder tener esa cantidad de dinero le tentaba fácilmente.
Era un juego de saber cómo manejar a la gente. El dinero movía al mundo. Simple.
— ¿Huiste? ¿De dónde? ¿De tu alcantarilla, callejero? — sus labios mostraron una sonrisa mientras analizaba al hibrido.
Sus orejas eran delicadas, se veían que contaba con un pelaje suave, podía apostarlo. Algunos mechones salían de estas mismas orejas. Su color era el mismo de su cabello, luciendo como extensiones perfectamente colocadas. Aunque, una vez que presto atención, pudo ver como la oreja derecha poseía un pequeño agujero, muestra de una cicatriz.
— Hui, simplemente. — no quiso decirlo, ¿Porque debía contarle su historia a alguien que lo entregaría muy pronto, seguramente?
YoonGi asintió, sin quitar la vista del joven. No sabía exactamente qué hacer. Su lado moral le decía que lo ayude, pero su lado ambicioso le decía que lo entregue. Era un ligero conflicto en que se había metido.
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𝐋𝐎𝐒𝐓 𝐊𝐈𝐓𝐓𝐘 || 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍
Fanfiction«ᴘʀᴏᴍᴇᴛᴇᴍᴇ Qᴜᴇ ɴᴜɴᴄᴀ ᴠᴀꜱ ᴀ ᴅᴇᴊᴀʀᴍᴇ. ᴘʀᴏᴍᴇᴛᴇᴍᴇ Qᴜᴇ ꜱɪᴇᴍᴘʀᴇ ᴇꜱᴛᴀʀᴀꜱ ᴀQᴜɪ ᴘᴀʀᴀ ᴇꜱᴛᴀʀ ᴄᴏɴᴍɪɢᴏ » ╭─────•♡• Min YoonGi era un joven que nunca estuvo muy de acuerdo con aquella raza que se le hacían llamar "híbridos". No es que los despreciara, como otros...