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Era una muy aburrida mañana para Taehyung, quien se encontraba en su gran casa en espera de sus preciados hyungs, que al parecer estaban tardando demasiado en llegar.
Se decidió por ver algo en la televisión para tratar de entretenerse, canal tras canal cambiaba buscando algo de su interés, derrepente quedó sumergido en sus pensamientos.
¿Y si un día me ataca un tigre cuántas posibilidades tendría de sobrevivir?.
Hasta que escucho un ligero alboroto afuera de su casa, cayendo en cuenta de que sus hyungs habrían llegado al fin, escuchando como las cerraduras de las puertas eran quitadas.
— ¡Hyungs!, porque demoraron tanto — protestó el menor, con un firme puchero en el rostro y sus brazos cruzados.
Se escuchó un suspiro por parte de los mayores al ver a tan tierno pequeño, rápidamente llenándolo de elogios juntos con cálidos besos y abrazos.
— Pero bebeeé pasamos a recoger al amigo que te habíamos mencionamos la vez pasada — trato de justificarse Hoseok, quién tomo de los suaves cachetes al menor para apretarlos.
— ¿Chicos es que acaso no piensan presentarme? —
A Taehyung se le fundieron los cables al escuchar tal voz.
Hoseok dio una sutil risa y se apartó junto con el resto dejando libre el campo de visión del menor.
Taehyung sintió una adrenalina recorrer su cuerpo, sus pupilas se dilataron al contemplar a cierto desconocido, no tuvo ni un segundo para poder respirar, cuando el contrario ya se estaba acercando provocando que su corazón se acelere
— Mucho gusto Taehyungie — dijo aquel extraño, acercando su mano al rostro del menor tomandose el atrevimiento de acariciarlo — Soy Jeon Jungkook, es un placer por fin conocernos —
El cerebro de Taehyung derrepente dejo de funcionar.
El silencio paso a ser protagonista acaparando toda la habitación, mientras Taehyung se deleitaba viendo al bonito chico que tenía enfrente, como si fuera lo único que sus ojos podrían ver
Ambos parecían cómodos mirándose él uno al otro, aunque para los mayores era todo lo contrario. Jungkook al notar esto, llevo sus manos a la cabellera de Taehyung ofreciéndole unas suaves caricias en un intento de despertarlo, pero solo logro que el menor comenzará a ronronea.
Mientras Kim se encontraba perdido en su mundo tratando con mucho esfuerzo de controlar los latidos de su corazón que por desgracia no logro ya que unos brazos lo envolvían cálidamente.
Pum; pum;pum;pum.
Se atrevió a acurrucarse en el cuerpo del mayor y al no sentir rechazo alguno. Se atrevió a tomar mucha más confianza acercándose a la unión del hombro y cuello de Jungkook, si ese extraño que apenas conocía y su conciencia seguía sin poder explicar su extraño comportamiento.
Sin mencionar que hace unos minutos antes Taehyung estaba un poco inquieto por cierto olor que percibió en el ambiente, el mismo olor que casualmente aquel chico sexy que lo sostenía en sus brazos desprendía.
Quería olerlo hasta cansarse, solo olerlo para el y.. y marcarlo como suyo para que nadie más pudiese acercarse.
De pronto lo invadío un dolor en la boca, siendo más claros en sus encías donde coincidentemente iban sus colmillos sintiendo como estos picaban por querer salir.
Taehyung entró en crisis, sus hyungs no podían verlo. Si eso pasaba el estaría arruinado, años tras años ocultando la verdad viviendo oculto para que simplemente un día cualquiera salga a la luz su secreto.
Por supuesto que no, por la jodida mierda tenía que controlarse, tratar de buscar una solución que pase desapercibida que no llame la atención.
Sintió otra ola de dolor, que lo hizo desesperarse y entrar en pánico. A Taehyung no le quedó de otra que recurrir a sus bajos impulsos, los cuales le sugiriendo apartarse lo más pronto de Jeon. Lo cual hizo pero de madera muy brusca llamando sin querer la atención de todos.
Brillante, eres brillante Taehyung.
Quiso hablar, más se le fue impedido nuevamente por el dolor, indicando que sus colmillos ya habían salido.
— Oh demonios — maldijo Taehyung, prácticamente cubriendo su boca por completo con su mano.
— ¡Taehyung! — reprochó Hoseok, un tanto molesto y confundido por la actitud del menor, sabiendo que a este no le gustaba para nada decir malas palabras.
El menor pronunciando un rápido.
—Lo siento Hyung — saliendo disparado del lugar, dejando atrás un silencio que permitió escuchar sus rápidas pisadas subir por las escaleras, dejando completamente desconcertados a todos y con ciertas interrogantes en la cabeza.
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