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Las personas que se cruzaban en el camino miraban con curiosidad al trío de jóvenes, sobre todo porque el que parecía mayor camina con la chica en brazos gritando "Nos estorben" o "Háganse a un lado, se le torció el páncreas"

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Las personas que se cruzaban en el camino miraban con curiosidad al trío de jóvenes, sobre todo porque el que parecía mayor camina con la chica en brazos gritando "Nos estorben" o "Háganse a un lado, se le torció el páncreas".

Y claro, el rubio detrás de ellos tampoco se quedaba muy atrás en cuanto a rareza, pues llevaba un gato en la cabeza además de que iba cargando con tres mochilas y un estuche haciendo que casi no pudiera ver el camino y se medio tropezara cada dos segundos. Mientras intentaba decirle a su amigo que lo del páncreas era una tontería y que se callara. Que  por cierto, el más alto en ningún momento lo escuchó, no hasta que llegaron al hospital. 

La joven fue revisada por un doctor —a quién le tuvo que explicar lo que pasó— y al final solo vendaron su torso (desde debajo de sus senos hasta su ombligo), le dieron algunas pomadas y pastillas para el dolor.
Por suerte no le pasó nada muy grave.

Agradecía tener seguro médico, porque ninguno de los tres llevaba ni un yen encima.

Al salir el rubio solo le agradecía, mientras que ella le decía una y mil veces que no había porqué.

Mientras el más alto tenía rato mirando el estuche.

Y ahora los tres caminaban en dirección a la casa de la fémina. Ambos chicos habían decido acompañarla, era lo mínimo que podían hacer por ella según ellos.

—Ah cierto, nunca lo dije. Me llamo Seishiro ____. —dijo la chica, quién caminaba lentamente. Gracias a los medicamentos ya casi no le dolía, pero le incomodaban las vendas.

—E-eh es verdad, no nos hemos presentado; yo soy Matsuno Chifuyu y él es Baji Keisuke. Es un placer Seishiro-san. —dijo el rubio.

—Si algún día necesitas, no sé, compañía —le guiñó el ojo— puedes llamarme. —acabó por decir Baji mientras le extendía un papel con su número de teléfono. El cual la chica recibió dudosa.

—¿Ok...? Cómo sea, no hace falta el "san" Matsuno, no creo ser mayor que tu y en cualquier caso, no me gusta usar los sufijos. Ah y estoy acostumbrada a que me llamen por mi nombre de pila. Espero no haya problema con eso... —explicó ella.

—¡Oh entiendo! Entonces simplemente ____ está bien. Tú también solo llámame Chifuyu, me es más cómodo. —acabó por decir con una sonrisa.

—¡Hey ustedes sigo aquí! —habló el otro llamando la atención de sus acompañantes— A mi solo dime Baji, que sí es mi apellido, pero me queda genial ¿Verdad?

—Ok ok, entonces Baji. Mm...Sip tienes razón~ te queda. —dijo ____ alzando ambos pulgares en señal de aprobación.

El nombrando sonrió con superioridad.

Estuvieron platicando sobre diferentes cosas y conociéndose más durante el camino.

—Oye...¿Qué llevas en esa cosa? —preguntó finalmente Baji señalando el estuche en manos de Chifuyu. Este último lo llevaba por ayudar a ____.

—¿No es obvio? Una metralleta. —respondió ella como si nada, aprovechándose de la aparente ignorancia del chico sobre los instrumentos musicales.

—¡¿Qué?! ¡¿Enserio?! —exclamó sorprendido, porque precisamente eso era lo único que pasaba por su mente desde que lo vio.

—Pff- claro que no tonto. —dijo para luego soltar una pequeña carcajada— Es mi violín.

—¿Violín? —repitieron ambos chicos a la vez con tono de duda.

—Ajá, puedo tocar un poco el violín...se puede decir que me gusta.

—¡Genial! ¿Será que algún día puedas tocar algo para Peke J? —decía Chifuyu con brillitos a su alrededor.

____ lo miró curiosa, no era normal que alguien te pidiera que tocará algo para un gato; sin embargo, asintió.

—Oye que injusto, solo para Peke J. —intervino Baji— ¿Podrías tocar algo para mí? ¡Y que se sienta emocionante!

—¿Mm? Está bien, supongo que debo recordar algo. —y detuvo su paso. Ambos chicos la miraban extrañados, no pensaba que quisiera tocar en la calle.

Mientras que ella abrió su estuche dejando relucir un precioso violín clásico.

Se sentó en una banca que había ahí cerca —porque aún le dolía un poco el cuerpo como para tocar parada— y comenzó a revisar la afinación de su instrumento. Todo bajo la atenta mirada de Baji y Chifuyu.

—Bien Baji, si no te gusta pues ni modo. —fue lo único que dijo antes de acomodarse con su instrumento.

Entonces empezó a tocar.

La melodía de primera mano empezaba algo fuerte y no te daba tiempo de prepararte para ello.
Seishiro había aprendido esa canción de uno de sus animes favoritos, y claro, que no sonaba igual que como si tuviera toda una orquesta de fondo, pero intentaba rellenar las partes que normalmente tocarían otros instrumentos.

Al terminar suspiró con cansancio. Se dio cuenta que debido al incidente no podría tocar con normalidad por un tiempo, si solo poco más de un minuto fue lo que duró su reciente melodía y ya sentía un significante dolor, no podía imaginar cómo sería si estuviera en esa posición más de diez minutos. Sería un dolor infernal sin dudas.

No obstante, no se arrepentía de haber salvado al gato ni mucho menos de haber conocido al curioso par que la acompañaba.

—Lo siento, creo que fue un poco dramático... —dijo ella al par que la miraba con asombro.

—¡Eso fue increíble! Pensé que no tendrías en cuenta lo que te dije. —habló Baji con emoción en sus ojos.

—¡Confirmo a todo lo que dijo Baji-san! —dijo Chifuyu igual de emocionado.

Y como si el gatito entendiera, asintió desde la cabeza de Chifuyu.

—¿Por qué no lo haría? —preguntó ladeando la cabeza. Y en realidad, ninguno de los dos sabían exactamente por qué.

Los dos pandilleros acabaron sentándose también y sin que ninguno de los dos se diera cuenta, terminaron hablando por horas de cualquier cosa que se les pasara por la mente.

Incluso antes de despedirse, los tres dieron su número de teléfono apropiadamente.

Tokyo Revengers Y Lectora [#1 Versión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora