🎄Capítulo 3🎄

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1 diciembre

Derín

Respiro profundamente antes de tocar el timbre de tan inmensa mansión en la que estoy a segundos de entrar. Pincho el timbre y suelto el aire que retuve por unos segundos.

Una mujer rubia es la encargada de abrirme y me presento con ella.

—Hola soy Derín, busco a la señora Alice Luna, vengo de parte de la agencia —me presento frente a la mujer.

—Mucho gusto, soy Alice, pasa por favor —se presenta la mujer de ojos azules y entro seguida de ella.

Tomamos asiento en unos blancos y cómodos sofás.

—No tengo mucho tiempo para hacerte las debidas preguntas ya que tengo que salir a mi trabajo en cinco minutos, te daré las indicaciones para que las sepas desde ahora y no lleguemos a un accidente —ella habla y yo solo asiento—. La pequeña se llama Dafne, tiene tres años, es alérgica a las nueces y es muy fan de comer galletas. Su padre bajara en unos minutos para que lo conozcas y se entere que has llegado. En este momento ella se encuentra desayunando en el comedor. Te dejaremos a cargo de ella hasta que regresemos, si surgen problemas o ella nos quiere llamar te dejare los números en los que nos puedes localizar —la mujer rubia habla muy rápido, pero eso no impide que entienda cada una de sus indicaciones. Me entrega una hoja donde se encuentran varios números.

Entiendo y comprendo todo lo que me dice. Están confiándome a su pequeña.

—Madre nos vamos —hablan detrás de mí. Siento que esa voz ya la he escuchado en otro lugar.

—Si hijo —se pone de pie—. Ven hijo te presento a la niñera de Dafne.

Me pongo de pie para después girar mi cuerpo y saludar.

—Mucho gusto soy... —levanto mi cara y callo de golpe al reconocer a la persona.

—¿Más? —me pregunta él mientras no deja de embestirme con rudeza en aquella encimera donde seguramente desayuna todas las mañanas.

—Sí —fue mi respuesta mientras rotaba mis caderas dándome más fricción con su sexo.

Enrede mis manos en su cuello atrayéndolo a mis labios para seguir devorándonos como dos adictos en búsqueda de su próxima dosis.

Es el tipo con el que me enrolle el sábado por la noche.

«¿Qué hiciste Derín?»

—Estas bien —me pregunta la mujer y asiento.

—Perdón, soy Derín mucho gusto —extiendo mi mano y él la toma.

Nuestros ojos conectan. Y otro recuerdo relámpago llega a mí.

Te voy a comer estas tetas —dice mientras yo muevo mis caderas de arriba a abajo dándonos placer a ambos. Él me sujeta de las caderas guiando con su mano mis movimientos sin dejar de observar mis pechos pegados a su pecho.

Retuerce mi pezón soltándome un gemido de lo más profundo de mi garganta. Pasa su mano por mi trasero hasta llegar a mi espalda apartando el cabello de mi rostro para que ambos nos podamos ver.

¡Oh por Dios! Soy yo montándolo como ninfómana en abstinencia mientras el sujeto me apretujaba de las caderas y se comía mis tetas

Paso saliva y desvió mi mirada cuando nos saltamos de las manos.

—A partir de hoy serás la niñera de mi nieta hasta que nosotros prescindamos de tus servicios —vuelve hablar la mujer rubia.

—Gracias señora —respondo.

Amor en Navidad (#1 Corazón de Navidad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora