Día 3: Vampiro

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Cuenta la historia que a principios del siglo XVIII en un pequeño pueblo al Este de Europa vivió una mujer llamada Hans Zoe.

Se dice que era algo así como un médico brujo. En ese entonces ayudaba a las personas del pueblo con tratamientos naturales y rituales que extrañamente tenían un efecto positivo en los habitantes.

Pero; ¿De dónde provenía su poder?

—¡Levi no asustes a los niños!.— gritó Hanji desde la cocina

—¡No hay problema, nosotros queremos escuchar mamá!.— gritaron los dos chiquillos que estaban sentados en el regazo de su padre

—Oi Hanji por que no vienes y sigues tú con el cuento.— habló Levi cuando la castaña llegó junto a ellos

—Será un placer.— sonrió —Verán...

Se dice que un día al pueblo llego está mujer queriendo quedarse a vivir allí.
Las personas no estaban seguras de aceptar puesto que no sabían de dónde provenía pero al escuchar que ella era una especie de médico la aceptaron.

Rara vez sus pociones funcionaban con efectividad pero aun así, se decía que aquella extraña mujer ponía su corazón en ello.

En una noche donde todos los pueblerinos se reunieron alrededor de una fogata para compartir una velada, le revelaron a Hans como atraer a un vampiro.

Para aquellos pueblerinos era solo un mito, una de esas tontas historias de los ancianos pero Hans se lo tomó muy en serio.

"En una luna nueva a la media noche debes cortar 10 amapolas que hayan crecido cerca del río." le dijo una anciana

"Sí. Luego ve a encerrarte a tu habitación y prende 5 velas rojas y 5 velas negras. Pon las amapolas frente a ti y bendicelas" continuó la otra anciana

"Durante 9 dias a las 3:33am toma una amapola y ve al corazón del bosque, cuando sientas que ya estas ahí ofrece la amapola al viento y pide que te siga"

—¿Qué hay con la décima amapola?.— preguntó Hans

"Te quedaras con ella" respondió la anciana.

"Al décimo día si has hecho todo correctamente el vampiro al que has despertado te visitará.
No entrara sin tu permiso y tampoco se irá sin el.

Si lo dejas entrar, cuando quieras que se vaya,m dale la amapola e invitalo a salir. Así no te perseguirá" terminó su relato.

—¿En verdad funciona?.— preguntó la joven con interés

—Inténtalo y verás.— fue la respuesta de la anciana

Nadie creyó que se lo tomaría enserio.
Por lo cual nadie se dio cuenta cuando Hans se adentró al bosque durante 9 días seguidos con una amapola en sus manos.

Al décimo día ella no quería dormir, deseaba estar despierta cuando aquel vampiro la visitara así que prendió dos velas rojas y se acostó mientras lo esperaba.

Pero el sueño ganó contra ella y se quedó dormida solo para ser despertada más tarde por el golpeteo insistente en su ventana.

Hans se levantó de su cama y fue hacía el ruido y entonces lo vió...
Un hombre de piel pálida estaba frente a ella.

De forma inconsciente abrió la ventana y lo invitó a pasar.

La luz de las velas chocaban con su piel y se sentía pequeña ante la mirada afilada de aquel ser.

En su vida, Hans jamás había visto a un hombre que detonara tanta imponencia y perfección...

Tenía el cabello azabache y sus ojos eran de un color azul metálico que te hipnotizaba.

Era... Era... Alto... Sí, muy alto... Y... Y él... Mordió el cuello de Hans y la mató, fin.

¿La mató?.— preguntó uno de los chiquillos con gran sorpresa en su rostro

—¡Sí... Sí. La mató... Sí!.— respondió con nerviosismo —¡Ahora vayan a dormir o sino también vendra por ustedes!.— se levantó de su asiento ofreciendo una mueca extraña a los niños

Los pequeños corrieron escaleras arriba ante la mirada sería que ahora tenía el azabache y con el miedo azotandoles la piel debido a aquel final tan trágico.

—¿Así que alto y asesino eh?.— demandó Levi con el rostro serio —Me encantaría saber a quién más combocaste esa noche.

—¿Estas celoso?.— se burló ella —¿Qué otra cosa querías que les dijera?

—La verdad tal vez.— ironizó

—¿Que cogimos toda la noche hasta que te heché de mi habitación? ¡Gran idea! Como no se me ocurrió contarle eso a nuestros hijos de 6 y 7 años.— respondió con sarcasmo mientras hiba a su habitación

—Los mocosos de este siglo son muy inteligentes cuatro ojos, seguro ya se lo esperan.— dijo mientras la seguía

Cuando Hanji llego a la habitación fue aprisionada por los brazos de Levi desde la espalda.

—¿Porqué no continuas contandome la historia a mí?.— susurró en su oído

—Muy bien... Entonces prosigamos.— aceptó maliciosa

Aquel hombre de ojos azules entró a la habitación, era imponente y alto, pensó Hans.

Hasta que el vampiro puso los pies sobre el piso de madera y se dio cuenta de que antes había estado flotando, Hans le sacaba casi 10 centímetros de altura y...

Ve al punto Hanji.— la interrumpió con molestia por la burla

—Si, si tienes razón.— contestó ella mientras era acostada en la cama

Aquel hombre de rostro serio la veía fijamente mientras Hans se perdía en un mar de hipnotizmo en esos ojos metálicos.

Sin palabras al medio él se acerco a ella y poso una de sus manos en la mejilla contraria.

Para Hans la mano era fría pero aún así podia sentir como quemaba todo su ser.

Sin perder tiempo atacó sus labios y de un momento a otro ya se encontraba tumbada de espaldas sobre la cama con aquel invitado ejerciendo peso sobre ella.

Se hizo un hueco entre su cuello y bebió de ella como si de un caliz rebosante se tratara.

La noche paso entre jadeos y demás... Y en la madrugada ella lo despidió tal y como le habían indicado.

Le ofreció un último beso y le entregó la amapola.

Al despertar Hans no recordaba nada de lo que había sucedido aunque una extraña sensación y los vagos recuerdos la invadían.

Revisó su cuello en busca de aquel raro sentir pero no encontró nada, estaba intacto.
Todo había sido producto de un sueño creyó, hasta que alguien tocó a su puerta.

—Hija, este joven te busca y dice ser tu ayudante médico.— la anciana de la fogata estaba parada frente a su puerta

El joven que había estado de espaldas atras de la anciana se dio la vuelta y entonces se encontró nuevamente con aquellos ojos azules, trayendo consigo devuelta los recuerdos de la noche anterior...

¿Y lo invitó a pasar?.— preguntó el azabache mientras acariciaba las piernas de la castaña

—Lo invitó a pasar por los miles de años de vida que les quedaban...

—¿Dices que lo tomó como su prisionero?.— preguntó con fingida inocencia mientras besaba su cuello

—Estas muy hablador el día de hoy Levi.— se burló mientras se dejaba hacer

—Tienes razón. Menos habladuría y más acción...

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Terror LeviHan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora