Serpientes en llamas 1/?

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Aún cuando fue a paso lento, inevitablemente llegó a su poco deseado destino. Ver el letrero y sentir el silencio que inundaba sus alrededores, era el preámbulo de aquello a lo que Crowley no quería enfrentarse aún, pero que de manera inevitable tendría que luchar.

Se acomodó el largo pelo rojo y sus lentes oscuros. Luego al fin entro.

Estantes variados, libros de todo tipo tamaño y color, piso alfombrado, una bibliotecaria que lo miro con saña apenas lo notó. Todo lo clásico de un lugar así, recordando cuán fuera de su elemento estaba.

Se puso la mochila de manera correcta antes de seguir su camino en busca de lo que necesitaba. Se movió por un buen rato por el lugar, sin saber muy bien como ubicar lo que buscaba, demoró otro tiempo considerable en encontrar una mesa lejos de la gente, que a pesar de no decir nada, no paraba de mirarlo ; aunque no los culpaba.

¿Qué hacía un vándalo como él en la biblioteca?

Se sentó y empezó a intentar acomodar todo lo que necesitaría. Saco su cuaderno, el olvidado bolígrafo del rincón más oscuro de su mochila y un resaltador que le regaló la secretaria del director hace unas horas. Un recordatorio latente de porque debía seguir ahí y no salir a dar unas vueltas en su hermosa Bentley.

Como toda primera vez, luchó por concentrarse en lo que intentaba hacer por la falta de costumbre. Era muy fácil distraerse en sus pensamientos o pensar en algo más agradable. El plan idealizado, era leer todo y hacer apuntes que lo ayudarán a ponerse un poco al corriente, pero eso estaba resultando imposible. Si bien estaba en el inicio de los temas del avance actual de clase, no entendía nada, así que retrocedía un poco intentando guiarse, pero seguía hallando nuevas cosas que no entendía. Era tan confuso, una mierda total.

Incluso si se ponía a leer logrando concentrarse un rato, el hecho de encontrar palabras que nunca antes leyó lo sacaba de esa pequeña burbuja de concentración, para volverlo a la realidad dónde, probablemente no terminaría la preparatoria.

Crowley gruño por lo bajo, apretando el resaltador en sus manos.

Aquel día se suponía que solo fue un momento al instituto por su bate que quedó en su casillero. Para su mala suerte el monitor de pasillos lo encontró y no se dejó intimidar por su pinta o el nombre de su pandilla. Pensó que simplemente lo mandarían a detención, que solo tendría que fingir volver a clases para huir, pero no, grave error. El director lo llamó y lo confrontó con su libreta de notas. A penas era medio año, pero con tantas D en su libreta, el director le dijo que si no subía su promedio al menos a puras B, no aprobaría el año.

No era la primera vez que alguna autoridad en su centro de aprendizaje lo confrontará, Crowley estaba confiado. Eso fue su ruina.

Primero jugó la carta de "tener problemas en casa", pero luego el director le mostró un permiso que firmo uno de sus padres, autorizando cualquier sanción; incluso estar en la carceleta de la comisaría más cercana,si se le hallaba fuera de clases; lo que lo dejo moderadamente horrorizado. En segundo lugar, quizo jugar la carta de "pertenezco a las serpientes en llamas" y amenazó de forma moderada con que la escuela no querría problemas. Claro que una vez más la directora se adelantó a la situación, comentándole sobre su familia... casi todos los integrantes policías en rangos respetables y bien posicionados. Acorralado, Crowley no pudo más que encogerse y maldecir para sus adentros, mientras la directora Goddness le pasaba el plan de estudios de sus materias, pidiéndole que se esforzará, que aún podía cambiar a su favor la balanza.

Un par de horas después, Antony no estaba tan convencido de lo mismo.

Se sentía miserable con no poder ni con lo básico. Claro que tenía sentido, ya había olvidado la última vez que se sentó a estudiar o había abierto un libro con el propósito de hacer algo de provecho. Las serpientes en llamas eran su prioridad número uno desde que lo acogieron hace ya años. Puede que al irse a casa estuviera solo o siendo pisoteado, pero en la calle era alguien y tenía colegas que lo respaldan en peleas o en borracheras; fue agradable ser parte de algo. Solo tenía que seguir órdenes, era simple, entendía su lugar y lo aceptaba.

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⏰ Última actualización: Nov 15, 2021 ⏰

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Historias fugaces / Good omensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora