P R E S A G I O

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—¡Mami! ¡Mami!— grita la niña de cuatro años por toda la casa.

—¡Mami ven a ver!.

—Estoy en la cocina Briash, en la cocina. Ven hija.

Briash ignora a su madre y se sigue mirando sus alas en el espejo. Están cambiando de color.

—¡Mamá, corre, corre! ¡Mis alas están cambiando de color mami!—sigue gritando la niña.

Su madre al oír tal locura va hacia donde está su hija.

—Hija, recuerda que te dije que tus alas cambiaran a lo dieci.....

Su madre se quedó con la palabra en la boca, su corazón paró de latir, se quedó paralizada al ver unas alas tan impresionantes y hermosas, pero a la vez tan extrañas e irreales.

—Mami, ¿No dijiste que mis alas ya tendrían color cuando cumpliera dieciséis?.

Su madre no le responde.

La niña frunce el ceño.

—¿Mami?.

—Quédate aquí y no salgas. Si alguien toca la puerta, no abras. Iré a buscar a tu padre, y ni se te ocurra seguirme Briash—dice su madre y sale corriendo de casa.

Briash solo sigue mirando sus alas con fascinación.

Alas de ángeles, pero no blancas.

Son un color dorado metalizado. Parecen hechas de oro puro.

Después de unas minutos Briash oye la puerta de su hogar abriéndose con a su madre junto a su padre.

Cuando su padre ve toda la casa y la encuentra en la esquina de la entrada de su habitación se encamina a ella, pero cuando ve sus alas, se queda petrificado en su sitio.

—No puede ser posible....—masculló.

—¡Lo vez!—espera su madre.

—¿¡Papi viste que lindas son mis alas!?—dice la niña emocionada.

Su padre no se mueve de su lugar, está fascinado.

—¿No sabes lo que son?—pregunta su madre dirigiéndose a su padre.

—Jamás he visto alas de ese color en toda mi vida—murmura.

—¿Ni en Korna? ¿Bœrn? ¿Win? ¿Zaura?
¿¡Nada!?— le interroga su madre a su padre. Ella parece asustada. Briash no sabe el por qué.

—¡No! ¡Jamás he visto ese color de alas en ningún reino!—exclama su padre.

—Tenemos que llevarla a ella Asher.

Briash no entiende lo que están hablando. ¿Ella?, ¿quien es Ella?.

—No, No y No. No pienso llevar a mi hija a esa bruja.

—Te puede asegurar que ella sabe lo que es Asher.

—¡No Briann! ¡Esa bruja está loca!.

Briash no entiende por qué pelean, si ella no hizo nada.

La niña empieza a soltar pequeñas lágrimas. A ella no le gusta que sus padres peleen.

—La lleváremos, pero no le tocará ni un pelo a mi hija—dice su padre Asher.

Briann carga a su hija y los tres salen de casa diciéndole a su hija que esconda sus alas

—¿A donde vamos mami?— pregunta la niña.

—Iremos a ver a una vieja amiga mi cielo.

—¿Para que?.

—Para que nos diga el por qué tus alas son doradas.

—¿Y por que no vamos volando?, así puedo practicar.

—No saques tus alas Briash— le advierte su padre mientras caminan.

Después de veinte minutos caminado por el bosque ven la pequeña cabaña en donde se conocieron Asher y Briann.

Asher toca la puerta y rápidamente se abre mostrando a una señora de cincuenta y tantos años, de piel muy morena pero con el cabello liso, dos esferas de un gris muy claro. Es muy exótica.

En fin, brujas.

—¡Asher! ¡Brian! Pero que sorpresa tenerlos aquí—la bruja mira a Briash—Briash.....

—Como la conoces—interviene el padre de Briash.

—Aparte de bruja soy maga, dulce. La vi en mi esfera jugando en el bosque.

La bruja hizo el intento de acercarse a Briash pero su padre se interpone en su camino.

—¿Podemos pasar?—pregunta Brian.

—No debería. No me están tratando de la mejor manera posible, así que..... qué quieren.

—La niña tiene algo, ya déjanos pasar— exige el padre de la niña.

—Yo la veo en perfectas condiciones Asher—dice la bruja.

—Por favor—murmura Briann.

La bruja bufa.

—Pasen, pero que sea rápido.

Los tres se adentran a la pequeña cabaña. Briash mira con asombro la cantidad de posiciones qué hay en un gran estante.

—Bien ¿Cual es el problema?.

La madre de Briash la baja de sus brazos.

—Muéstrales tus alas mi cielo—le dice su madre a Briash.

Cuando la niña saca a relucir sus alas toda la estancia se queda en completo silencio.

—Oh no....—susurra la bruja.

Asher la mira

—¿¡Que pasa!?.

—Tienen que irse—dice la bruja. Parece asustada.

—¿¡Zafira, por que mi hija tiene las alas de ese color!?— Alza la voz el padre de la niña.

—Tienen que irse ahora—la bruja empieza a temblar.

—No nos iremos hasta que nos digas algo—dice Briann.

—Ellas son peligrosas para todos ustedes, incluyéndola a ella—señala a Briash.

Asher frunce el ceño.

—No lo entiendo—dice

—Solo les dire esto.  No. La. Revelen.

Sin más, corre a la pequeña familia de la casa dejándolos con muchas dudas.

Los capítulos serán publicados a partir del 1 de diciembre.

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