Fiesta. O eso creía ella.

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Narra Summer.

Esta noche era la fiesta de Dylan. Dormiré un poco para estar fresca para ella.

0:30

Oigo pasos antes de irme a dormir. Será Dulce. Salgo y efectivamente es ella. Le pregunto a donde va y dice que a la fiesta que me dijo esta tarde. No me acordaba. Irá a la de Dylan. Yo iré a las 2:00. Me duermo durante una hora y me despierta un ruido como un código morse de la película "Dejame entrar" (con golpecitos en la pared |Nota de la autora: Dejame entrar es una gran película, creo que tiene dos versiones. Verla.|). Respondo. Será Dulce la muy tonta que se habrá despertado.

Me visto con mi disfraz con un corte por encima de la rodilla. Me pongo mis vans negras y mi bigotito y la gorra. Me pongo base, rímel, me pinto la ralla de arriba y me pongo colorete. En los labios me pinto un rosa cálido. Cojo un bolso rojo y me dirijó a la casa de Dylan.

Mientras paseaba para ir pensaba en lo que decía Dulce cuando la llamo en código morse "Cuidado" y al llegar a la casa recordé que ella se había ido hace unas horas. Me paré del susto en mi mente. Quién o qué me había dicho eso... En fin.

Entro en su entrada súper adornada y preciosa, una especie de mansión como en las películas pero un poquillo más descuidada.
No había música, no había nada adornado de fiesta. Entro y dije hola un poco ahogado y risueño. Y se cerro la puerta detrás de mi. Dylan. Le di un empujón y se rió. Nos saludamos con un abrazo y un beso en la mejilla. El se separó de mi y me cogió de las manos mirándome de arriba a abajo. A lo que el en unos segundos me obligo que se diera la vuelta como una modelo pasándole la mano por encima de la cabeza. Se me pusieron las mejillas como las hojas de los arboles caducas en otoño al caerse. De un precioso rojo.

-Summer, eres la anfitriona pero no deberías haberte puesto así de guapa con tu disfraz.-Dijo Dylan.
-¿Y toda la gente?-Dije.
-En fin, te lo contaré. Esto no es una fiesta, ni de disfrazes ni de nada. Es una cita de tu y yo, mi pequeña.

Mientras seguía con él y con sus palabras se me engrandecian los ojos como un pantano en días de lluvia. Después me quedo absorta en mis pensamientos. Dylan y yo una cita. ¡En seriooo! Nope. Y encima yo así jo.

Después de que termina de hablar y le digo
-Pues mejor me voy; no quiero nada de esto además no voy para ir a una cita.
-Vas preciosa como vas. Además tienes arriba cosas que te he comprado para ponerte. Son tus regalos.
-¿Mis qué...?
-Tus regalos pequeña. Sube a verlos.

Recordó una escalera de madera y voy a donde me dirige Dylan. Es su habitación. Parece la de mi hermana. Menos por lo de gótica y eso. Es bastante varonil. Adoro que lo sea. ¡Eh! No no no no. No adoro que sea nada; osea que no lo adoro a él. Valla mierda. Que coño me pasa con él... Bah dejemoslo estar. Encima de su cama me encuentro con un precioso vestido rosa palo con la espalda al aire hasta llegar a la cintura y unos tacones negros. Además de unas pulseras y un collar con un anillo dorado fino. Al rato de quedarme alucinada por lo bien que sabe elegir le contesto.
-Vale, me quedo. Pero ¿qué va a pasar?-Yo tan mal pensada como siempre.
-Nada que tu no quieras pequeña.
Ui que mal me ha sonado eso... En fin me pondo a desvestirme y oigo un bien ridículo y a tono bajo de voz.

Narra Dylan.

Dulce se queda ¡BIEN! Me pongo, mientras se prepara, a poner la mesa y a dar los últimos toques a la comida. No era nada del otro mundo, se podía decir que no se freír ni un huevo así que llevaba todo el tiempo que me dejo Summer desde que la deje en casa para cocinar. Patético. La situo en la mesa con un mantel blanco roto y unos platos beis.

Después de unos minutos ella aparece con su vestido en la puerta del comedor. Esta preciosa. Me quedo tanto tiempo mirándola que parece que no estoy en la tierra. El hermoso constraste de su pelo y sus ojos. Hermosa la verdad.

Una verdadera tontería.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora