Mientras sus pies comenzaban a ceder, logrando que su velocidad disminuyera a pesar de que todavía faltaba un considerable trecho hasta apartamento. Uno de ellos sentía el frío piso de cemento contra la piel, no podía recordar en que momento perdió su sandalia pero supuso que fue en la caída, sus pies cansados y raspados a cada paso ya eran suficiente carga hasta que sus pulmones casi sin aire comenzaban a jugarle en contra. En ese momento pudo maldecir su mal hábito de fumar. Aún con la urna contra su pecho intentó recordar a Kisaki; su voz, su rostro y su forma de ser tan despreciable que tanto amaba.
Una sonrisa cansada surcó sus facciones en cuanto vió la puerta de su casa frente a él, suspiró con alivio apenas sus pies a un ritmo lento se dirigieron hasta la puerta y chocaron con la madera del suelo del hogar. Ya había pasado mucho tiempo desde la última vez que llegar a casa le era algo reconfortante. Se quitó su única sandalia en la puerta al entrar y dió su vista hasta sus temblorosas manos con las cenizas de su amigo dentro.
Pensándolo bien, ¿De verdad podría llamarlo amigo? Kisaki más de una vez le recordó que solo era un arma para él, una herramienta que podía desechar y reemplazar cuando ya no tuviera utilidad. Solo que, de forma inesperada, pareció durar más de lo previsto. Resopló recordando las palabras de ese manipulador a la perfección, arrepintiendose de haber hecho tal estupidez por él.
Por un momento deseó tirar esa fea urna contra el suelo y que se partiera en mil pedazos. Pero Hanma no era alguien que se arrepintiera de sus acciones, o al menos no lo admitía.
─Maldito seas Kisaki, siempre me haces complicarme tanto.
Un silencio imperturbable lleno cada rincón del hogar, la imagen de Shuji observando con aflicción lo único que quedó de la persona que amo con tanta intensidad. Dió un paso adelante sin apartar la mirada del objeto, haciendo que su tobillo se doblará al chocar con un desnivel del suelo que lo recibió tras un golpe seco con fuerza. Solo alcanzó a emitir un quejido y permaneció allí sin deseo alguno de levantarse. Abrazado a las cenizas, exhausto y desconcertado por la tormenta de emociones que estaba sintiendo; tristeza, melancolía, arrepentimiento e inclusive algo de enojo.
¿Por qué solo podía sentirse así? ¿Por qué solo era llenado de emociones negativas y no podía volver a sentirse como en un circo? Se supone que Kisaki estaba de vuelta con él, la mínima esperanza que tenía acabó por disolverse. Su querido Kisaki ya no existía y sus penosas cenizas no harían nada por devolverle su felicidad.
Acercó más esa caja hacía él, con un gran peso llenando su corazón, solo para terminar dando un pequeño beso en la parte superior de la misma. Fantaseo con darle un beso robado en la frente a su querido Saki, como muchas veces en el pasado, pero solo era una fantasía.
─¿Por qué tenías que dejarme así...?
Cerró sus ojos hasta acabar dormido.
—–
Cuando al fin despertó de un pesado sueño dirigió su confundida vista a todos lados, hasta que la misma dió a la ventana abierta de la sala que solo era iluminada por los pequeños rayos de la luna que se colaban por las cortinas traslúcidas. Ya era de noche, se levantó con dificultad y luego de dejar las cenizas sobre la mesa de centro encendió las luces del lugar para ver con mayor claridad el reloj en la pared. Echo un vistazo sin emoción.
─Son las ocho... ─suspiró casi sin darle importancia, hasta que al final su cerebro proceso todo─ ¡Mierda pasaron como cuatro horas! ¡A estas alturas sus padres seguro llamaron a la policía! ─se agarró la cabeza alarmado, maldiciendo ser tan haragán y a la vez a su mala suerte.
Encendió casi todas las luces de la casa buscando con desespero una mochila dentro del polvoroso armario, a si mismo buscando una muda de ropa para guardarla dentro. Se carcomio por el presentimiento de que a estás horas la policía ya debía saber su dirección, aunque fuera casi ilógico pero pensó que siendo Kisaki el hijo de una familia adinerada no era algo imposible. De nuevo volvió a golpearse la cabeza en reprimenda.
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THE BEACH | hankisa
Fanfiction"Incluso siendo cenizas no haz cambiado. Eres brillante, inalcanzable. Bailando en el viento e incapaz de desafiar a la gravedad" Aún después de tanto tiempo, Hanma sigue persiguiendo los difusos rastros de la memoria de Kisaki, encomendandose a si...