☁︎17.☁︎, 𝘈𝘥𝘢𝘭.

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-Aclaración. Yo sé que que Venecia no es como lo pinto aquí, pero es un libro, es ficción, es mentira, no es nada más que eso, por favor usen la imaginación para pintarlo en sus mentes a cómo lo llamo y Narro aquí<3.-

꧁Cap. 17꧂

Para nuestra buena suerte, el carro de Edward es lo suficientemente grande para transportarnos a todos, somos ocho en total.

Stefan y su cara de no me hables se encuentran en la parte de coopiloto, Ivy, el rubio y Lisa, están en los asientos terceros, mientras que Mónica Adal y yo estamos en los segundos.


Después de que todos bajamos del carro del moreno este se despidió con un simple adiós y tomo su rumbo, nos situamos todos parados en el frente.

—Recemos porque no estén.—Dijo Lisa con un tono totalmente frío.—María, ¿Hay alguien en casa aparte de empleados?—habló por el comunicador que se encontraba en el gran portón, lo dijo casi en un susurro.

María se tomó unos segundos en devolver.

—Buenas tardes señorita. No, no se encuentran los patrones—mencionó con un tono apacible y amable.

—Muy bien. Tenemos invitados, habré.—a pesar de que me molestó notoriamente el tono que usó para hablarle no dije nada para evitar problemas ya que aún me siento apenada por lo sé hace algún momento, Lisa dejo de presionar el botón y esperamos todos en silencio.

Al pasar aproximadamente quince segundos, el portón se abrió lentamente así mostrando el interior de la casa.

Una extraña sensación me recorrió el cuerpo entero al situarme dentro del lugar, sentí una gran punzada en la cabeza y tuve que sostenerme del aire aparentemente, un poco de mareo vino a mí repentinamente, pero nada que no pudiera soportar.

—Sean bienvenidos—Raúl, quién es el que se encarga de la mayoría de las cosas, nos recibió.

—Muchas gracias Raúl, puedes retirarte—le dijo Banía amablemente, todo lo contrario a cómo lo había hecho la pelinegra.

A Raúl le tomo cinco segundos desparecer de la vista de todos.

Al no tener llaves o tan siquiera una copia, entramos así. Fue un poco extraño que estuviera abierta a la ligera.

María nos recibió con gusto y se fue a preparar algo de comer, nadie negó, pues por la hora y por lo que habíamos pasado, comer pasó a ser irrelevante.

Una vez todos situados en la sala, y yo con mi intento de informarme y matar el silencio, hablé:

—Yo...quiero saber cómo terminaron en un hospital abandonado-inicie la conversación con un tono de voz poco audible.

Unos segundos después, Mónica me respondió—No lo sabemos. Cada quien llegó por su cuenta—miraba hacia el piso, nuevamente—amanecí con una pequeña nota en mi pecho, estaba en...una cama, en el bosque, a pocos metros estaba ese lugar, fuí la última en llegar.

¿Una cama?

¿En el bosque?.

Pero quién tenía esa imaginación para dejar a una persona a su suerte en ese estado.

—Justo lo mismo—opinó Bruno.

Ivy apoyo—Sí, igual.

—¿Y a ustedes también?—La Pelinegra llevo su mirada a Adal y Stefan, quienes se encontraban parados con un semblante totalmente serio y se veían metidos en su mundo.

Adal afirmó.

Stefan asintió.

Y una vez más, no me cabe duda que lo Cruise son iguales.

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