Capítulo 3

343 38 4
                                    

«—————————————»

Libro 1: Sentando Fundamentos.
Capítulo 3: Invitación no-tan-cordial.

«————————————————»

6 de Agosto de 1989

'Aparentemente, no, no fue un sueño, no estuve en coma, y todavía tengo mis piernas', pensó Hadrian. "Gracias a dios tengo mis piernas", suspiró aliviado. Pobre Oliver.

Luego pensó. ¿Los magos creerán en Dios? No lo creía, después de todo la caza de brujas que tuvo lugar entre entre mediados del siglo XV y XVIII fue liderada por los creyentes. Principalmente católicos si no mal recuerda. Que tragedia.

Ahora el pensamiento lo emocionó. No, no por toda la muerte de sus padres que podría implicar, no era un sádico de ese tipo, pero la idea de estudiar esos acontecimientos desde el punto de vista del mundo mágico era una perspectiva emocionante. Pero el solo divagaba.

Dejó de lado sus pensamientos y se levantó de la cama. Como era rutina, una camiseta manga corta blanca, shorts negros, zapatillas deportivas, y a correr.

Como aún eran vacaciones, siendo que eran las 7am, los Dursley aún dormían y no se levantarían hasta entre las 9:30am o 10am, por lo que tenía tiempo antes de tener que volver a hacer el desayuno.

Como lo hacía hace años, cruzó el parque para trotar a través del sendero del bosque que tanto le gustaba. Como era normal, el aroma húmedo y frío de la mañana lo asaltó, con el detalle de los aromas florales que la lleve brisa matutina arrastraba.

Mientras mantenía un ritmo relativamente rápido, su cuerpo ya estando acostumbrado a sus salidas rutinarias, despejó su mente de todo pensamiento innecesario. Dejando así, que únicamente sintiera lo inmediato. La ventolina que rozaba su piel y le daba escalofríos. El oxígeno puro que procedía de los árboles, llenaba sus pulmones. El canto de las aves locales que deleitaba sus oídos.

Veía el paisaje pasar pero no sé permitía recordar, dejando su mente vacía de pensamientos pero llena de sentimientos. Mientras corría podía abrazar la libertad y ser el mismo.

Empezó a correr más rápido, progresivamente aumentando la velocidad, inclinando su cuerpo hacía adelante pero manteniendo el equilibrio para no caer. Más rápido, más rápido, más rápido. Su corazón empezó a aumentar el ritmo de sus latidos, sentía la sangre correr por sus venas. La adrenalina inundó su cuerpo y el fue feliz.

Se desvío del sendero adentrándose entre los árboles circundantes. Como había descubierto era un buen ejercicio, saltó y pisó el tronco de uno de los árboles para impulsarse y conseguir colgarse de la rama de otro. Sin perder el ritmo, se balanceó hasta otro, sin tener éxito cayó al suelo. Negándose a perder el ritmo todo una vez tocó la tierra y siguió corriendo. A veces repitiendo la anterior secuencia.

Diez minutos más tarde, jadeando por la falta de aire y dando grandes respiraciones, llegó a su destino.

Sonrió. Si, para el que haya adivinado, estaban en el claro. El claro donde el maná abundaba. El claro que había encontrado unos años antes, donde soñó con Unicornios.

¿No había Unicornios en el libro de Animales Fantásticos y dónde Encontrarlos? Espera. ¡Si, los había! ¡En realidad no lo había soñado!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 19, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Hadrian Potter y las Crónicas del MagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora