8. Amenaza.

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Estábamos en la sala con la pizza que Jungkook pidió para la cena. Yoongi y el pelinegro estaban en el sofá de dos personas y yo estaba sentada cerca de la mesa de centro en donde estaba la pizza. Habíamos puesto una serie para pasar el rato mientras comíamos. 

— Enano. —Yoongi rompe el silencio y me giro a verlo, pero él seguía con la mirada puesta en la televisión.

Eso es raro.

— Por favor, hyung, deja de decirme enano. —el pelinegro se rasca la nuca viendo en dirección a mi hermano. Este sonríe de lado y esta vez se gira a ver a Jungkook.

— Lo haré si me explicas una cosa. —se pasa la lengua por la boca y alza una ceja en dirección del menor. 

Arrugué mis cejas, confundida. Yoongi no actúa normalmente así.

— Claro, hyung.

— ¿Por qué hay tantas personas en tu casa? —la cara de mi hermano pasó a una expresión totalmente seria e inexpresiva que me dieron escalofríos.

— ¿Qué? ¿Cuáles personas? —miré confundida a mi hermano y a Jungkook.

Yoongi aún tenía la cara neutra y me daba algo de miedo. Él normalmente era serio, pero esta cara no es la que siempre hace.

Y Jungkook...

— Jungkook, ¿de cuáles personas está hablando? —me levanté lentamente del costado de la mesa de centro y me alejé poco a poco.

El pelinegro se quedó mirando hacía un punto en específico entre Yoongi y yo.

No... No, no,no.

Quedé despaldas al televisor y busqué el arma que había puesto en un escondite bajo este en caso de emergencia.

— No te recomiendo sacar esa arma, Steels. —demandó el pelinegro al fin mirándome a los ojos.

Y me asusté, las manos me empezaron a temblar y una pequeña apertura se formó en mis labios.

No recuerdo haberle dicho ese apellido, no algún apellido en específico.

— ¿Quién te envió, Jeon? —amenaza el mayor alzando una ceja en dirección al pelinegro.

Un momento, ¿Jeon? ¿Por qué me suena tan familiar?

— ...No creo que este sea buen momento para explicar eso, Yoongi.

— Jeon... —murmuré, aún sin poderme creer lo que sucedía.

Seguía con las manos en el arma. No porque me hubiera dicho que no me recomendaba usarla significaba que la dejaría de tocar. Más aún, ¡muchas más ganas me daban de usarla!

Ninguno dijo nada, y mucho menos dijimos algo cuando tocaron la puerta. Primero sonó el timbre de la casa, y luego de 5 segundos, resonaron tres toques imponentes en la madera de la puerta, como si fuera un compás.

Saqué el arma y la guardé en mi ropa, luego ví a Yoongi. Estaba tranquilo, como si ya se lo hubiera esperado.

— Te llaman, Jeon. Abre. —sus palabras fueron frías, algo parecido a calculadas.

Me hizo la señal de buscar la mochila de emergencia, pero algo me llamó la atención. Jungkook se veía alterado, nervioso. ¿Por qué? ¿No sé supone que lo están buscando a él?

Yoongi suspiró, se alborotó el cabello y se paró.

— Llévalo a la habitación —sentenció, mirando a Jungkook por encima del hombro—, ya luego hablaré contigo.

Mi vecino del 7. || JJK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora