Capítulo 4

345 47 4
                                    

Había pasado toda la noche escuchando música y viendo videos. Se había quedado dormido de madrugada con los audífonos puestos y reproduciendo la música. Estaba sonando Throne de Bring Me The Horizon.

Se estiró intentando relajar los músculos luego de haberse quedado dormido en una mala posición y abrió los ojos. La habitación se encontraba iluminada, probablemente era algo tarde pero no era como si tuviera algún plan importante ese día.

Fijó su vista en la cama de la chica y esta se encontraba hecha, como si nadie hubiera dormido ahí.

Moría de hambre, así que sin más se levantó y fue al baño a asearse en lo que llegaba su comida. Esto era como un hotel con servicio al cuarto, había encontrado el lado positivo. Ellos eran los sirvientes y él, su señor.

Abrió la puerta del baño y lo que vio lo dejó paralizado y sin habla. Skull estaba acomodando una toalla alrededor de su cuerpo húmedo para luego comenzar a secarse. Su cabello estaba desordenado y mojado, las gotas de agua caían desde las puntas por su espalda y pecho. La toalla le llegaba a la mitad del muslo dejando a la vista sus largas y torneadas piernas.

Parecía una erótica escena de película. Era excitante verla así. Debía admitirlo, tenía un muy buen cuerpo, una perfecta figura. Tenía curvas en los lugares precisos para volver loco a cualquier hombre. Estuvo tanto tiempo encerrado que había olvidado cuanto podía cautivarlo el cuerpo de una mujer y llegó a esa conclusión cuando se dio cuenta que su propio cuerpo estaba reaccionando al estímulo visual. Después de tantos años, era precisamente ella quien le provocaba un cosquilleo en la entrepierna de tan solo pensar en tocar su húmeda y suave piel.

—¡¿Qué haces?! ¡Largo! —exclamó furiosa apenas se percató de la intromisión del muchacho.

El abrupto grito lo hizo despertar de su fantasía y sin decir nada salió cerrando rápidamente la puerta del baño.

Inconscientemente miró hacia su pantalón para ver cómo una pronunciada erección se hacía presente.

—Mierda —murmuró molesto.

Intentó acomodar su pantalón para que no se notara su erección. No le avergonzaba que los demás supieran que tenía una, es un hombre después de todo; le molestaba que alguien notara que se le había parado por verla a ella.

Se acercó a la cama y se sentó dándole la espalda a la puerta del baño. Minutos después salió ella ya vestida y con expresión molesta.

—¿Por qué carajo entraste al baño si sabias que estaba yo? —le reclamó.

—No sabía que estabas ahí.

—¿Acaso no oíste la ducha? —preguntó obvia.

—No idiota, porque estaba con los malditos audífonos que tú me diste. Además, ¿crees acaso que me interesa espiarte? —se levantó molesto en dirección al baño—. Todo esto es tu puta culpa —dijo antes de dar un portazo.

Dentro de quitó la ropa y se metió a ducha. Sintió el agua helada recorrer su cuerpo pero se mantuvo bajo esta como si su vida dependiera de ello.

Poco a poco la erección fue bajando, relajándose al instante.

«Maldita sea. Idiota»

(...)

Era de noche, estaba pensativo, tenía insomnio y no podía dormir. Pasó todo el día ignorándola como si simplemente no estuviera junto a él, verle la cara le molestaba y al mínimo reojo de su cuerpo, sus hormonas se disparaban. Ahora la odiaba mucho más y a su cuerpo traicionero también.

Esa era su última noche, en la mañana llegaría otro guardia y la chica se iría. Unos cuantos días sin verla le hará bien a su cuerpo, le recordará que no puede excitarle el enemigo.

Cruel Game  • Todoroki Touya • Dabi •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora